Los diputados cántabros auguran una legislatura corta

Parece que en España habrá gobierno en la XIV Legislatura, después de la repetición electoral y el cambio de escenario político. Aunque hasta pasado el mediodía de hoy no se despejará esa duda, dado que la política española no para de ofrecer sorpresas. De ser así, los diputados nacionales por Cantabria auguran que será una legislatura de patas muy cortas. Lo dicen todos menos el socialista Pedro Casares, el único que el pasado sábado votó sí a la investidura de Pedro Sánchez como presidente de Gobierno.

Los demás -el regionalista José María Mazón, los populares Diego Movellán y Elena Castillo, y Emilio del Valle (Vox)- creen que el Gobierno de Sánchez no llegará al ecuador de la legislatura y vaticinan además que será un mandato «bronco y conflictivo».

Emilio del Valle, congresista primerizo, vivió el sábado en sus propias carnes la gresca parlamentaria. El de Vox se sienta en el gallinero del Congreso, al lado de los diputados de Bildu y delante del representante de Compromís, Joan Baldoví. En la sesión del sábado, la más bronca tras el ataque de Bildu al Rey Felipe VI y después de que Sánchez rehusara salir en su defensa, Baldoví criticaba la protesta de los diputados del PP, Vox y Ciudadanos. «Yo le miré y se me enfrentó en tono retador, diciendo: '¡Qué miras! ¿Te molesta lo que digo? Yo volví a mirar hacia adelante y callé, porque no voy a insultar a ningún parlamentario», relata el diputado cántabro. Del Valle no respondió, pero recuerda que «algún diputado de la bancada del PP, no de Vox, les llamó asesinos». Y es que Del Valle ha comprobado que «el Congreso es más pequeño de lo que parece en televisión y se oye todo», tanto que las imprecaciones de los adversarios no pasan desapercibidas. Su vaticinio es que «si esta señora (en referencia a Mertxe Aizpuruala, de Bildu) sale a poner verde al Rey y a decir que estamos en un estado autoritario y opresor, la bronca será el pan de cada día» en esta legislatura. Además no le da al Gobierno de Sánchez «más de dos años. Gobernar así es imposible. Intentará aprobar los presupuestos a un coste muy elevado y los prorrogará en 2021». No le da más vida.

A José María Mazón no le gustó nada «el rifirrafe de estos días ni el griterío de la derecha en el hemiciclo», sobre todo por parte de Vox, y le dejó «muy mal sabor de boca ver que las instituciones no se defienden lo suficiente», en referencia a las alusiones al Rey. Pero también es partidario «de la libertad de expresión. No he visto que haya habido tanto insulto como parece interpretar el contrario». Pero mantiene que con Bildu «es muy difícil contenerse, porque hay partidos donde hay gente que tienen familiares asesinados por ETA».

A Diego Movellán (PP) le pareció «nauseabundo» el «entreguismo de Sánchez a los independentistas. Estas sesiones de investidura pasarán a la historia como la etapa más negra de la democracia española», afirma. «Lo que hemos vivido escandaliza a todos los españoles, a los de izquierdas y a los de derechas. Ver el blanqueamiento de los herederos de ETA ha sido escandaloso». Y prevé también que será una legislatura «conflictiva» por «la deriva del PSOE, que en lugar de hablar y llegar a acuerdos con los constitucionalistas se ha tirado en brazos de aquellos que quieren romper España». Para el popular, la única «esperanza» se llama Pablo Casado, «el único que marcó la diferencia, porque es un hombre de Estado, que respeta las instituciones y tiene un proyecto para España. Confío en que más antes que después consiga llegar a La Moncloa y poner fin al atropello que hemos vivido estos días».

Su compañera de partido Elena Castillo, coincide en «lo bochornoso e insostenible» de las dos jornadas del debate de investidura. «No por la actitud de los partidos independentistas, sino por la del PSOE, que se dedicó fundamentalmente a aplaudir todas las intervenciones y a contentarles para que hoy se produzca la investidura». La parlamentaria sostiene que el discurso de Bildu «fue bochornoso y ofensivo», pero «el aplauso de la bancada socialista y de Unidas Podemos ha sido terrorífico. Para los que somos nuevos, como es mi caso, resultó algo indignante e irrespetuoso. No reconozco a este PSOE», denuncia. Castillo cree que la legislatura «aguantará dos años como máximo».

Para el socialista Pedro Casares, sin embargo, lo preocupante fue «el espectáculo dantesco de quienes no votaron ni promovieron la Constitución Española pero quieren erigirse en máximos defensores de los valores constitucionales, aunque olvidan que estos son la libertad, la igualdad, la justicia social y el pluralismo político». A juicio del diputado cántabro, el proyecto defendido por el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno en la investidura «garantiza la estabilidad, el progreso económico y social y la cohesión territorial del país».