Cantabria y Castilla y León se alían en sus reivindicaciones ante el Gobierno de Sánchez

La firma de este documento supone, por otra parte, reorientar las relaciones con las comunidades del entorno: así como el Gobierno de Miguel Ángel Revilla mantuvo un mayor contacto con el País Vasco y, especialmente, con Asturias –con cuyo presidente, Adrián Barbón, nunca escatimó abrazos–, Buruaga ha optado por reforzar sus lazos con Castilla y León, lo que sin duda tiene que ver con la sintonía política que mantiene con Fernández Mañueco, compañero del Partido Popular.

El Protocolo no deja de ser un marco general para la cooperación y coordinación de ambas comunidades que deberá ser desarrollado por las distintas consejerías de los Gobiernos cántabro y castellano-leonés para mejorar la prestación de servicios y la calidad de vida de los habitantes de las zonas limítrofes, así como para reforzar las relaciones entre territorios y defender sus intereses comunes.

El acuerdo, con una vigencia de cuatro años, contempla una veintena de ámbitos de actuación, entre los que se encuentran la atención sanitaria, la educación y la formación, los servicios sociales, el área de protección civil y emergencias, la cultura, el turismo y la innovación.

Como explicó la presidenta cántabra, el acuerdo persigue tres objetivos fundamentales: prestar a los ciudadanos «los mejores servicios públicos», optimizar la acción de los respectivos gobiernos para impulsar la innovación, la competitividad y las infraestructuras de comunicación y transporte, y ejercer una «reivindicación útil y eficaz» ante el Ejecutivo central en asuntos comunes.

Coordinacion de dispositivos: Atención de urgencias y hospitalaria y Atención Primaria.

Atención sanitaria: Mejora de atención de los ciudadanos de zonas limítrofes.

Dependencia: Optimizar recursos en zonas comunes.

Infancia: Colaboración en adopciones o internamientos.

Mayores: Oportunidades intelectuales y recreativas.

Alumnado: Iguales derechos en zonas limítrofes.

Universidad-empresa: Puesta en común de experiencias.

Recursos humanos: Cooperación en zonas limítrofes.

Patrimonio: Gestión coordinada del Románico, entre otros ámbitos.

Promoción cultural: Organización de exposiciones y actos conjuntos.

Lucha contra incendios: Mejora de formación del personal.

Espacios protegidos: Gestión coordinada en zonas limítrofes.

Embalse del Ebro: Dinamizarlo como producto turístico.

112: Protocolos de atención en zonas limítrofes.

Rescates y búsquedas: Protocolos de coordinación.

Formación: Ejercicios y simulacros conjuntos.

Automoción: Promover medidas conjuntas de apoyo.

Internacionalización: Colaboración empresarial.

Competitividad: Consolidación de sectores industriales.

Grupos de trabajo: Búsqueda de posibles sinergias.

Agendas digitales: Colaboración para su desarrollo.

Nuevas tecnologías: Potenciar la confianza de la ciudadanía.

Eficiencia: Acciones conjuntas en los programas de ayudas.

Movilidad eléctrica: Planificación de instalación de puntos de carga en posiciones estratégicas.

Financiación autonómica: Análisis y seguimiento del sistema.

Reforma del sistema: Defensa del criterio de coste efectivo de los servicios.

Colaboración: Ejecución de actos que se realizan fuera de los ámbitos territoriales.

Intercambios: En calidad e innovación de servicios públicos, y de estudios y experiencias.

Programas conjuntos: Destinados a cántabros y castellano-leoneses en el exterior.

Intercambios: Impulso entre jóvenes descendientes de cántabros y castellano-leoneses.

Entre los «problemas, desafíos e inquietudes» compartidas por las dos regiones, Buruaga destacó la gestión del lobo, la Política Agraria Europea (PAC), la transición energética y la reindustrialización, «a los que vamos a buscar soluciones juntos y sumando todos los aliados posibles». Tampoco olvidó la necesidad de exigir que el futuro sistema de financiación autonómica tenga en cuenta criterios como el coste efectivo de los servicios, atendiendo a la dispersión geográfica, el envejecimiento de la población y la orografía, y no limitarse a atender al número de habitantes.

Buruaga describió Castilla y León como «un gran espejo» para Cantabria por su pujanza y capacidad de desarrollo, al tratarse de una comunidad que está por delante en PIB por habitante y que ocupa un lugar destacado en calidad educativa, en el desarrollo de las energías renovables, en producción industrial o en inversión en I+D, como destacó.

No dejó de expresar su agradecimiento al presidente castellano-leonés por su «amistad con Cantabria» y por su disposición a dar un nuevo impulso a las relaciones entre comunidades y a abrir una etapa de diálogo «de buena vecindad» entre Gobiernos. «Vosotros sois nuestro sur y nosotros una parte de vuestro norte. Y queremos ser la parte más importante de él, su camino hacia y desde el mar», enfatizó.

Por su parte, Alfonso Fernández Mañueco insistió en la importancia de «intensificar» los vínculos que unen a Cantabria con a Castilla y León, así como a la necesidad de «unir fuerzas» para contribuir al desarrollo de ambos territorios. Ése es, según afirmó, el objetivo del protocolo rubricado este viernes, que, en su opinión, no sólo va a resultar beneficioso para las dos comunidades autónomas, sino que también va a contribuir al progreso de España.

El presidente destacó especialmente el alcance del acuerdo en el ámbito sanitario, del que se beneficiarán los habitantes de las zonas limítrofes de las comunidades y que va a permitir a 13.000 residentes en el norte de las provincias de León, Palencia y Burgos –en concreto, la población de las zonas básicas de salud de Aguilar de Campoo y Cervera de Pisuerga, en Palencia, y del Valle de Valdebezana, en Burgos–, recibir atención en el Hospital Tres Mares de Reinosa. Esto incluye urgencias, hospitalización, consultas externas, pruebas diagnósticas o terapéuticas y hospitalización de día, así como la posibilidad de derivación al Hospital Marqués de Valdecilla en patologías como ictus o infarto. Además, Castilla y León prestará atención primaria en el centro de salud del Valle de Valdebezana a seis localidades cántabras y Cantabria a dos localidades palentinas en Mataporquera y Valderredible. La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, y su homólogo de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, han firmado esta mañana en Santander un protocolo general de colaboración entre ambos Ejecutivos, que abarca todas las áreas de gobierno, con el objetivo de «establecer vínculos que mejoren la coordinación de actuaciones de sus Administraciones». Se trata de un ambicioso plan de colaboración, a falta de desarrollo por las diferentes consejerías de ambos Gobiernos, para el desarrollo de actuaciones conjuntas que deben beneficiar a los ciudadanos de las dos comunidades.

El documento consta de una veintena de apartados referidos a diferentes ámbitos de políticas públicas, desde la asistencia sanitaria, la educación y el medio ambiente a las infraestructuras de comunicación, el tejido empresarial y la innovación. Es quizás en el área sanitaria en la que más se ha avanzado para realizar actuaciones concretas, tendentes a mejorar la atención de los ciudadanos de poblaciones limítrofes, aunque también a falta de detallar. El refuerzo de la cooperación en materia de gestión del lobo, y el esfuerzo conjunto en la mejora de las comunicaciones por carretera y tren son otros asuntos recogidos igualmente en ese marco general de colaboración.