Marcano: «Disfruto de un privilegio que pocas veces se produce»

Desde las once de la mañana de este martes, Francisco Javier López Marcano es consejero del Gobierno de Cantabria por quinta vez. El exalcalde de Torrelavega vuelve al Ejecutivo después de superar sin mácula judicial los cinco procesos en los que estaba envuelto y que le obligaron a retirarse de la vida política durante casi seis años por la exigencia de Podemos como condición para facilitar el bipartito PRC-PSOE. Regresa provocando una revolución y poniéndose al frente de un macrodepartamento que une Industria -el área que deja libre Francisco Martín con su marcha al Puerto- y Turismo, el que mejor conoce López Marcano y en el que ha dejado su seña personal duarnte cuatro legislaturas.

«Vuelvo consciente de algo fundamental, de que estoy aquí y ahora más por el sentido del cumplimiento honorable a la palabra dada de nuestro presidente que por mis méritos propios», ha asegurado el regionalista después de jurar -prefirió esa fórmula con marcadas connotaciones religiosas a la de la promesa- su cargo en una jornada doblemente emotiva, ya que también es la de su 67 cumpleaños. «Disfruto de un privilegio que pocas veces se produce», ha dicho López Marcano, que reconoce que son muchos en su entorno más cercano los que no entienden por qué rompe con la vida tranquila y su calidad de vida actual para volver a la primera línea.

¿La respuesta? «No hallo otra que el compromiso con la cosa pública. El afán y la vocación de servicio público que he tenido allá donde he estado. En el Gobierno, en la Alcaldía de Torrelavega o en el instituto. Me siento digno y entregado a representar a las gentes de Cantabria». Todo antes de dar las gracias a su antecesor, Francisco Martín, y a su compañera Marina Lombó, a la que 'roba' el área de Turismo.

El propio Martín, así como todo el Consejo de Gobierno en pleno, han asistido al acto de toma de posesión en el que López Marcano ha mostrado su intención de «provocar el menor cambio de dirección posible, porque la dirección es muy correcta» y dedicar las primeras semanas a escuchar más que a hacer.

El presidente Revilla, después de las normales palabras de agradecimiento al que sale del Ejecutivo y poner en valor el impulso a proyectos como la inversión de Repsol en San Miguel de Aguayo o el futuro parque eólico de El Escudo, fue el encargado de marcar el camino al recién llegado. De definir los objetivos principales para los dos años y medio que quedan de legislatura. Tres por encima de todos: hacer realidad el proyecto de centro logístico de La Pasiega, reflotar el aeropuerto del Seve Ballesteros después de la caída en picado de las cifras durante la pandemia y empezar a preparar el Año Jubilar Lebaniego 2023.

«Llegas en una circunstancias que son muy malas, La gente tiene derecho a echarle la culpa al que está gobernando. No se la van a echar al vecino», advirtió Revilla al nuevo consejero, al que por su trayectoria prefirió no darle consejos y del que ha destacado que es un hombre con ideas constantes, «a lo mejor hasta exageradas»: «Nunca le diría que hay que trabajar duro porque va a ser el primero que abra la puerta del despacho todas las mañanas».