Sanidad espera un aumento de contagios fruto de las reuniones sociales del puente

En la actualidad, Cantabria registra 29 brotes activos, la mayoría de ellos con vínculos epidemiológicos en varios ámbitos, es decir, que se mezcla el componente laboral, el familiar y el social. Léase una persona que se contagia después de quedar con su círculo de amigos, lleva el virus a casa y además deja el rastro de la infección entre sus compañeros de trabajo. Sólo dos de esos brotes se localizan en el entorno sociosanitario, con dos profesionales positivos en residencias.

Por franjas de edad, Wallmann señala que «la tasa de incidencia es más o menos igual. Se ha notado que ha descendido la curva en los menores de 0 a 9 años», sector no protegido por la vacuna –en las últimas tres semanas se han registrado 53 contagios–, mientras que «a partir de los 40 años ha habido ligeros incrementos». 108 diagnósticos covid se detectaron en ese mismo plazo en personas de 40 a 49 años, que es el grupo de edad más numeroso. Y en torno al medio centenar se han acumulado en el resto de franjas. «Es importante que la gente con síntomas se haga un test de antígenos, bien de farmacia o a través de su centro de salud, notificando el positivo para poder hacer el rastreo de contactos estrechos adecuadamente. Tenemos la impresión de que puede haber un infraregistro de casos. Ahora mismo, hay un 70% de pacientes sintomáticos, cuando normalmente estaba más equilibrado, repartidos al 50% los infectados que sí tenían algún síntoma sospechoso y los que no», explica el epidemiólogo. Una criba que resulta más necesaria en el contexto actual, en el que empiezan a proliferar otros virus respiratorios que causan cuadros catarrales muy parecidos.

«Los países que tienen una tasa de vacunación por encima del 80%, caso de España y Portugal, están aguantando bastante bien» esta nueva embestida del virus, pero «la gran pregunta» que Wallmann deja en el aire es «si la inmunidad proporcionada por la vacuna y las labores de rastreo van a ser suficientes para que no entre esa gran ola que recorre Europa». O en qué medida frenarán su impacto. «Aún no se han reajustado los umbrales de incidencia», recuerda. Si antes con 50 casos por 100.000 habitantes, la situación ya se ponía fea –ahora Cantabria se mueve en torno a los 44 casos sin salir del 'riesgo controlado'–, ahora «incluso por encima de los 200 se considera que puede ser perfectamente digerible por el sistema sanitario», porque aunque haya mucho contagio, se van a generar menos ingresos hospitalarios gracias a la alta inmunidad poblacional.

Por el momento, ese tímido repunte de contagios no se ha traducido en una mayor presión asistencial. El porcentaje de camas ocupadas por pacientes covid en Cantabria está en el 0,8% –1,5% es el dato nacional, en aumento en el caso del País Vasco y La Rioja (por encima de 2,5%)–.

¿Cómo va a evolucionar? «No se sabe, estamos ante una suave aceleración de los contagios. Ahora mismo, España tiene la menor incidencia de Europa, pero sería raro que nos libremos del todo», dice Wallmann, que no descarta que las cosas se compliquen de cara a las Navidades. De ahí la necesidad de reforzar la protección con las terceras dosis.