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Sin el calor y la intensidad de los debates nacionales en torno a los asuntos identitarios, las reformas del Código Penal o la renovación de los órganos judiciales, la política cántabra desde hace meses –y parece que así será también en lo que resta para ... las elecciones del próximo 28 de mayo– se ha centrado en los temas económicos y en el desarrollo industrial. Eso es lo que también viene haciendo el presidente Miguel Ángel Revilla en sus intervenciones públicas y donde ha puesto el foco en su tradicional mensaje de Navidad, que el Gobierno de Cantabria ha difundido este viernes y en el que el regionalista reclama desterrar el desánimo. «Estamos preocupados por la situación, por supuesto, pero no nos vamos a detener. No podemos dejarnos llevar por el pesimismo. Todo lo contrario, creemos firmemente en la capacidad de Cantabria y de su ciudadanía para sobreponerse a las dificultades y salir de ellas fortalecidos», aseguró el jefe del Ejecutivo en su discurso.
Ese optimismo lo sostiene Revilla en datos como los del crecimiento y el empleo. Después de cumplir con la tradición de estas fechas y desear a los cántabros que puedan vivir las fiestas con alegría y rodeados de los seres queridos, el presidente celebró que, a día de hoy, «nuestra economía ha recuperado prácticamente ya el PIB previo a la pandemia y seguimos creciendo a un ritmo destacable, que rondará el 4% cuando termine este año». Un crecimiento que también se ve respaldado por los datos del paro, con «6.000 trabajadores más que a finales de 2019 y 3.500 desempleados menos». Su conclusión es que, después de dos años «extraordinariamente difíciles, en los que nos hemos enfrentado ni más ni menos que a una pandemia y una guerra, Cantabria está avanzando por el buen camino».
Y avanzan por buen camino, según Revilla, los tres proyectos «fundamentales por los que llevamos mucho tiempo trabajando y peleando duro» y para los que 2023 será un «año clave» ya que por fin estará en marcha su ejecución. Lo decía en referencia al desarrollo de La Pasiega, llamado a convertirse en el gran espacio industrial que impulsará el crecimiento del puerto de Santander, las obras del nuevo Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Mupac) que arrancarán en febrero y la instalación de la unidad de protonterapia, «que situará a nuestro Hospital Valdecilla aún más en la vanguardia de la atención sanitaria española». Esta vez el regionalista no habló de industria. Ni en tono negativo por las situaciones complicadas que atraviesan algunas empresas ni en positivo por la cascada de inversiones privadas que ha enumerado en diversas ocasiones. No nombró a las grandes iniciativas que ya deberían estar a punto de arrancar como la ampliación de la central hidroeléctrica de Aguayo ni del parque eólico del Escudo, el más ambicioso y el que está más avanzado de cuantos se proyectan en la región.
El de las infraestructuras ha sido otro de los temas candentes de la legislatura y también de los que ha estado en el mensaje navideño. Revilla, que muchas veces ha reiterado su agradecimiento al Gobierno de Pedro Sánchez por avanzar en la mejora de la red de Cercanías, la alta velocidad a Madrid o la ampliación de desfiladero de La Hermida, subraya que centrará ahora sus esfuerzos en conseguir que Europa dé el visto bueno al tren rápido a Bilbao.
Y en tono más local, recordó que el Presupuesto de Cantabria para 2023 que aprobó el jueves el Parlamento contiene «importantísimos apoyos» para los distintos sectores productivos en el actual momento de dificultad, y que al mismo tiempo blinda nuestro Estado de Bienestar, con un nuevo impulso a las políticas sociales, sanitarias y educativas. «Os aseguro que nos estamos dejando la piel. Cada uno de los consejeros y las consejeras y yo como presidente trabajamos con toda la ilusión y al máximo de nuestra capacidad para contribuir a que nuestra tierra sea cada día un poco más próspera y acogedora», garantizó Revilla.
Ese reto, el de seguir mejorando la región cada día, resume el compromiso que explicitó este viernes el presidente. ¿Las dificultades? Sobre todo las que vienen dadas por el contexto internacional. Tras el mensaje de cariño al pueblo de Ucrania, «víctima de una guerra deleznable», el regionalista destacó que ese conflicto «también nos alcanza a nosotros, que sufrimos las consecuencias económicas»:
«Nos encontramos inmersos en una coyuntura internacional que no tiene precedentes en el mundo contemporáneo. Vivimos momentos de gran inseguridad, amenazados por un peligro aún mayor que el que nos trajo el covid, que es el virus de la guerra y la sinrazón. Pero estoy seguro de que no logrará doblegarnos, porque la fuerza de la razón está de nuestro lado y acabará por imponerse».
La prueba para Revilla de que hay que optar por el optimismo y la esperanza es que esta Navidad se vive en Cantabria con la «relativa normalidad que hemos recuperado»tras lo más duro de la pandemia y las limitaciones del año pasado y el anterior. Ahora que queda atrás de la pandemia, el presidente animó a celebrar y también a recordar a los que se fueron por el virus.
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