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Jornada maratoniana la de ayer en el Parlamento de Cantabria, desde las doce de la mañana hasta las nueve de la noche y con 28 puntos distintos en el orden del día entre proposiciones no de ley, preguntas a la presidenta Buruaga e interpelaciones ... al Gobierno regional. Se habló del lobo, de impuestos, de obras, de igualdad... De todos los asuntos tratados, el más suculento fue el último en analizarse: la votación del dictamen realizado por la Comisión del Estatuto del Diputado sobre las posibles incompatibilidades entre la actividad privada que declaran sus señorías y su labor política en la Cámara. El resultado de la votación era esperado porque ese dictamen en el que se proponía retirar la dedicación absoluta a Cristóbal Palacio (Vox) y sustituirla por una dedicación parcial al 50% -con la consiguiente pérdida de una parte del sueldo- fue elaborado por los representantes de cada uno de los cuatro grupos parlamentarios. Lo sorprendente fue que dos de los cuatro integrantes de Vox se unieron a PP, PRC y PSOE en contra de su compañero. Para mantener la dedicación total tendría que darse temporalmente de baja como abogado, algo a lo que el protagonista involuntario del Pleno de ayer no está dispuesto.
En concreto, respaldaron retirarle la dedicación total la portavoz de Vox, Leticia Díaz, y la diputada Natividad Pérez. Siguen así el criterio de la mayoría de la Cámara, que en ese dictamen recordaba que la costumbre en el Parlamento de Cantabria es que los abogados ejercientes tengan dedicación parcial. Solo Armando Blanco se alineó con Palacio.
Con independencia de su posición, el suyo es un voto coherente porque ya hace cuatro años se produjo esta misma situación y ambos, entonces únicos diputados de Vox en el hemiciclo, se quedaron solos. Y argumentaron su postura. En primer lugar, señalaron que no hay ningún artículo del Reglamento que diga que ambos asuntos son incompatibles y que el dictamen responde a un acuerdo político, no técnico. No a una recomendación de los servicios jurídicos del Parlamento de Cantabria. Además, insistieron en que en la mayoría de cámaras autonómicas sí se permite a un abogado mantener su trabajo como profesional liberal y tener una dedicación total. Abogados o profesionales de otro tipo.
No solo en el ámbito regional, también en el Congreso de los Diputados. En su defensa hace cuatro años, Palacio recordó que entonces había en las Cortes más de 50 diputados nacionales a los que se les había concedido la compatibilidad para tener dedicación absoluta y ejercer su actividad privada. Como abogados o en otras profesiones, como el caso de Pablo Iglesias, que pudo cobrar el 100% del sueldo mientras presentaba un programa de televisión. Además, el diputado de Vox puso de manifiesto lo que, en su opinión, era algo incomprensible: que su caso no estuviera permitido y, en cambio, un diputado cántabro pudiera ser alcalde y cobrar el 100% de su sueldo en el Parlamento por pisar el hemiciclo una vez a la semana. Por último, subrayó que decisiones como la que le afectaba desincentivan la participación de profesionales en la política y que ningún «médico o ingeniero de prestigio» iba a querer ser diputado si eso le obligaba a dejar de lado durante cuatro años su carrera profesional.
La ruptura del voto establece un peligroso precedente en Vox, un grupo parlamentario que desde las elecciones ya ha vivido diferentes crisis internas. De hecho, hace tiempo que Palacio no se sienta al lado de sus compañeros y deja un escaño libre entre él y Natividad Pérez.
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