
'Economía senior' o el negocio de envejecer
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El sector de atención a la dependencia pide una estrategia a largo plazo y la CEOE contempla la evolución demográfica como una oportunidad«El envejecimiento tiene grandes implicaciones económicas. Por esto, es fundamental prever los cambios que están por venir en la estructura económica. Es necesario que ... la sociedad empiece a valorar la 'Economía Senior' abriendo ventanas de oportunidad», recoge la 'Estrategia 2019-2025'. El texto se asoma al desequilibrio territorial, a la dinamización del empleo, a la economía social, a la sanidad y la dependencia, y emplaza al diálogo institucional y social, para lograrlo. Será una tarea coral, larga.
¿Cómo afectará el envejecimiento al sistema productivo, al empleo? «El mercado laboral de un futuro no muy lejano tiene que ir dirigido a reducir el tiempo efectivo de trabajo, tender a trabajar en un periodo más largo, pero con menos intensidad horaria», reflexiona Asunción Villalba, «y lo que está muy claro es que no se puede perder más tiempo y nos tenemos que ir adaptando a estos cambios con un consenso social que confirme la estrategia a seguir».
¿Y qué pasará con las prestaciones asistenciales? Rubén Otero, presidente autonómico de la Federación Empresarial de la Dependencia –treinta empresas que gestionan 60 centros–, es consciente de los cambios que se avecinan, y el envejecimiento de la población, indica, puede que sea «uno de los nichos de negocio más importantes de aquí a los próximos años». ¿Por qué? En primer lugar, responde, por el empleo: «Por cada dos personas que atendemos, contratamos a un trabajador. Pero esto es insuficiente, habría que contratar a más».
Otero reclama una 'macroestrategia' a largo plazo, un plan que lleve infraestructuras a los territorios que las necesiten –ahora mismo, el arco de la Bahía y zonas rurales concretas, indica–, que guíe la creación de plazas o servicios asociados. Confía el empresario en que el nuevo equipo que dirige la política social, con Julio Soto y Mª Antonia Mora a la cabeza, lo tenga en mente. «Hacer un mapa de servicios, ver las demandas y necesidades, ver las plazas que hay que crear», pide Otero, y calcula que a diez años vista habrá que habilitar otras 2.000 plazas y repensar el modelo residencial: quienes envejezcan en estos años lo harán con otras necesidades asistenciales y también de ocio, de comunicación.
Gema Díaz, gerente de Calidad en Dependencia, considera que para que el sector crezca es preciso encontrar más personal cualificado que engrose las plantillas. Mejorar sus condiciones laborales –ahora trabajan 37,5 horas semanales, con un sueldo medio de 900 euros– ayudaría a lograrlo. «La solución pasa por un estudio de las necesidades por zonas de aquí a 10 o 15 años; y un estudio económico de los costes para hacer previsiones, que incorpore un aumento de personal y del precio del convenio», resume Otero. La hoja de ruta, añade, no puede sujetarse a «caprichos» políticos o impulsos. «Hagamos una nueva planificación».
Dependencia
En CEOE-Cepymese contempla la transformación demográfica como una oportunidad de negocio. En el 'Plan Cantabria 2030', ya identificó el envejecimiento de la población «como uno de los retos a los que la empresa deberá dar respuesta en los próximos años». No se trata de responder solo a necesidades asistenciales, sino de ocio, cultura, alimentación, turismo o tecnologías para una vida independiente, recuerdan.
El 8 de noviembre, la patronal celebra el primer foro sobre 'Silver Economy' de Cantabria. Diez expertos, entre empresarios locales y del resto de España, hablarán sobre las estrategias para enfrentar el cambio demográfico como «una nueva oportunidad de negocio». Se celebrará en Escenario Santander con el título 'Empresas para la Era Silver', y servirá para compartir experiencias empresariales sobre robótica, impresión 3D o tecnologías, y sobre cómo estos ejes amparan productos y aplicaciones para la autonomía personal o la interacción. El foro servirá, añade la CEOE, para conocer «cómo las empresas cántabras de alimentación incorporan líneas para dar respuesta a las necesidades nutricionales de los nuevos consumidores o a cómo, desde el marketing hasta el 'packaging', se adaptan o van a hacerlo a nuevos lenguajes y requerimientos» de la población.
Rosa Mantecón, de CC OO, reflexiona sobre el sector asistencial, feminizado, al alza: «El envejecimiento de la población, además de alargar la vida de los pensionistas, ha venido acompañado de la generación de nuevos nichos de empleo vinculados a la atención y cuidado de las personas mayores. La profesionalización de la asistencia ya es un hecho que ha facilitado, además, la incorporación de la mujer al mercado laboral en un sector altamente feminizado». Es así: la mayoría de los empleos del sector los ocupan mujeres con una media de 40 años.
«Es evidente que hay que continuar avanzando en el desarrollo del sistema de atención y cuidado de las personas mayores que ya en los últimos años ha dado un salto cuantitativo y ha generado la creación de muchos puestos de trabajo ligados al envejecimiento», continúa Mantecón, pero advierte: «Es imprescindible que el salto cuantitativo vaya acompañado de unas buenas condiciones laborales». Y recuerda, de paso, a las 2.400 personas a la espera de recibir prestación por dependencia, y contabilizadas por su sindicato.
Más allá de la profesionalización, las mujeres se han ocupado en la historia del cuidado de niños y mayores, de quienes son dependientes, recuerda Montserrat Peña, empresaria, presidenta de la Comisión de Igualdad y Diversidad de la CEOE. Por eso es preciso una lectura de género del envejecimiento: «No es solo envejecer, sino cómo envejecer. Y las mujeres vivimos más, pero vivimos peor». El rol de cuidadoras es clave, insiste Peña, en un modelo de sociedad patriarcal, injusto.
Cuando la mujer deja de cuidar, ¿tiene entonces quien la cuide a ella?, se pregunta Peña. Por eso, incide, hay más usuarias en las residencias, y por eso muchas mujeres han roto con la función reproductora o del cuidado. «Aquí lo importante es poder elegir, y que esa libertad no esté condicionada», expone. La corresponsabilidad emerge aquí como imprescindible: «No se puede focalizar todo en la mujer, porque se tienen hijos 'con'. ¿Están los hombres dispuestos a responsabilizarse?».
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