La educación, como la vida, no puede detenerse; como no lo hacen la medicina, la tecnología o la ciencia. «La vida –decía Einstein– es como una bicicleta. Para mantener el equilibrio, hay que seguir avanzando». Si la educación se para, la inercia que de manera ... permanente se opone a su avance la deteriora, la abate y la lleva hacia atrás, como vimos que ocurría en el periodo 2011-15 y, tristemente, vuelve a pasar últimamente en Cantabria. El innovador proyecto educativo que se venía desarrollando en Cantabria durante los dos primeros cursos de esta legislatura, está paralizado y ha sido sustituido por otro que ha hecho retroceder la educación de Cantabria, en aspectos muy importantes, a las posiciones que, con anterioridad, defendía el PP con la implantación de la Lomce.
Cantabria consiguió un acuerdo con el Ministerio de Educación para la desactivación de las llamadas reválidas; y en nuestra comunidad autónoma, con valentía política, mediante el diálogo y acuerdo con los representantes del profesorado, fue posible revertir algunas de las medidas, como el incremento de las ratios de alumnado por grupo, de las horas lectivas del profesorado o la disminución de los plazos para sustituir las bajas del profesorado; contenidas en el R.D. 14/2012 y que perjudicaban seriamente la calidad de la educación. Todo ello fue bien aceptado por el conjunto de la comunidad educativa. Sin embargo, la falta de proyecto educativo de la actual Administración educativa ha producido un grave retroceso en aspectos importantes de la misma. Analizaremos brevemente algunos de los aspectos a los que nos referimos.
En primer lugar, se ha perdido un año entero para que el Acuerdo por la Educación en Cantabria, alcanzado por unanimidad de toda la comunidad educativa, que estaba ya hablado y pactado desde el curso pasado con los grupos parlamentarios, se hiciera realidad en el Parlamento de Cantabria. Y lo peor es que no se ve voluntad de activarlo y desarrollarlo desde la Administración educativa.
En segundo lugar y en sólo unos meses, se ha hecho saltar por los aires el clima de paz escolar y diálogo que existía. El empeño en volver a incrementar la jornada escolar y las horas lectivas de los docentes de Educación Infantil y Primaria, haciendo seguidismo del triste R.D. 14/2012 de recortes de la Lomce, supone un retroceso claro sobre las posiciones alcanzadas en Cantabria. Y en toda esta desafortunada intervención, llama incomprensiblemente la atención el injusto e incoherente criterio con el que la Administración educativa ha actuado, eliminando algunas de las medidas que habían desactivado el R.D. 14/2012 y, sin embargo, permitiendo que sigan en pie otras.
En tercer lugar, la Administración educativa ha apostado y dado cabida a prácticas que contradicen el modelo inclusivo de atención a la diversidad que existía en Cantabria. Así, se ha vuelto a impulsar el programa Espade, implantado por la Administración del Partido Popular y que planteaba serios problemas y objeciones relacionados, entre otros aspectos, con la admisión de alumnos, la organización del currículum y el funcionamiento de los centros educativos, o con el papel de las federaciones deportivas. Aspectos todos que ofrecían serias dudas de legalidad y que, en resumen, no favorecen la equidad en educación.
En cuarto lugar, es evidente la falta de liderazgo de la Administración educativa tanto en la innovación educativa como en la formación permanente del profesorado. En el primer caso, mostrando dejadez y desinterés tanto hacia los Proyectos Integrados de Innovación Educativa (PIIE), como hacia el Plan para la mejora de la alfabetización y la cultura científica en los centros escolares. Y en el segundo, recortando su presupuesto, paralizando la creación de nuevas plazas de asesores conforme al plan previsto o retrasando la convocatoria de plazas existentes a periodos con menor difusión pública.
Baste lo expuesto hasta aquí para dejar al descubierto un grave retroceso, producido por la falta de un proyecto educativo bien definido; por la ausencia de compromiso político con una educación dinámica, innovadora y equitativa; o por el desinterés hacia un cambio educativo, ligado a la reflexión colectiva del profesorado sobre su práctica docente.
Si queremos que la educación de Cantabria avance, es indispensable por tanto que, con urgencia y determinación, la Administración educativa aborde las propuestas que se hacen a continuación. Una: deben impulsarse, de manera inmediata, las medidas que el acuerdo recoge, respetando el sentido que el mismo orienta. Y, en coherencia con ello, el presupuesto de Educación debe incrementarse convenientemente. Si no es así, el acuerdo estará muerto y para nada habrán servido tanto esfuerzo, tanta voluntad social y política.
Dos: tiene que priorizarse un clima de diálogo y acuerdo con la comunidad educativa. El diálogo y la confianza mutuas son necesarios para avanzar en cualquier ámbito, pero en educación son imprescindibles.
Tres: hay que aprovechar la posición contraria a la Lomce que mayoritariamente manifestó Cantabria, así como la postura clara que al respecto mantiene la actual ministra de Educación, para terminar rotundamente con todos los recortes y medidas contrarias a la educación, que recogía el R.D. 14/2012, y otras, menos tangibles pero muy dañinas para la calidad de la educación.
Cuatro: se debe mantener una postura claramente proactiva con el modelo de atención a la diversidad que defiende una escuela equitativa e inclusiva; que apuesta por el éxito educativo de todo el alumnado, en especial de los más desfavorecidos. En este sentido y de manera especial, debe cuidarse la escuela en las zonas rurales; abandonar todos aquellos programas que no son coherentes con el modelo inclusivo, y potenciar procesos de enseñanza-aprendizaje de las lenguas extranjeras que sean coherentes con el mismo.
Cinco: tiene que haber un compromiso activo con el cambio y la innovación, profundizando en todas aquellas medidas que la favorezcan. Medidas como el impulso a los Proyectos Integrados de Innovación Educativa, orientados a conseguir las transformaciones necesarias en la organización del currículum, en las metodologías, en la organización y funcionamiento de los centros… Compromiso, igualmente, con la formación permanente del profesorado, potenciando determinadas medidas, como el intercambio de experiencias, las visitas de profesorado a otros centros, o favorecer que los centros, el alumnado y el profesorado dispongan de espacios y tiempos para difundir e intercambiar sus experiencias.
Aspiramos a que la educación de Cantabria siga avanzando y ofreciendo a la ciudadanía un alto servicio de calidad, equidad e inclusión para el éxito educativo de todo el alumnado. Queremos que toda la sociedad de Cantabria se sienta orgullosa y confíe en la educación que se le ofrece. He aquí para ello algunas de las medidas, no las únicas porque deberían añadirse otras en relación con la F. P., la evaluación del sistema, la inspección educativa… que es necesario poner en marcha con toda urgencia y determinación política.
Firman: Manuel Ceballos Pérez, Luisa Mª Carpio Rodríguez, Marta Domingo Gracia, Roberto González González, Jesús Gutiérrez Barriuso, Concepción Linaza López, Mª José Marinas Fernández, Pilar Navarro Ricalde, José Ángel Olavarría, Fernando Pérez Fernández, Ramón Ruiz Ruiz, Juan Antonio Sánchez Saiz, Mª Victoria Sánchez Salces, Vanesa Solórzano Villegas, Zara Ursuguía Gómez, Marina Bolado Mantecón e Isaac Francés Sánchez.
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