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Daniel Martínez
Santander
Miércoles, 9 de septiembre 2020, 13:13
Cuando la Consejería de Educación inauguró el pasado lunes un atípico curso escolar después de seis meses con los colegios cerrados a causa del coronavirus ya daba por hecho que era cuestión de tiempo que aparecieran los primeros positivos entre los alumnos. Conocían que, ... pese a la implementación de un sinfín de medidas de seguridad e higiene en los centros, que están suponiendo un verdadero sobreesfuerzo para los docentes, más pronto que tarde habría que poner en marcha los protocolos diseñados junto a Salud Pública ante estas situaciones. Pues bien, no ha habido que esperar ni 48 horas. Ya están aquí.
Este miércoles por la mañana se confirmó el primer positivo en Cantabria. Los directores de Infantil y Primaria, los niveles que junto a la Educación Especial han entrado en funcionamiento, sabían que todos participaban en una lotería y, por mucho mimo que pusieran en la aplicación de los planes establecidos para luchar contra el covid-19, todos tenían papeletas. Tocó en el colegio público José María de Pereda, de Los Corrales de Buelna. Y por la tarde se confirmaba que existía otro alumno con una PCR positiva en el colegio Virgen de Valvanuz, de Selaya.
Dos casos muy similares, ya que ninguno de los menores fue a clase ante la sospecha de que pudieran estar afectados, y que han tenido una misma respuesta: la clausura del grupo de convivencia (las denominadas 'burbujas' que permiten a los chicos interactuar con un puñado de compañeros, pero no con los que están fuera para reducir el riesgo de contagio) y el confinamiento preventivo de todos los compañeros del aula, que han sido enviados a casa hasta nuevo aviso. Así, en el primero de los casos hay 15 menores y dos profesores implicados, y en el segundo otros 11 alumnos y un docente. Todos a la espera de que en las próximas horas se les realice la PCR que confirme, o no, que el virus no se ha propagado y puedan recuperar la normalidad. También se ha procedido a la desinfección de las zonas afectadas.
«Nos hemos enterado porque ha habido una llamada del centro de salud antes de que abriera el colegio esta mañana. Nos informaban de que existía un positivo y nos instaba a que clausurásemos el aula», apuntaba Raúl Salgado, director del Virgen de Valvanuz. Y eso hicieron al tratarse de un grupo de convivencia estable que no tiene contacto con otros grupos del mismo centro. En ese momento se pusieron en contacto telefónico con las familias. «Algunos padres de ese curso estaban ya en la puerta exterior del patio y se les comentó que tenían que regresar a sus casas», contaba Salgado mientras la empresa Oxital procedía a la desinfección de la clase y el baño que utilizan estos chicos.
El director agradece a las familias la comprensión y la colaboración ante este imprevisto y asume este positivo como algo normal: «Va a pasar en todos o casi todos los colegios. Sabíamos que también podía ocurrir, pero lo que no te esperas era ser el primero. El segundo, en este caso». La familia del menor implicado está confinada desde el martes por la tarde –hoy ya no fue al colegio– y aún más precauciones tuvieron los padres del alumno de 4º de Primaria del José María Pereda, de Los Corrales de Buelna, porque ya el martes se quedó en casa. El lunes por la tarde inauguró el curso con normalidad, esa misma tarde conocieron que había un positivo en la familia, se sometieron a la PCR y a primera hora recibieron el resultado.
La forma de proceder del centro fue la misma: llamada a los padres del resto de alumnos para que volvieran a recogerlos antes de tiempo. Sólo a esa clase. Al contrario que en Selaya, allí si llegaron a empezar la jornada lectiva.
«A todos ellos se les realizará la prueba PCR», informaba la dirección del Pereda a las familias en un comunicado en el que también rogaba que les mantengan informados de cualquier incidencia relacionada con el covid-19 y que afecte al alumnado. Antes de leer esta notificación, algunos padres de alumnos del aula afectada que llamaron al ambulatorio en busca de más datos –allí sí que se detectaba algo más de nerviosismo entre las familias– también recibieron la misma información.
Así las cosas, hasta las 17.00 horas dede este miércoles había dos aulas en cuarentena preventiva de las 2.654 que suman la Educación Infantil y Primaria en Cantabria. Son 28 alumnos sin clase del total de 46.119, una cifra de afectados que, irremediablemente, irá aumentando a lo largo de las próximas semanas, a medida que se den casos similares en otros centros de la región. «Es lo habitual y lo que va a estar sucediendo de aquí a final de curso», explicaba la responsable de Salud Pública, Paloma Navas, en una rueda de prensa en la que daba cuenta de la evolución de la pandemia y en la que confirmó el primer caso en el entorno escolar.
Confirmó Navas el primer caso, pero no el colegio ni la localidad para respetar la privacidad de los menores implicados. En cambio, unas pocas horas después, el departamento que dirige Marina Lombó sí que localizó los positivos en el mapa. De lo que no han informado ni Sanidad ni Educación es del total de PCR realizadas a raíz de casos sospechosos detectados en los colegios ni en cuántas ocasiones se ha tenido que poner en marcha el protocolo de actuación ante alumnos con síntomas compatibles con el coronavirus.
Situación diferente es la que se ha dado en el colegio La Salle, en Santander. Allí no ha habido que recurrir a la clausura de ninguna clase porque el alumno de 6º de Primaria en cuyo entorno familiar se ha detectado un caso de coronavirus no ha llegado a ir al centro. La dirección señala que esta familia está confinada en su casa «y se encuentra bien». También están confinados de forma preventiva –no han dado positivo– otros cinco alumnos porque Salud Pública les considera contactos estrechos del menor anterior.
Al parecer, según informa La Salle, antes del inicio de curso los seis compartieron una jornada en la playa. Ante esta situación la dirección ha informado al Servicio de Inspección y la Consejería ha realizado una desinfección completa, tanto de las aulas como de las zonas comunes.
Las circunstancias de los dos primeros positivos en las escuelas han hecho que no sea necesario, en estos episodios concretos, desplegar por completo el protocolo de Educación y Sanidad, que establece que ante casos sospechosos se aísle al alumno en cuestión y sea trasladado a un lugar establecido para tal fin, al mismo tiempo que el profesor pone los hechos en conocimiento del coordinador covid del centro, de la Inspección de Educación y de las autoridades sanitarias, que a partir de ahí deben tomar el mando de la situación. No se han aislado porque ya no estaban allí.
«Lo que ocurra con estos dos centros y decida Salud Pública va a marcar un poco la pauta de los casos que haya en el futuro», apunta María José Rioseco, portavoz de los directores de Cantabria, e insiste en que aplicar los protocolos está siendo muy complicado. Además, apunta que aunque dentro del centro se haga todo bien, los contagios con origen en el exterior tienen una gran repercusión en la comunidad docente.
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