Educación garantiza la «correcta atención» del alumnado durante las elecciones sindicales en Cantabria

Pero son los propios centros los que están facultados para organizar la jornada de votación como consideren oportuno, «dentro de unos márgenes razonables», permitiendo adaptar sus características específicas al cumplimiento de dos objetivos: facilitar el derecho de los docentes a votar, permitiendo esas dos horas de permiso ya que los lugares de votación pueden estar en otro centro o localidad, y asegurar la mejor atención al alumnado, garantizando igualmente la prestación de los servicios complementarios de comedor y transporte con total normalidad.

«Son los centros los que mejor conocen la situación de sus plantillas y servicios, y, por tanto, los que pueden determinar de la manera más adecuada y eficaz de organizarse para que la jornada transcurra de la mejor manera posible y garantizando, entre otras cuestiones, la correcta atención del alumnado», explica César de Cos, director general de Personal Docente y Ordenación Académica del Gobierno de Cantabria. Es decir, liberar a todos los docentes en un mismo tramo, «lo cual organizamente es más sencillo» pero que supone suspender las clases durante dos horas, o repartirse a lo largo de la jornada lectiva, yendo a votar de forma escalonada mientras el resto se queda al cuidado de los alumnos. «Esto al final es peor porque termina suponiendo que los escolares pasen toda la jornada en el patio al cuidado de unos cuantos profesores pero sin recibir clase», analizan desde la Junta de Personal Docente.

Desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) de Cantabria muestran su «total desacuerdo» con que las elecciones sindicales «lleven a eliminar parte del horario lectivo del alumnado modificando la jornada escolar», algo que consideran un «nuevo perjuicio para el alumnado y un problema para las familias». La presidenta del colectivo que representa a las familias de los centros públicos de la región, Leticia Cardenal, asegura que «de ninguna manera podemos estar de acuerdo en aceptar como válida la 'solución' que se ofrece de suspender las clases dos horas y que nuestros hijos e hijas deban abandonar los centros o que no se asegure su adecuada atención en ese tiempo. ¿Acaso la Consejería cree que a estas alturas del año las familias pueden disponer precipitadamente de un día libre en sus trabajos para resolver este problema que se las crea? Más aún cuando, a falta de apenas una semana, en muchos centros esta cuestión ni siquiera ha sido comunicada todavía a las familias. Exigimos a la Consejería de Educación que rectifique y cumpla con el calendario y horario escolar».

Insiste FAPA que «asegurar» que cada docente disponga de dos horas de su jornada laboral para ejercer su legítimo derecho al voto «no debería ser ningún problema, como ocurre en otros servicios públicos como hospitales, centros de salud, ayuntamientos, registros o en cualquier empresa privada que no cierran en situaciones como éstas».

Desde la Administración, César de Cos responde que son «casos puntuales» los centros que cerrarán sus puertas dos horas, ya que la mayoría «se adecuará para ir a votar y atender a los escolares», y que, en cualquier caso, los que lo decidan así es «por el bien del propio alumnado». Y recuerda que las elecciones son un derecho fundamental, que se celebran cada cuatro años y que apenas se han registrado incidencias en las nueve convocatorias precedentes. «Y las que ha habido se han solucionado gracias al buen hacer y la colaboración del personal de los centros», añade.

Las críticas de la FAPA también fueron rechazadas «de plano» por la Junta de Personal Docente, que señaló que «no va a tolerar» que se cuestione «un derecho fundamental como es el derecho al voto y a la participación del personal docente en la elección democrática de sus representantes. Es inadmisible que un derecho constitucional, que se ejerce una vez cada cuatro años, sea objeto de críticas y se le pongan obstáculos».