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Hoy se retoma la actividad lectiva tras las vacaciones de Semana Santa y los centros educativos ya tienen en su poder las instrucciones de la Consejería para la tercera evaluación y el cierre de curso. Son directrices que concretan la docencia no presencial, aunque Sanidad no haya tomado aún una decisión sobre la vuelta o no a las aulas. Colegios e institutos tamizarán ahora estas pautas, las adaptarán a su realidad. Más de 94.000 alumnos y más de 7.000 docentes habrán se seguir camino gracias a estas nuevas guías.
Las instrucciones tienen que ver, por un lado, con la enseñanza en Infantil y Primaria, donde no se adelantará materia y se harán actividades de refuerzo, recuperación y repaso; y, por otro, con la docencia, evaluación, promoción y titulación en ESO y Bachillerato. Buena parte ya se conocían: las medidas provisionales que la Consejería giró hace semanas a los centros y las conclusiones de la Sectorial del pasado miércoles ya señalaban esta dirección:adelantar materia, pero centrando el tiro en los «aspectos esenciales e imprescindibles y a un ritmo adecuado a las circunstancias»; cerrar el curso en las fechas previstas, y que la repetición sea algo «muy excepcional».
Pero, atención, también hay indicaciones para el inicio del próximo año escolar:los «aprendizajes esenciales» que no se aborden este curso se deberán incluir en las programaciones del que viene;y los centros y profesorado tendrán que organizar, para el curso 2020-21, «planes de recuperación y adaptación». Para ello, avisa la Consejería, importa que los centros detallen los vacíos y necesidades en memorias e informes. Esos documentos serán la materia prima para la organización curricular excepcional del próximo año, con la que suplir el aprendizaje afectado por la coyuntura del tercer trimestre.
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En Infantil y Primaria se intensificará la evaluación continua, el trabajo en competencias, la transición entre etapas. En ESO y Bachillerato también hay que transformar bastantes aspectos. Son ciclos donde las calificaciones pesan más en el expediente; muchos bachilleres que titulan este año y se presentan a la EBAU (prueba de acceso a la universidad) están a la expectativa. Para estos tramos, Educación plantea medidas excepcionales, temporales. Mantiene, como en Infantil y Primaria, el calendario escolar, e insta a adaptar los contenidos y la forma de impartirlos y evaluarlos. La adaptación tiene que ver con la distancia física, pero también con «otros aspectos de salud, sociales y económicos que están afectando a muchas familias». Eso ha de primar, indica Educación, y no es del todo conveniente «trasladar a la actividad no presencial los mismos esquemas de trabajo, rutinas u horarios escolares de la modalidad presencial».
La evaluación del alumnado ha sido uno de los asuntos más rocosos: algunas autonomías incluso se han salido de la senda abierta por el Ministerio, como Murcia o Madrid. ¿Qué se hará en Cantabria? La prioridad de la Consejería es que «los estudiantes no pierdan el curso», sobre todo, el alumnado más vulnerable. La idea es garantizar la equidad y la inclusión.
Algunas fechas ya se conocen, y otras han de concretarse. A la espera de que se publiquen otras normas legislativas, la Consejería remitirá en breve a los centros el calendario de la evaluación final ordinaria y extraordinaria de ESO y Bachillerato. También se compromete a remitir en los próximos días los modelos de pruebas y relación de contenidos de la EBAU. En FP habrá que esperar a la publicación de la normativa básica estatal para adaptar unas instrucciones que también se remitirán a los responsables de la enseñanza de régimen especial: deportiva, idiomas, artísticas, música y danza.
En ESO y Bachillerato, se evaluarán los los tres trimestres de modo «que se favorezca la promoción del alumnado y la recuperación de materias no superadas» en evaluaciones anteriores. En la tercera, Educación propone sustituir los exámenes, la forma más habitual de evaluación, por trabajos de investigación, resúmenes o cuestionarios, y que se ajusten «los porcentajes de calificación al contexto actual». Esto último es revelador: la Consejería plantea que la actividad del periodo no presencial sólo se tenga en cuenta en el caso de que favorezca al alumno, nunca para bajar nota final o suspender la asignatura en caso de haber aprobado los dos primeros trimestres. Así, quien haya superado las dos primeras evaluaciones ha aprobado la materia.
¿Esto supone un aprobado general? ¿Se puede repetir curso? La repetición de curso será una medida «muy excepcional» –la ley ya recoge esa excepcionalidad, ahora solo se le añade ese «muy»–,y tendrá que «estar sólidamente argumentada y acompañada de un plan de recuperación, de tal forma que la promoción de curso será la norma general en todas las etapas», indica Educación. La repetición será la última salida.
Quienes promocionen –quienes pasen de curso dentro de una misma etapa– sin haber superado todas las materias deberán matricularse de las mismas, y esto implica que, tal y como sucede en condiciones normales, el alumno tendrá que recuperar los suspensos en el curso siguiente. Esto viene a subrayar que no se va a dar un aprobado general aunque sí se favorezca la promoción. En las recuperaciones de las asignaturas suspensas, Educación propone alternativas al examen común.
La titulación –certificación de que se ha superado una etapa concreta– también ha de ser la «práctica habitual» para el alumnado de 4º de ESO y de 2º de Bachillerato, indica Educación. En ambos casos, se «flexibilizarán» los criterios para conceder ese título, teniendo muy presentes la adquisición de competencias. Estas, insiste la Consejería, serán la base. ¿Cómo hacerlo?Revisando las programaciones, priorizando «contenidos menos complejos», proponiendo «tareas significativas y motivadoras», como lecturas, búsquedas de información, análisis y comparaciones, visionado de documentos...
Muchos docentes llevan semanas de enseñanza adaptada y esfuerzo. La consejera Marina Lombó ha acompañado las instrucciones con una carta en la que reconoce su capacidad para sobreponerse a este desafío:«Nos ha tocado hacer frente a un reto educativo sin precedentes y los docentes sois, sin ningún atisbo de duda, el colectivo imprescindible para abordarlo», escribe. Lombó también se ha acordado de las familias, de su implicación, y les ha trasladado un mensaje de tranquilidad: «Ningún alumno se verá perjudicado por las circunstancias derivadas de esta crisis sanitaria y vuestros hijas e hijos estarán, como lo han estado hasta ahora, acompañados por sus docentes y por los equipos directivos de sus centros».
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Ana del Castillo
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