![Sáenz de Buruaga se abraza con el exsenador Alberto Terán](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/12/16/PP%20Navidad06-U2101006991923ur-U2101012495467j7-758x531@Diario%20Montanes.jpg)
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El profunda crisis con la que se cerró el Congreso Regional del PP de 2017 que aupó a María José Sáenz de Buruaga a la presidencia del partido hizo que, durante prácticamente cinco años, la formación conservadora empleara más esfuerzos en tratar de coser heridas ... que en hacer oposición al bipartito y dar a conocer un proyecto alternativo al de regionalistas y socialistas. Al menos ese era el mensaje que llegaba al votante. Esa dinámica empezó a cambiar con su reelección en octubre de 2022 durante un cónclave popular el que recibió el apoyo expreso de Alberto Núñez Feijóo y que dio inicio a una etapa «de unidad», ese requisito que todas las organizaciones políticas consideran imprescindible para ganar elecciones. Los asuntos internos comenzaron a pasar a un segundo plano y Buruaga puso todos los esfuerzos en una campaña que concluyó con la vuelta del PP a Peña Herbosa después de ocho años con una representación institucional más que mermada.
Ahora, desde la tribuna que supone la Presidencia de Cantabria, Buruaga tiene oportunidades de sobra para explicar qué lleva haciendo en el medio año que ha pasado desde que tomó posesión y todo lo que plantea para los tres años y medio que –en condiciones normales– tiene por delante. Quien haya querido saber que el 1 de enero entrará en vigor una profunda reforma fiscal que tocará a la baja todos los impuestos sobre los que tiene competencia la comunidad autónoma, que se ha recuperado el régimen de construcción de vivienda unifamiliar en suelo rústico que implantó el PP en 2012 o que se ha iniciado un proceso para reducir la carga burocrática de empresas y familias y simplificar la administración, ha tenido oportunidades de sobra para saberlo. Mucho más si son afiliados al PP. Por eso durante la comida navideña de este sábado en la que el partido ha reunido a casi un millar de cargos, militantes y simpatizantes –se completó el aforo y algún interesado se quedó sin silla– lo importante no era tanto el qué, sino el cómo. Celebrar los triunfos electorales de 2023, estar cerca de las bases y explicar por qué el Gobierno ha escogido como socio preferente a un PRC que los populares tanto criticaron cuando estaban en la oposición frente a la opción de Vox, preferido por parte de la militancia y socio de gobierno en otros territorios.
El PP cántabro reúne a sus militantes en la comida de NavidadVer 12 fotos
«Este es el camino correcto y la manera de seguir creciendo como partido y como Gobierno», ha defendido Buruaga, que ha afirmado tener una hoja de ruta definida con la que ya ha empezado a abordar los compromisos de legislatura que asumió en el programa electoral. Una hoja de ruta que, en lo orgánico, pasa por «ensancharse por el centro, en la centralidad» y por alejarse «de extremismos y populismos». Tanto es así que ha abierto la puerta incluso a los votantes de izquierdas desencantados con el resto de ofertas políticas de Cantabria. «Todos hemos visto quién gana cuando nos dividimos», ha recordado al hacer referencia a la otra pata que Buruaga considera fundamental para que el del PP sea un proyecto de éxito: la unidad. Unidad que, ahora sí, entiende que es incuestionable tras una larga travesía por el desierto para alcanzarla. «Somos un partido sólido como una roca, el que más se parece a Cantabria».
Una coletilla que también ha utilizado de forma recurrente Revilla, cuyos ocho votos en el Parlamento de Cantabria serán fundamentales para que salga adelante la semana que viene el primer Presupuesto del nuevo Gobierno. Fruto del diálogo, Buruaga considera que ese pacto servirá para aprobar unas Cuentas sobre las que se asentarán las reformas que necesita Cantabria y que aportan estabilidad política y social a la vez que generan certezas y seguridad para familias y empresas. Un pacto que no convence a todos en el PP –especialmente en el ámbito local y no tanto por el contenido, sino por los socios– pese a que la presidenta asegura que propiciará que la inversión llegue a todos los municipios sin en «sectarismo» que ejercía el bipartito a la hora de repartir recursos, premiando a los ayuntamientos afines y castigando a los contrarios. A ellos iba la afirmación de que «el acuerdo de Presupuestos no condiciona en nada nuestro programa de gobierno, que no implica renuncia y que no excluye a nadie. Está en el acuerdo quien ha querido estar». O lo que es lo mismo, si no está Vox es porque su exigencia para sentarse a hablar pasaba por un acuerdo de máximos que implicara su entrada en el Ejecutivo con la gestión de consejerías.
En resumen, lo que Buruaga ha querido insertar en el imaginario colectivo de su partido es que está al frente de «un Gobierno sin ataduras (ni con los regionalistas, ni con Vox), centrado y gestor». De gestión porque «los cántabros ya escarmentaron de milagreros y profetas». Esa ha sido una de las pocas alusiones a los rivales políticos. Hizo otra cuando presumió de que en las Cuentas de 2024 aumentan las partidas para Sanidad y Educación, la mejor respuesta para quienes «sistemáticamente nos acusan de recortes y privatizaciones».
El momento más aplaudido, además del homenaje realizado a la exconsejera de Educación entre 1995 y 2003 y primera mujer en llegar al Ejecutivo cántabro, Sofía Juaristi, reconocida como Afiliada Relevante de 2023, fue cuando Buruaga recordó la reducción de todos los tramos del IRPF y la supresión del Impuesto de Patrimonio. «Se pueden bajar los impuestos a todos los cántabros y proteger los servicios públicos esenciales, recortar la deuda y proteger la inversión», esa famosa cuadratura del círculo que la presidenta avanza que será una realidad.
Muchos mensajes en clave interna, cercanía con los militantes –se paró en todas las mesas del restaurante Milagros Golf de Mogro antes de tomar la palabra– y defensa de la gestión: «Nadie ha hecho tanto en menos tiempo. Somos un ejemplo nacional de cómo hacer que una región avance sin ruido político, sin crispación, sin sobresaltos ni demagogia». Ejemplo nacional de cómo poder gobernar sin apoyarse en Vox, pese a que esa es la fórmula que ha escogido el PP en la mayoría de territorios en los que el 28M no logró la mayoría absoluta. De hecho, Cantabria es la principal excepción. Aquí se ha apostado «por la senda de la seriedad en los planteamientos, la eficacia política y administrativa y la gestión con resultados».
No pronunció los nombres de Miguel Ángel Revilla y Pablo Zuloaga, pero sí el de Alberto Núñez Feijóo para recordar que el trabajo no estará concluido y la celebración no será plena hasta que él llegue a La Moncloa y el de Pedro Sánchez para todo lo contrario. Le echó en cara haber convertido la mentira en ley con asuntos como la amnistía o los pactos con Bildu –«hizo lo contrario que prometió»–, de enterrar los principios históricos del PSOE y de poner a España «del revés» y permitir que decidan sobre su futuro los que quieren destruirla. Pero, sobre todo, desde su papel institucional, lamentó que se haya roto la igualdad entre españoles. «Los cántabros somos tan ciudadanos de primera como todos los demás. No pedimos amnistía y privilegios, solo lo que nos corresponde», concluyó.
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