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Eran las once de la noche cuando dice que empezó a perder la visión. «Se me empezó a dormir la cara y no podía respirar. Creí que era un ataque de ansiedad, pero después se me empezó a dormir todo el cuerpo», cuenta una joven ... de 16 años que, aunque no notó un pinchazo, como sí lo hicieron otros jóvenes en el festival de reguetón de La Magdalena, dice que la drogaron «porque sólo me tomé una copa a las tres de la tarde (ocho horas antes de sufrir los primeros síntomas). «Me pasaron hielo por la cara pero no sentía nada, tampoco en las piernas. Nunca me había pasado algo así», señala, al tiempo que apunta que estuvo sin sentir su cuerpo hasta las cuatro de la madrugada.
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Según relató ayer a El Diario Montañés, estaba con su grupo de amigas en el festival cuando les dijo que «no veía nada y que quería salir». «Se me empezó a dormir todo y no podía respirar. La gente se pensaba que estaba borracha, pero no. Vino un chico de la organización, me cogió de la mano y me llevó a la carpa de los médicos, que me pasaron un hielo por el cuerpo. Pero no sentía nada en la parte derecha del cuerpo», describe.
Desde la campa fue derivada al Hospital Valdecilla, donde a las seis fue dada de alta «sin un diagnóstico». «Me dijeron que si me había drogado. Y no, no me había drogado, nos han drogado. En el análisis no salió nada», cuenta indignada por el trato recibido y porque «en Cantabria no tienen un protocolo para saber cómo actuar ante casos así».
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«Me ha molestado que a las seis de la mañana me dijeran que me fuera a casa, dándome a entender que a ver si se me pasaba la borrachera», añade. Durante su estancia en Urgencias, dice que se encontró con cuatro chicas y dos chicos que también estuvieron en el festival y «tenían los mismos síntomas». Uno de ellos llegó tarde al hospital, «a las tres de la mañana», y «no sabía ni pronunciar su nombre». «Otra chica tenía los mismos síntomas que yo: dolor de cabeza, malestar, náuseas y hormigueo en todo el cuerpo». La joven, que ayer iba a denunciar los hechos, dice que tiene mensajes de amigas, de las doce de la noche, pidiéndole que tuviera cuidado con los pinchazos, pero ella ya estaba en el hospital. «No pensé que pudiera pasar aquí. Había oído que les había pasado a chicas de Cataluña». La Policía le mostró una foto de un sospechoso «pero no me sonaba de nada».
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