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Dos empresas pugnarán por el contrato de los protones tras la primera licitación fallida

Dos empresas pugnarán por el contrato de los protones tras la primera licitación fallida

La compañía americana Varian y la europea IBA han presentado ofertas con el compromiso de que la máquina reciba a los primeros pacientes de cáncer en el tercer trimestre de 2025

Martes, 26 de abril 2022, 15:27

La Consejería de Sanidad tiene ya la seguridad de que el concurso para instalar la unidad de protones en Valdecilla no se volverá a quedar desierto, como ocurrió a finales de año con el primer proceso de licitación. Dos empresas han presentado ya sus ofertas para hacerse con el contrato, valorado en 27,5 millones de euros. Se trata de la compañía americana Varian (marca de los aceleradores de última generación instalados en el hospital) y la firma europea IBA. El plazo para la presentación de ofertas no se cierra hasta las 19.00 horas de este martes, por lo que aún podrían sumarse nuevos competidores.

De esta manera, el Gobierno de Cantabria pone en marcha el procedimiento que, en caso de que se cumpla el calendario, permitirá a la comunidad autónoma convertirse en la primera de España con esta tecnología dentro del sistema público en su cartera de servicios. Tras los sucesivos retrasos, Sanidad espera recibir a los primeros pacientes en el tercer trimestre de 2025, casi dos años más tarde de lo que anunció el bipartito el pasado verano. La protonterapia está especialmente indicada para tumores infantiles y de larga duración en adultos y la terapia destaca por su mayor efectividad y la reducción sustancial de los efectos secundarios adversos.

Varian e IBA fueron dos de las compañías que también mostraron interés en traer a Cantabria esta innovadora terapia contra ciertos tipos de cánceres durante el primer proceso de licitación. De hecho, igual que la compañía Medium, estuvieron en la visita previa que organizó el Servicio Cántabro de Salud (SCS) para explicar las condiciones a los interesados. Finalmente, las tres -su trabajo consiste en la fabricación de la máquina, no en la instalación y la obra asociada- se retiraron una vez comprobadas las condiciones del pliego. Dieron este paso atrás porque se negaron a asumir algunas de las condiciones.

Concretamente, la obligación de establecer una colaboración con la empresa constructora del búnker. En esta ocasión, para evitar ese problema, Sanidad ha optado por realizar dos licitaciones diferentes: una para la compra de la terapia y otra para la construcción e instalación en un búnker de 2.400 metros cuadrados (dos metros de longitud y once de profundidad) que se excavará entre la Torre D de Valdecilla y la Facultad de Enfermería.

Una vez que se analicen las ofertas y haya una ganadora, la adjudicataria tendrá 27 meses para entregar esta tecnología puntera y posteriormente están previstos otros nueve meses de formación de los profesionales. Cuando se sepa cuál de las distintas marcas que pueden suministrar la unidad se hace con el contrato, se procederá a sacar a licitación la segunda parte del proyecto, el correspondiente a la obra, que costará alrededor de 20 millones de euros adicionales (el total rondará los 45 millones).

Espacios distintos, tecnologías similares

«Si algo se aprendió la primera vez es que las empresas que pretendíamos que licitaran no asumían la responsabilidad de cómo se ejecutaba la obra y viceversa», explicaba el portavoz del Gobierno, el vicepresidente Pablo Zuloaga, cuando se licitó el contrato, el pasado 24 de marzo. Se adquirirá la máquina y, en función de la patente que resulte ganadora, se reformulará y adaptará el pliego del proyecto de construcción del búnker de Valdecilla. Porque aunque son tecnologías similares, cada una requiere un espacio y una instalación distinta.

Hasta hace un mes, el Gobierno de Cantabria venía defendiendo que la sucesión de contratiempos que han venido acompañando al proyecto no afectaría a su puesta en marcha. Que se cumpliría el calendario en la horquilla más generosa, porque inicialmente se hablaba de que los primeros pacientes podrían empezar a recibir este tratamiento a «finales de 2023 o principios de 2024». Además de ese primer contrato fallido que el nuevo titular de la Consejería de Sanidad, el también socialista Raúl Pesquera, considera «anecdótico» por la complejidad del proyecto, mientras la autonomía estaba tramitando el procedimiento el Ministerio anunció que instalaría diez máquinas idénticas en siete comunidades autónomas. Diez unidades de protonterapia que se comprarán gracias a una donación de 280 millones de euros de la Fundación Amancio Ortega. Mientras que a estos siete sistemas de salud la máquina les saldrá gratis –sí tendrán que pagar la obra de instalación–, Cantabria la costeará con fondos que ya tenía asignados y podía haber utilizado para otros proyectos.

La financiación de los protones en Valdecilla ha sido otro de los focos de conflicto. En un primer momento, la protonterapia se iba a pagar íntegramente con fondos europeos y después Sanidad y Economía crearon un 'plan b' por si no diera tiempo a tener la obra acabada en 2023, ya que más allá de esa fecha no se pueden pasar facturas con cargo al dinero de Bruselas. Un plan 'b' que ya es el único viable y que consiste en que los fondos europeos que se habían reservado para la terapia se destinarán en su mayoría al pago de facturas ordinarias -que se puedan justificar ante Bruselas- y se reservará el dinero para ir pagando la máquina en futuros ejercicios.

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