El bipartito PRC-PSOE aprueba su último Presupuesto gracias al apoyo de Ciudadanos

El diputado de Ciudadanos, Rubén Gómez, cumplió el guión marcado y sumó su voto al de los 17 escaños de regionalistas y socialistas para sacar adelante el documento. Las cuentas y la Ley de Acompañamiento se aprobaron por 18 votos a favor frente a los 16 del PP, Podemos y Juan Ramón Carrancio, que las calificaron de «irreales», de «falacia» y de «papel mojado».

El naranja justificó su respaldo porque será «el único de toda la legislatura y el primero en muchos años» que supondrá una bajada efectiva de impuestos para «aliviar el bolsillo de las clases medias y trabajadoras» con la supresión del impuesto de Sucesiones y Donaciones, bonificaciones en el IRPF y ayudas a aquellos profesionales autónomos que no alcancen el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Su alianza le costó las críticas del PP, que le acusó de mostrar durante esta negociación con el bipartito un «sometimiento absolutamente ciego». «A no ser que no se conozca toda la negociación», apostilló el diputado Luis Carlos Albalá. «Ustedes no ejecutan los presupuestos, los asesinan», afirmó Albalá, quien consideró que con estas cuentas el Gobierno «solo pretende llegar a las elecciones con los daños controlados».

Además calificó de «farsa» la negociación con los grupos y de «absurdo» el trámite de enmiendas de un presupuesto «pobre, oscuro y carente de soluciones», que considera «lesivo» para los cántabros. El PP también advirtió por boca de Cristina Mazas de que con estos presupuestos nada impide al consejero Sota «volver a sacar la tijera» una vez iniciado el próximo ejercicio para «recortar» donde vea necesario sin pedir permiso a la Cámara.

También Juan Ramón Carrancio, del Grupo Mixto y que el año pasado fue la bisagra del Ejecutivo, acusó a su expartido a poner «gratis» al Gobierno este acuerdo y recalcó que «las medidas que trae Ciudadanos a estos presupuestos no van a todo el mundo, van a pequeños colectivos que además son los que más tienen».

Tras estas críticas, Gómez defendió que se ha llegado a un «buen acuerdo» ante el que, a su juicio, el resto de la oposición se ha quedado «sin argumentos». «Lo fácil era decir no, lo difícil es negociar y llegar a acuerdos», reivindicó el diputado 'naranja'.

Más allá de las implicaciones económicas y fiscales, el principal protagonista, tanto en los corrillos y como en el hemiciclo, volvió a ser la situación interna de Podemos. La ausencia de la diputada Verónica Ordóñez, que presentó la baja para no tener que sentarse junto a José Ramón Blanco, sirvió al bipartito de ariete ante las críticas de AlbertoBolado y José Ramón Blanco. Los dirigentes morados arremetieron contra unas cuentas «regresivas» que les recuerdan a las «peores» etapas del PP, con un consejero que «esconde» hasta sus socios que está imputado y salpicado cada día de un nuevo «escándalo».

Pero además, les recordó la baja ejecución de los anteriores presupuestos en partidas claves como las políticas de empleo o el apoyo a la cuenca industrial del Besaya. Tras calificar la legislatura como «perdida», recordó al bipartito que «lo suyo son los proyectos fantasma», como el proyecto Comillas, o, esta legislatura, La Pasiega y la mina de zinc.

Las críticas, como era previsible, no le salieron gratis. La socialista Silvia Abascal recriminó al partido morado su «incomparecencia» en el trámite presupuestario por el bajo número de enmiendas presentadas, y le acusó de «instalarse en el 'Apocalypse now' y en las trincheras sin más objetivo que atacar sin orden ni concierto».

En la misma línea, el regionalista Pedro Hernando consideró que Podemos debería preguntarse «si su actitud en la negociación del presupuesto responde a los criterios de sus votantes y a los criterios de credibilidad de un partido serio». Además, contrapuso el mensaje apocalíptico lanzado desde la oposición y destacó que «la realidad dice que Cantabria está mucho mejor hoy que en 2015. El PP no quiere verlo, viven instalados en una realidad paralela».

Gracias a este acuerdo, el bipartito presidido por Miguel Ángel Revilla ha sacado adelante los cuatro presupuestos de la legislatura cada año con diferentes apoyos. Primero fueron los tres diputados de Podemos los que permitieron la aprobación de los Presupuestos 2016, al año siguiente recogieron el testigo los dos parlamentarios de Ciudadanos, en el presente ejercicio el salvoconducto lo extendió el voto solitario del diputado Carrancio tras un bronco debate en el que todos los grupos de la oposición reprocharon al bipartito PRC-PSOE que se apoyara en un «tránsfuga» para sacar adelante las cuentas. Y ahora vuelta a los naranjas Este Gobierno en minoría, que ha hecho de la flexibilidad negociadora su gran divisa, ha explorado alianzas diversas y hasta de signo contradictorio para sacar adelante las últimas cuentas de la legislatura.

Hay quien ya ve en la boda de conveniencia con Ciudadanos como el prólogo de una nueva alianza entre los naranjas y los regionalistas para la siguiente legislatura.