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Escucho con alivio que el responsable de la masacre de Barcelona ha sido abatido ya por la policía. Tipos que tienen en vilo a todo un país, a un continente, a medio mundo. Al fin y al cabo esta gente ¿qué es lo que aporta ... a la sociedad?: dolor y más dolor. No merece la pena seguir hablando de ellos. Es momento de trasmitir mi satisfacción llena de entusiasmo por la actuación de nuestra policía. Y digo nuestra, porque me da igual qué cuerpo ha acabado con la vida tenebrosa, llena de odio del terrorista. Para mí y para la gran mayoría de españoles son las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado las que nos protegen, las que nos defienden exponiendo su vida a cada instante. Pero hay políticos que no aprenden, que insisten en poner líneas diferenciadoras. Ruedas de prensa penosas en las que se mantiene un forcejeo dialéctico para sembrar la duda o dejar claro quién ha ganado la batalla. Pero no. Así se hacen distingos entre Policía Nacional, Guardia Civil y Mossos. Aparecen los ‘anti todo’ marcando la agenda y la posición que debe tomar el jefe del Estado en la manifestación. Pelagatos cuyo cometido es llevar a Catalunya a un callejón sin salida, reivindicando postulados fuera de cualquier ideario que no sea el suyo.

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