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Han pasado 32 días desde que un buque liberiano perdiese parte de su carga a 80 kilómetros al oeste de la costa portuguesa de Viana do Castelo y parte de las diminutas partículas de plástico que transportaba ya están en las playas de Cantabria. ... Tardaron cinco días en arribar a Galicia, el lunes lo hicieron en Asturias y seguramente se irán desplazando hacia el País Vasco en las próximas fechas. ¿Pero quién las impulsa tan rápido por el litoral Cantábrico? Los expertos no dudan: la denominada «corriente de Navidad».
Su nombre es fácil de explicar. Es un flujo marino que siempre surge durante las fechas navideñas, en pleno invierno. «Es una corriente que viene desde Galicia. Es muy fuerte y revuelve todos los fondos marinos de la cornisa cantábrica», explica en uno de sus vídeos colgados en la red el divulgador Diego de Vallejo, responsable de comunicación de la Red de Varamientos de Cantabria (Revarca). «Es una corriente submarina que atraviesa todas las aguas frías del fondo del océano Atlántico y choca de bruces contra Galicia. Una parte de ella continúa paralela a la costa cantábrica de manera superficial, a unos cien metros de profundidad», continúa. Alcanza velocidades de hasta 30 kilómetros al día. De ahí, las razones del avance de los restos plásticos hasta Cantabria en poco más de un mes.
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En 2002, esta misma corriente fue la responsable de trasladar el chapapote tras el hundimiento del petrolero Prestige con casi 80.000 toneladas de crudo de petróleo en sus bodegas. El barco se partió en dos y gran parte del fuel se fue desperdigando por todo el litoral, no solo del gallego. Se vieron afectados 2.980 kilómetros de la franja costera española -incluida Cantabria- e incluso llegó a Francia.
Los restos plásticos del buque liberiano llegaron a Asturias el lunes. Se espera que en las próximas jornadas toquen tierra en el País Vasco, ya que la corriente de Navidad atraviesa prácticamente por completo el golfo de Vizcaya. Allí ya han activado también el plan especial de emergencia marina para detectar y frenar la llegada de los denominados pellets. «No sabemos cuándo podrían llegar, pero la lógica nos dice que algo va a llegar», conjeturaba ayer en El Diario Vasco (Vocento) Oihane Cabezas, investigadora especializada en la conservación del ecosistema marino del centro tecnológico Azti.
Los que conocen bien esta corriente son los pescadores que salen a faenar prácticamente a diario al Cantábrico. «Nosotros no somos científicos ni expertos, pero observamos que durante el año las corrientes van tanto para un lado como para el otro. Sin embargo, en esta época los vientos dominantes son los del noroeste. Vamos, lo que en Cantabria llamamos de toda la vida 'el gallego'. De donde vienen las borrascas», explica César Nates, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de la región.
«Lo que no podría señalar es si estas bolitas de plástico flotan y las arrastra el viento o la corriente. Aunque una cosa es cierta: el 8 de diciembre estaban en Portugal y ahora ya están aquí», concluye.
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