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Si la tasa de ingreso de la sexta ola fuera como las anteriores, a estas alturas, con una incidencia sin precedentes (1.120 casos por cada 100.000 habitantes), ya no habría dónde meter a los pacientes graves sin vaciar el resto de patologías. ... Sólo en los últimos 14 días se han notificado más de 6.500 contagios, alcanzándose ya un ritmo de mil positivos en apenas 24 horas. Antes de la vacunación, el 13% como mínimo acababa con complicaciones aislado en un hospital. Aplicado a la actualidad, serían 845 personas, tantos como camas tiene Valdecilla. Sin embargo, aunque soportan «una presión importante», que ha obligado a ampliar «muy rápido» los espacios covid y a reducir cirugías (51 intervenciones tuvo que suspender la semana pasada Valdecilla), «el factor determinante es que la mayor parte de la población está vacunada; la vacuna no evita los contagios, y eso nos ha desconcertado, pero sí previene la enfermedad grave», apunta el gerente, Rafael Tejido.
Es gracias a eso que la saturación que sufre la Atención Primaria y que ha desbordado a la red de rastreo por el estallido de Ómicron, variante mucho más contagiosa y «puede que menos virulenta», no se ha replicado en la hospitalización «por ahora», como precisan con cautela los directores de los hospitales. «Estamos ingresando en torno a un 2% de los infectados, pero es pronto, esa tasa aún subirá», opina Tejido, porque esta ola «picuda» aún no ha tocado techo. El problema más grave ahora, que se repite en Sierrallana y Laredo, es que la vertiginosa propagación de Ómicron en plenas Navidades ha disparado los cuadros de síntomas leves y, con ello, la demanda de gente que acude para confirmar el positivo en la prueba de antígenos hecha en casa (la de venta en farmacia) o para pedir un test y salir de dudas, bien porque no logra contactar con su centro de salud o porque no le cogen en el teléfono covid, lo que está colapsando los servicios de Urgencias. Tanto los hospitalarios como los de Atención Primaria (SUAP). Y esa es la razón por la que el Servicio Cántabro de Salud (SCS) programa habilitar siete puntos externos, fuera del circuito habitual, para realizar test de antígenos, con la idea de descargar la presión de las Urgencias.
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«El día 23 fue una locura, venían familias enteras. A diferencia de otras olas, ahora nos llega mucho volumen de personas con síntomas leves, que vienen con una prueba positiva hecha en casa o a comprobar si se ha contagiado», reconoce el coordinador de Urgencias de Valdecilla, Gonzalo Pérez Rojí. «El lunes superamos las 400 urgencias», muy por encima de la media, lo que ha obligado a abrir una segunda sala destinada a covid. Las colas en el triaje, antes y después de la Nochebuena, se han sucedido también en los servicios de Urgencias de los hospitales comarcales. «Es ahí donde estamos muy apurados, con mucha tensión», destaca el gerente de Sierrallana, Pedro Herce, «por la presión social, el miedo a poder contagiar a la familias en las celebraciones navideñas». «Pero las urgencias hospitalarias no son el sitio adecuado para reclamar una prueba diagnóstica con síntomas leves. No podemos tener el servicio colapsado porque corremos el riesgo de no atender debidamente lo grave», destaca. «En Laredo el lunes tuvimos 150 urgencias, que para nosotros es muchísimo. No damos abasto para tanta prueba. La situación en estos momentos es compleja, porque tenemos el hospital muy lleno. Y eso que Valdecilla nos ayuda y absorbe parte de nuestros pacientes covid», declara la gerente, Mónica Hernández.
Rafael Tejido | Gerente de Valdecilla
Los tres coinciden en que, si sigue la dinámica de las ondas previas, «los ingresos vendrán». De ahí que compartan «la incertidumbre», porque la gran incógnita es en qué proporción. El impacto hospitalario y en UCI siempre se nota a las dos semanas del boom de contagios. Y un poco más tarde se refleja en fallecimientos. Hasta ahora se han visto las cifras achacables a la variante Delta, que es la que desató la curva en noviembre que ahora se ha solapado con la de Ómicron (son dos olas simultáneas). Prácticamente todos los ingresados han dado positivo en la primera cepa. El lunes sólo había un contagiado del virus mutado en Sudáfrica, pero ayer ya sumaban nueve los pacientes con Ómicron, seis de ellos con neumonía o infección respiratoria y otros tres descubiertos en los test de control al ingresar por otras causas. «La hospitalización, si miramos la altísima incidencia, aún es asumible, pero esta ola nos está haciendo daño», declara Tejido. Valdecilla ha tenido que destinar cuatro plantas completas a covid (72 pacientes tenía este martes), más los dos pabellones de UCI, con un máximo de 32 camas disponibles (23 ocupadas), y ya tiene preparadas más estructuras por si la demanda les sobrepasa. Si ese momento llega, repercutirá aún más en las cirugías programadas. Ahora funciona con tres quirófanos menos de lo normal en esta época del año. Y no sólo por la necesidad de liberar camas de hospitalización (cuanto más ocupe el covid, menos margen para el resto de patologías), sino por las bajas de los profesionales contagiados: de los 120 positivos que acumula el personal sanitario del SCS en estos momentos, 88 son de Valdecilla.
Pedro Herce | Gerente de Sierrallana
Aunque la tasa de ingresos aún es baja, «el porcentaje de los que acaban en la UCI es el mismo de siempre: el 15-20% de los hospitalizados», subraya. En el caso de Valdecilla, está en una media de diez ingresos al día, tres en la UCI. «Hablamos de 70 semanales, que está cerca del pico que se alcanzó en la segunda y la tercera ola», apostilla Tejido. La ventaja es que «tenemos la impresión de que la negativización de la enfermedad y la evolución ahora es más rápida, lo que permite acortar las estancias». Así, Valdecilla dio este martes once altas y Sierrallana, siete.
El hospital de Torrelavega está «aguantando bien, dentro de la extrema gravedad», opina Herce. Para abrir la planta covid (con 18 camas, ampliables a 37), «ha habido que replanificar turnos del personal, que ha respondido muy bien. Aún tenemos colchón, porque los casos graves los asume Valdecilla, y estamos operando mañana y tarde». Sin embargo, la gerente de Laredo no descarta que «la próxima semana tengamos que reducir más las cirugías».
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