Los extractores de algas, «sorprendidos» por los recortes que anuncia Pesca para este año
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La Consejería pretende rebajarles a un tercio el cupo que tuvieron el pasado año, quitarles un mes de actividad y reducir la actividad a dos zonasSecciones
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La Consejería pretende rebajarles a un tercio el cupo que tuvieron el pasado año, quitarles un mes de actividad y reducir la actividad a dos zonas«Sorprendidos y disgustados». Los armadores y patrones de barcos que se dedican en Cantabria a la extracción de algas -del género 'gelidium'- no esperaban ni de lejos que la Consejería de Medio Rural les lime un mes de actividad, les deje ... en un tercio el cupo que pudieron sacar el pasado año y, además, les reduzca a la mínima expresión las zonas en las que pueden explotar el recurso. Esos recortes son los que maneja la Dirección de Pesca a la hora de establecer las condiciones para regular la campaña de extracción de algas de este año, según el borrador que han elaborado, de ahí que los representantes del sector, además de solicitar una cita con la directora del departamento, vayan a presentar una reclamación referida, sobre todo, al cupo y al número de campos donde arrancar algas.
De las 1.200 toneladas de algas que les permitieron extraer el pasado año en esta campaña sólo podrán llevar a tierra 422 toneladas. De los tres meses que pudieron faenar el pasado verano, en este sólo podrán hacerlo del 5 de agosto a 30 de septiembre. Además, les restringen a dos el número de áreas en las que podrán arrancar algas, de las ocho praderas submarinas en las que pueden actuar.
En concreto, la resolución señala que los últimos estudios científicos constatan «un claro deterioro de las praderas de gelidium» que se atribuye a factores ambientales y a la actividad del arranque, por lo que propone «un cupo explotable menor», de ahí, dice el borrador, que los cupos contemplen además menor número de zonas abiertas y un retraso en el inicio de la campaña.
«Lo que nos ofrecen no nos vale. No compensa», señala Karen Aristizábal, portavoz de los armadores y patrones que se dedican a esta actividad. «El cupo y el tiempo que nos dan no compensa la inversión que ya se ha hecho para adaptar los barcos» -que cifra en unos 25.000 euros por embarcación, además de seguros, responsabilidad civil y contratos de buzos- «ni la incertidumbre de seguir sin noticias oficiales cuando ya deberíamos estar en plena campaña», se quejan.
Su malestar se acrecenta, además, «por las formas y el modo» en que se les viene comunicando todo. «Todo estos recortes de cantidades y plazos deberíamos haberlo sabido en mayo. O, si me apuras, con un año de antelación. Y así sabríamos a qué atenernos con tiempo suficiente». Tampoco les valen las razones que esgrime la Consejería, dice Aristizábal, que el pasado viernes tuvo acceso al borrador y supo que dispondrán de cinco días para reclamar (lo harán, dice, para pedir mayor cupo, unas 800 toneladas, más áreas de extracción y los estudios en que se basa la Consejería).
«Desde luego que no esperábamos las condiciones que se nos anuncian», y no saben «cómo interpretar», dice la portavoz, «las medidas que quieren tomar». Igualmente critica que el borrador haga referencia a que uno de los objetivos que ha impulsado a retrasar el inicio de la campaña sea permitir que los barcos pertenecientes al censo «puedan compatibilizar» el arranque con la costera de bonito. «¿Para compaginar ambas cosas? No tienen idea de lo que es ir a la mar y tener un barco», apunta Aristizábal; dice que reconvertir el barco costaría otros 12.000 euros más, como mínimo. «No se preocupan por esta parte, la afectada», se lamenta.
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