Las familias cántabras aún no han recuperado el nivel de gasto previo a la crisis

La prueba de ello es que algunos de los apartados donde más se aprecia esta tendencia al alza es en lo relativo a la restauración y los alojamientos vacacionales (+8,8%), servicios prescindibles en los momentos en las que vienen mal dadas. Fueron los primeros que suprimieron muchas familias a partir de 2009 y ahora son los que más se disparan. Pero hay elementos contradictorios. Otro sector que sirve como indicador de esa prosperidad es el del ocio y la cultura, y aquí hay un descenso del -12,2%, el mayor de todos los que se ponen sobre la mesa, que podría achacarse a causas sociológicas.

En cualquier caso, estos números son el resultado de un estudio que se hace con promedios y que no tiene en cuenta un factor como la desigualdad. Porque, sin abandonar el ámbito del turismo, que los hogares cántabros destinen 182 euros de media a pagar los hoteles cuando salen de casa puede significar que el vecino del primero gasta el doble y el de segundo nada. De hecho, la última encuesta de Condiciones de Vida de los Españoles, también del INE, decía que el 44% de las personas que viven en la comunidad autónoma no puede permitirse por razones económicas ir de vacaciones una semana al año, una de las tasas más altas del país sólo por detrás de Andalucía, Extremadura y Galicia. Así que los datos son ciertos, pero las conclusiones pueden llevar a engaño.

El incremento en términos absolutos es la parte positiva del estudio. La negativa es que cinco años después de la salida de la crisis económica, los hogares cántabros todavía no han recuperado los niveles de gasto previos a la época de vacas flacas. El cinturón sigue apretado, aunque un poco menos. En estos momentos, la cantidad absoluta por familia es de 30.071,44 euros, frente a los 31.254,69 del récord alcanzado en 2007, pero también frente a los 26.981,58 de 2016, el mínimo de esta serie histórica. Así, la región sigue estando cuatro puntos por encima de la media nacional, lejos de País Vasco y Extremadura, primera y última del ranking, respectivamente.

Del total, el trozo más grande de la tarta va para los gastos que generan la vivienda. De cada 100 euros gastados, algo más de 30 se quedan en este apartado. Sólo el alquiler o la hipoteca se lleva el 22,5% y son exactamente 2.840 euros por persona o 6.789 euros por hogar. Además, durante el último año, cada familia destinó de media 1.218,63 euros, que es un 5,4% más que durante el ejercicio anterior, como confirman periódicamente las facturas que llegan al buzón. Se trata de un incremento superior al de la media de los salarios por el encarecimiento de las materias primas.

Crece también todo lo que tiene que ver con reparaciones. En cambio, acumulan caídas incluso de varios dígitos la inversión en muebles, menaje del hogar y aparatos electrodomésticos. En suma, en este último subgrupo se quedan 488 euros del presupuesto familiar anual de los cántabros.

El otro gran apartado de gasto es el de la cesta de la compra: alimentación y las bebidas no alcohólicas. Especialmente el primero, que es un 13,1% del gasto familiar, lo que se traduce en casi 4.000 euros al año o más de 300 al mes. Y lo que más, la carne, cuyo consumo sigue creciendo, igual que la fruta y las legumbres o el café (datos en el gráfico superior). La evolución es la contraria en la caso del pescado y marisco, lácteos, huevos y aceites.

Se gasta casi lo mismo en comida que en transporte, donde el incremento por hogar es del 7,8% en solo un año. Aquí tiene mucho peso el gasto por la compra de vehículos -sube un 50%- y algo menos el de los carburantes, donde los precios y los consumos se mantuvieron más o menos estables. Sí baja el gasto en mantenimiento, recambio de piezas y transportes públicos, precisamente los más respetuosos con el medio ambiente. Más datos llamativos: los del vestido (1.204 euros por familia y variación del -1,9%), calzado (447 euros y +13%), la sanidad, especialmente la dental (950 euros y +10,3%), la enseñanza (291 euros y -6,8%) o los cuidados personales (825 euros y -7,5%). Y en el capítulo de dinero que se va y no se ve, por ejemplo, los seguros: 1.045 euros de media por familia entre el del hogar, automóviles, de vida...

El gran perjudicado de 2018, según el mismo estudio, es el ocio y la cultura. La caída general es del 12,2%, pero hay grandes diferencias en función de cada subcategoría. Aquí el INE incluye equipos audiovisuales, que se mantienen con gastos de en torno a 150 euros por hogar, o los de jardinería, que también siguen alrededor de 70 euros. Otros que se disparan. Claramente el de las mascotas, con una subida del 10% hasta los 199 euros. En el otro lado de la moneda, cada vez se piensa menos en juguetes, a los que se destina 107 euros. En el caso del deporte, de cada casa salieron 195 euros -menos que hace un año, pero más que hace una década- y sobre todo en libros.

Para afinar más el dato, se puede mirar el gasto por persona, no por familia. Era de 55,9 euros en 2006, de 48,8 euros en 2013 y de 38,4 en 2017. En el último informe, se quedó en 31,30 euros por cántabro, la mitad que los 59,1 euros que van a juegos de azar.