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Las familias lo intentan cada año pese a que tienen claro que cambiar el modelo de calendario bimestral que se implantó en el curso ... 2016/2017 es prácticamente imposible. Y lo es porque tanto la Consejería de Educación como el colectivo docente están a favor de que continúen los descansos lectivos de una semana cada dos meses. El consejero Sergio Silva volvió a reunirse con la comunidad educativa a principios de mes para, entro otros asuntos, hablar de ello, y pidió a todas las partes, tal y como establece el Acuerdo por la Educación de Cantabria, su opinión. Fampa (Federación de Madres y Padres de Alumnado de Cantabria) y Concapa (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos) ya remitieron sus propuestas. De todas, subrayan una en color rojo: «Que de una vez por todas se haga una evaluación y un estudio de los beneficios educativos y pedagógicos que avalen la idoneidad de mantener el actual calendario».
En cualquier caso, el actual Gobierno de Cantabria ya se manifestó tras llegar al poder a favor de mantener el modelo bimestral, instaurado bajo el mandato del consejero socialista Ramón Ruiz. Un hito que convirtió a la comunidad en pionera a nivel nacional y que fijaba una semana de descanso cada dos meses lectivos con el objetivo de favorecer los ritmos y el rendimiento escolar. «No tenemos claro que a los alumnos les haya beneficiado. De lo que no tenemos dudas es que a las familias les ha supuesto un conflicto y les ha perjudicado», afirma José Manuel Torre, presidente de Fampa. «Nosotros somos claros: el calendario bimestral no nos gusta porque ni fue demandado ni creemos que haya sido beneficioso para nuestros hijos», apostilla Mónica Haro, presidenta de Concapa.
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En el encuentro, el titular de Educación, Sergio Silva, les mostró dos propuestas de calendario. En ambas, seguía vigente el modelo bimestral con pequeños cambios. Se habló de la posibilidad de reducir la semana posterior de descanso tras Semana Santa a sólo tres días (lunes, martes y miércoles) y de que la festividad del 1 de mayo de 2026, que cae en viernes, pasara también al lunes día 4 para así establecer un puente de cuatro días.
«Después de tantos años de aplicación, creemos que ya es hora de una vez por todas de hacer una evaluación para determinar si el calendario está realmente funcionando o no para lo que en realidad se creó. Se nos dijo que iba a ser muy beneficioso, pero es evidente que si fuera tan beneficioso como nos venden alguna otra comunidad habría apostado por él», afirma Torre. «Esos supuestos beneficios los tienen que avalar de alguna manera. En el resto de lugares donde se ha planteado, se ha rechazado. Por algo será», subraya Haro.
José Manuel Torre
Presidente de la Fampa
Mónica Haro
Presidenta de la Concapa
El debate sobre la idoneidad de uno u otro modelo surge de nuevo en uno de esos descansos no lectivos, el de carnaval. «Es que no han cumplido absolutamente nada de lo que se comprometieron. En aquel acuerdo se habló de que estas semanas de descanso no eran festivas, sino no lectivas. Nos dijeron que iban a servir para hacer formación del profesorado, prometieron que los centros escolares iban a estar abiertos y que los comedores también. ¿Y qué ha sucedido? Pues que en realidad se han convertido en vacaciones puras y duras», resumen Torre y Haro. Sin embargo, hacen una diferenciación. «Las vacaciones no son para todos. Hay alumnos que acuden a ellas cargados de deberes y muchos tienen exámenes justo al reincorporarse», subraya el representante de Fampa.
La comunidad educativa está ahora pendiente del calendario definitivo para el próximo curso 2025/2026. La ley establece que la determinación del mismo es competencia exclusiva de la Consejería de Educación tras haber escuchado, como ha hecho, a toda la comunidad educativa. El Consejo Escolar deberá emitir antes un informe con su propuesta final, aunque no es vinculante puesto que la última palabra la tiene consejero de Educación.
La Junta de Personal Docente también ha remitido su propuesta de calendario para el curso 2025/2026, en el que sigue apostando por los descansos lectivos de una semana cada dos meses. En líneas generales, piden que el período escolar comience el 8 de septiembre y que termine el 30 de junio de 2026, con jornadas reducidas en el primer y último mes del curso. Las vacaciones navideñas se extenderían del 22 de diciembre de 2025 al 7 de enero de 2026, con tres semanas intercaladas de descanso en medio del curso: una en octubre, otra en febrero y la última en abril, aunque desligada de la Semana Santa. «Nunca llueve al gusto de todos, pero el tiempo va consolidando el principio lógico de que los descansos están mejor distribuidos cada bimestre que acumulados en un verano del que vuelves habiendo olvidado escribir, o salteados según estableció el Concilio de Nicea», defiende el sindicato STEC en sus redes sociales.
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Ana del Castillo
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