El fiscal y la acusación piden trece años para el kamikaze que causó un muerto en la A-67

El juicio se iniciará el martes con la declaración del acusado, después de que se haya elegido a los componentes del jurado. En las siguientes sesiones se verán las pruebas testificales y periciales para llegarse al viernes con la presentación de las conclusiones e informes. Si se mantiene este calendario señalado por la Sección Tercera de la Audiencia, el 17, lunes, se anunciará el veredicto.

La acusación particular, que ejerce el entorno de la víctima, solicita también la misma condena de prisión que la fiscalía, trece años, pero suma la petición de diez años de privación del carné de conducir y eleva a 258.000 euros la indemnización a la familia y a la pareja del fallecido. En cambio, la defensa considera que los hechos conforman un «delito contra la seguridad vial en concurso con otro de homicidio imprudente», por lo que estima que la pena debe ascender a dos años y medio de prisión y cuatro de privación del permiso de conducir.

El siniestro se produjo en la madrugada del 28 de agosto de 2016. Borja H. B., de 33 años, al volante de un Citröen Berlingo, rodó en sentido contrario durante casi diez kilómetros por la A-67; lo hizo con mucho más alcohol en el cuerpo de lo permitido (1,93 gramos de alcohol por litro de sangre, cuando el límite está en 0,5) y aún a pesar de que fue advertido por otro conductor de su errónea maniobra cuando en el enlace de Boo de Piélagos se incorporaba a la autovía por dirección prohibida hacia Torrelavega. Ignoró las señales luminosas y sonoras que le hicieron y siguió adelante.

Eran, aproximadamente, las 05.30 horas de un domingo. Cinco minutos más tarde -tiempo en el que Borja se cruzó con otros vehículos que pudieron esquivarle-, a la altura de Barreda y del campo de fútbol de Requejada, provocaba un brutal choque frontal que segaba de cuajo la vida de Marcos Sarmiento, un joven taniego que entonces tenía 34 años y que se dirigía en su coche a su puesto de trabajo en la factoría Dynasol, en Gajano.

Como consecuencia de la colisión los bomberos de Torrelavega tuvieron que liberar los cuerpos de ambos conductores. El de Marcos fue trasladado al Anatómico mientras que Borja quedó ingresado en Valdecilla, donde permaneció bajo custodia policial, pues presentaba fractura de un tobillo y de varias costillas, de las que fue intervenido.

Al parecer Borja H. B. había estado de fiesta en Bilbao la tarde anterior con un amigo, que le recogió en la hostería de Boo de Piélagos y le volvió a dejar en el mismo lugar sobre las cinco de la madrugada de aquel 28 de agosto. Allí el imputado tomó su vehículo, pero en vez de acceder a la autovía por el vial adecuado, cruzó la A-67 por abajo y se incorporó por donde abandonan la autovía los que proceden de Torrelavega. Un conductor que salía por allí advirtió a Borja de su error: «Venga a darle las luces y pitarle, y no hizo nada ni por detenerse ni por apartarse. Si no giro el volante me hubiera chocado de frente. Él no hizo nada por aminorar la marcha; al contrario, iba aumentando la velocidad».