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Uno de los sectores que más se ha resentido durante toda la semana debido a las inclemencias del tiempo ha sido el de la pesca. Las dificultades de las embarcaciones para salir a faenar durante los pasos de las diferentes borrascas ha mermado y dejado ... algo más vacíos de lo habitual los mostradores de mercados como el de la Esperanza en Santander.
«Poco, pero bueno». Así resumió Aniceto Valle, de Pescadería Chama, la falta de pescado durante estos días en la plaza de la capital cántabra. «Solamente han entrado dos barcos de altura en la lonja. Es verdad que si hay poco todos queremos comprar en la subasta, lo que provoca que esté algo más caro de lo habitual, pero sin ser exagerado», confesaba. «La gente estos días que hace malo se piensa que no hay casi pescado en la plaza y se plantea para qué va a bajar, pero la realidad es que sí tenemos pescado y aunque no sea buen mes con la cuesta de enero, no está yendo mal».
Sin duda, los pescadores en Santoña viven unos días «complicados» con las embarcaciones amarradas durante toda la semana. «Están todos los barcos amarrados porque en estas condiciones es imposible salir a la mar por una cuestión de seguridad», sostuvo el patrón mayor de la Cofradía Pescadores de Nuestra Señora del Puerto de Santoña, Miguel Fernández.
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Ante la falta de descargas, en la lonja de Santoña no ha habido estos días subastas de ninguna especie. Y la previsión es que hasta el lunes no haya ninguna puja de pescado variado. Ante la mejora de la meteorología en la costa, el sector de artes menores tiene intención de salir a faenar a primera hora de este viernes y ha solicitado a la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación poder trabajar también a lo largo del fin de semana, autorización que se les ha concedido.
«A ver si podemos amortizar este parón ya que son muchos días seguidos amarrados. El tiempo nos ha fastidiado y nos hace falta trabajar, estamos pagando la seguridad social y el seguro del barco y sin poder llevar a cabo nuestro trabajo», señaló el armador y patrón mayor del Nuevo Salvador Padre, Adrián Fernández. «El no salir a la mar, claro que repercute. Somos el primer eslabón de la cadena y si no capturamos se ve un aumento del precio en las plazas».
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