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Cantabria tuvo activado el aviso amarillo por lluvias hasta las tres de la tarde. Llegaron a caer hasta 75,6 litros por metro cuadrado en San Felices de Buelna;61 en Santillana del Mar y 30 en Santander. Fue mucha agua, y en algunos ... ayuntamientos, donde se juntó con el alimento de la marea alta –la pleamar fue en la mañana a las 11.38 horas con un coeficiente de 52–, se produjeron inundaciones; aunque fueron más vistosas que realmente importantes. Unquera, Laredo, Colindres, Castro Urdiales y Corvera de Toranzo tuvieron que recurrir a los bomberos para achicar agua de algunas calles.
La peor parte la llevó la localidad en la frontera con Asturias. En Unquera estuvo lloviendo, según su alcaldesa en funciones, la socialista Olga Borbolla, durante más de 48 horas desde el viernes: «No ha parado y al final, cuando cae tan de continuo y tanta cantidad, se produce alguna inundación».
Hoy supervisó desde la madrugada la contención del agua en las calles El Llanzucu y Pérez Galdós. «Quedan bajo el monte y todo el agua que baja queda acumulada si no drena bien», aclaró. «Hemos limpiado las arquetas bien hace unos días, no ha sido problema de eso, pero es que ha caído mucho. Por suerte no ha afectado a ningún local ni garaje». Sobre todo gracias a la labor que desarrollaron los bomberos a lo largo de todo el día. «Están ayudando con bombas a achicar de forma artificial con la esperanza de que deje de llover».
Otro contratiempo tuvieron que enfrentar en Corvera de Toranzo. La carretera que une Borleña con Santiurde quedó cortada por la caída de un gran árbol que quedó cruzado en el vial. «Hemos llamado al 112 y nos han dicho que no es una acción prioritaria porque es cierto que existen otros puntos de acceso alternativos. Así que vendrán a retirarlo cuando puedan», aseguró la alcaldesa, la regionalista Mónica Quevedo.«Estamos aquí a la espera y avisando a los vecinos para que sepan que esta carretera está cortada».
En Colindres también llovió con fuerza. Tanto que se produjo la inundación de dos garajes en las calles El Progreso y La Quinta. «No es que haya caído tanto como para ello pero es que han fallado las bombas de achique de esos subterráneos y al final ha entrado el agua. Pero no hay daños materiales serios», informó el alcalde, Javier Incera (PSOE).
Justo al lado, en Laredo, llamó la atención ver por la mañana inundado el campo de fútbol de San Lorenzo. «Aquí siempre existen los mismos problemas con esa zona de El Pelegrín. También ha habido algo de agua, aunque nada realmente importante, en la calle Reconquista de Sevilla y en la zona de El Puntal», aclara Francisco Roiz, jefe de la Policía Local de la villa pejina.
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Muchas de las zonas que se colmaron de agua en todos estos ayuntamientos son las que todos los años, por estas fechas, padecen el mismo trastorno. «En Castro Urdiales siempre se inunda este mismo lugar», explicó José Merayo, de la DYA. Se refiere a la zona cercana a la playa de Brazomar, el pabellón polideportivo, el aparcamiento junto al arenal, etc. También los alrededores del centro comercial Eroski. El agua transcurrió con fuerza por el entorno del instituto Zapatero tras desbordarse el arroyo de Sámano. «Ha coincidido con la marea alta, aunque no era un coeficiente muy alto, y el agua ha subido, como suele pasar», razonó.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet)anuncia para este domingo una disminución de las precipitaciones, conque lo lógico es pensar que las inundaciones también remitan.
Aunque el césped no llegó a inundarse, es la cuarta vez en esta temporada que las instalaciones del conjunto pejino se han visto anegadas, esta vez por el agua caída durante la madrugada del sábado. Como quiera que recuerda a épocas pasadas, varios directivos y trabajadores del conjunto rojillo se han puesto manos a la obra para solucionar este contratiempo meteorológico, con el fin de devolver a la normalidad las instalaciones del San Lorenzo.
El agua ha entrado hasta los vestuarios, anegando, además, ligeramente una de las bandas del terreno de juego del conjunto pejino. Su presidente José Miguel San Román, señalaba ayer que cuando llegó al campo se encontró con unos 30 centímetros de agua en la zona de vestuarios. «Todo se debe a que el nivel freático del campo donde están instalados los vestuarios está más bajo que el de la carretera y cuando se desborda el río Mantilla y se tapona todo, el agua sale a la carretera y posteriormente entra al campo al estar más bajo», explica.
El nuevo edificio construido dentro de las instalaciones de San Lorenzo han permitido que los desperfectos no hayan sido más cuantiosos, ya que «las lavadoras y la ropa de los futbolistas están en el edificio nuevo», confirma el propio San Román. Pero los que sí han sufrido desperfectos han sido los bancos y el material que hay dentro de los vestuarios. «Es lo de siempre», se lamentaba el presidente del cuadro pejino.
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