Garrudo deja la presidencia de Vox para renovar el partido y dar un perfil más político al cargo

«He aprovechado este momento, en que se están produciendo cambios en Vox a nivel nacional: he pensado que era una buena oportunidad para dar un paso atrás y poner un lazo a esta etapa», explica Garrudo, quien subraya que no se marcha dando un portazo. «Durante este tiempo nos hemos dedicado a la organización y, una vez que ya tuvimos una selección de primeros espadas, quedaba pendiente la implantación territorial, en la que hemos trabajado estos últimos años. Ahora, la fase que hay que acometer requiere un perfil más político, enfocada en las próximas citas electorales municipales y nacionales», expone.

«He presentado mi dimisión al presidente esta semana, una decisión que he compartido el viernes con el resto de miembros del Comité Ejecutivo Provincial. Abascal me ha dicho que lo entendía: Santi y yo somos amigos antes que ninguna otra cosa, y le puedo hablar con total franqueza. Aquí, todo el mundo lo ha sentido mucho, pero también han comprendido la idea de que entramos en una nueva etapa, más política», continúa Garrudo.

El líder de Vox en Cantabria asegura que desconoce quién le sucederá en el cargo. «No tengo ni idea, y me parece lógico no participar en el debate acerca de la sucesión. Yo fui elegido dentro de una candidatura que fue votada por los afiliados de Cantabria, pero los estatutos han cambiado y ahora se decide en Madrid. Tengo muy buena relación con toda la gente de Cantabria, personas muy capaces y muy leales, y creo que una manera de responder a este buen trato es no inmiscuirme en el proceso. Contamos con liderazgos fuertes que probablemente se postularán para el puesto; hay gente que ya ha demostrado su valía en cargos públicos y otra que ha desarrollado otras funciones, quizás menos conocidas pero igualmente valiosas».

Garrudo insiste en que seguirá vinculado al partido al que ayudó a nacer y al que ve «más fuerte que nunca» y llamado a protagonizar un papel decisivo en las próximas citas electorales, tanto autonómicas como nacionales. «Creo que lo más correcto es que los nuevos equipos se organicen libremente sin mí, sin tutelas; después, si quieren contar conmigo, es muy probable que me preste: he evitado la idea de dejarlo todo atado, pero si después opinan que puedo echarles una mano, la echaré», señala.

Es de suponer que la designación de un nuevo presidente en el Comité Ejecutivo Provincial de Vox termine con la anomalía de que el líder del partido opere en segunda fila y no encabece las listas como candidato, una práctica común en el resto de formaciones políticas en Cantabria. «Ahora se puede corregir esa excepcionalidad. Yo soy una persona consciente de mis capacidades y también de mi falta de ellas: creo que soy bueno en cuestiones como la organización y la visión estratégica, pero a lo mejor no valgo tanto para subirme a un púlpito y soltar un 'speech'. Sabiendo eso, no me he querido postular por ego a ese puesto: al contrario, al saber que mi fortaleza estaba en la organización, he salido a captar gente que pudiera hacer las cosas mejor que yo, y es algo de lo que más orgulloso y satisfecho me siento», relata.

Respecto a sus planes de futuro, Garrudo no concreta nada más allá de señalar que tiene «mil proyectos». «Tengo muchas cosas que hacer, mi actividad profesional es también exigente... Pero seguro que apareceré por algún lado, dentro de la organización, en alguna asociación, escribiendo un libro, o qué sé yo».