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El tiempo lluvioso que encadena Cantabria está retrasando la llegada del ambiente estival a sus calles y playas. Los paraguas abiertos son el paisaje que más se ve, por ahora sin mucho gentío paseando con ropa de verano entre terrazas llenas de público hasta entrada la noche y con los niños, ya de vacaciones, pasando las tardes en la playa.
Este inicio del mes de julio con lluvia y bajas temperaturas hace que los cántabros estén «ansiosos» por estrenar una jornada completa de playa, algo que afecta también a las ventas de los comercios donde la ropa de la temporada de verano todavía cuelga en las perchas. «La gente está ansiosa por pasar una jornada entera de sol y playa, y más con los niños de vacaciones, que es un plan tan socorrido y que disfrutan tanto», comenta Marina Gutiérrez, una santanderina que se resguardaba este lunes por la mañana bajo su paraguas en el centro de la ciudad. Nunca llueve a gusto de todos y otros ciudadanos sí que agradecían días así: «En otros puntos las temperaturas son muy altas y te asfixias. Este clima intermedio es más llevadero, sobre todo, si no estás de vacaciones y toca trabajar».
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Varios turistas de origen italiano se refugiaban para tomar un desayuno en una cafetería: «La lluvia no nos importa. No hay que ser pesimistas, ya sabemos que el clima de Cantabria es así y nos gusta. Ahora paramos un rato a tomar algo y seguro que luego sale el sol y podremos seguir paseando por las playas y la costa. Gracias a la lluvia se ve todo tan bonito...».
El sector comercial y el de la hostelería no se mostraba tan optimista. La ausencia de sol y temperaturas calurosas más propias del mes de julio entorpece las ventas de la campaña. A lo que hay que añadir que la temporada de invierno también se vio alterada negativamente porque, caso contrario al de ahora, la lluvia tardó en llegar el pasado otoño.
En el comercio Intersport Fani, que lleva más de 45 años en la calle Rualasal, aseguraban que «no hay casi público y la gente no sale a hacer recados con lluvia». «Si el tiempo no acompaña, las prendas de primavera-verano no se necesitan y, por lo tanto, no se compran y se queda para liquidar», explicó Manuel Borbolla Sánchez, al frente del negocio. «Todavía tenemos en el almacén muchas cazadoras de invierno que no se vendieron», añade.
Mientras unas personas destacan que «las estaciones han cambiado y la lluvia de primavera aparece en verano», otros santanderinos aseguran que «el clima inestable siempre ha sido así en Cantabria». «Incluso hace años llovía muchísimo más. La lluvia es algo propio de esta región y ya llegarán los días de sol y calor», aseguraban este lunes por el centro.
En la tienda de moda de hombre 'Mood Uomo' señalarón que «la prenda de manga corta está costando un poco más, ya que un día te pones gabardina y otro día no sabes. El resto de la campaña está funcionando bastante bien. En Santander ya sabemos que el sol puede tocar un martes o un miércoles en vez del sábado y hay que saber llevarlo».
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