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Fue una comparecencia a petición propia en el Parlamento para explicar la situación del Seve y lamentar «que el aeropuerto se haya convertido en un arma política recurrente». Eso dijo el consejero Roberto Media en el inicio. Pero la mañana acabó siendo justo eso, un ... tira y afloja entre partidos –en esto, entre el PP y el PRC– a cuenta de la caída de pasajeros o la cancelación de rutas. El caso es que entre reproches de unos y otros con poco que contar en cuanto a novedades, Media relató que «en el último año y medio» se han abierto expedientes a Iberia con penalizaciones por valor de 332.500 euros. Multas por los incumplimientos de la operatividad mínima recogida en el contrato de promoción de la ruta a Madrid. De hecho, confirmó que en uno de esos expedientes figura el episodio del 24 de agosto. Aquel de un vuelo cancelado a Santander en el que el avión acabó siendo utilizado para llevar a los jugadores del Athletic de Bilbao. Como respuesta a las preguntas –y a las acusaciones– de la oposición, Media aseguró que «el año que viene va a ser mejor, sin duda». Que habrá novedades –aunque no las anuncia «porque no están cerradas»– y que se empezarán a notar en enero. «Garantizado».
Ni los argumentos del Gobierno ni los de la oposición fueron nuevos. El Ejecutivo achaca la caída de plazas disponibles en la ruta a Madrid a los contratos que dejó firmados el bipartito. También la cancelación de algunas rutas en invierno, que se justifican además en los problemas que atraviesan empresas como Boeing o Airbus. El resto de grupos, básicamente, recordaron que con esos mismos contratos se batió el récord el año pasado y que los problemas internacionales afectan a todos los aeropuertos (que, de media, suben sus números en España frente a la caída del Seve).
Media repasó las mejoras en los nuevos contratos (como las cancelaciones, adelantadas por este periódico). Una pernocta más del avión a Madrid que permite cuatro salidas semanales a primera hora desde noviembre, dos días a la semana con opción de ir y volver en el día a Barcelona desde finales de enero o más frecuencia de vuelos a Sevilla, Ibiza o Menorca. Pero lo más interesante vino con las cancelaciones. En el caso de Iberia, cada tres meses se rastrean los días en los que no se ha cumplido con los mínimos. De ahí, los expedientes. Unos ya cerrados (la multa se deduce de las facturas que se abonan a Iberia) y otros en tramitación. Al director general de Transportes, Pablo Herrán (que respondió a las preguntas del regionalista Pedro Hernando), no le consta que Iberia haya presentado alegaciones. En el caso de Vueling, Media explicó que, por contrato, para sancionar, las cancelaciones deben superar el 5% de los vuelos. Por debajo, nada.
Por cierto, Herrán reconoció que la previsión de 1.107.000 pasajeros a final de año que hicieron en agosto no va a cumplirse (entonces no conocían las cancelaciones en invierno). «Pero se llegará al millón, sin duda».
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