El Gobierno regional sale al paso de la crisis en la venta de vehículos con casi dos millones para un Plan Renove

En el fondo del plan está la intención de cambiar vehículos antiguos por nuevos (menos contaminantes y más eficientes). Renovar. Eso se nota en los requisitos para poder beneficiarse de las ayudas (todas las condiciones están recogidas en la ficha adjunta). Para poder comprar un turismo o una furgoneta convencional, o un híbrido, por ejemplo, será necesario dar de baja un coche con una antigüedad mínima de diez años (o una furgoneta con no menos de siete por las carreteras).

También se persigue hacer apetecible la compra de vehículos eléctricos puros (en la línea de reducir el consumo de combustibles fósiles). De hecho, el mayor de los descuentos de los que se puede beneficiar un usuario va dirigido al que opte por esta opción. Un 25% del precio de venta al público hasta un máximo de 6.000 euros. ¿El resto de los descuentos aplicables? Pues depende del caso. Si uno quiere comprarse un turismo o una furgoneta convencional, el concesionario, gracias a este plan, podrá aplicar una rebaja de 750 euros antes de impuestos -y más allá de otras ofertas o promociones que quiera hacer el propio vendedor-. A esa cifra se le añadirán otros 750 euros una vez que en la factura se hayan calculado los impuestos correspondientes. En el caso de los híbridos, el descuento para el usuario sería directamente de 1.500 euros después de impuestos (en este caso no hay descuentos previos).

Todo, hasta que se agoten los casi dos millones del plan de Industria, que se reparten en 200.000 euros para las empresas y otros 750.000 para las personas físicas por año de aplicación (una partida para lo que queda de 2019 y otra igual -y con la misma distribución- para el año próximo).

«Tenemos grandes productores de piezas del automóvil y que caiga el mercado no solamente afecta, que también, a los concesionarios en el corto plazo, sino también en el medio plazo a los productores de piezas que en Cantabria trabajan para los grandes montadores», destacó en su día el propio consejero Francisco Martín al referirse a un sector que supone «aproximadamente un 25% del PIB industrial». La respuesta de su departamento es este plan.

Las solicitudes para acogerse se pueden presentar desde este martes (1 de octubre) y hasta el 31 de enero de 2020. Resta saber cuál será la valoración de los profesionales del sector respecto al efecto real que tendrán estas medidas. Si los dos millones, la franja temporal de aplicación y la fórmula empleada para su reparto están a la altura de lo que demandaban. Porque demandaban con insistencia ayudas ante la «alarma» que generan los números. Sobre todo, por la «enorme distancia» que existe entre la caída media de las ventas en el país y la regional. «Necesitamos un plan de choque para mitigar esa diferencia. Si alguna vez hay un Gobierno en Madrid, lo hará, pero aquí ya lo tenemos y estamos pendientes de las partidas presupuestarias para ello», comentaba a este periódico hace unas semanas José Ángel Recio, de Grümblau Motor. «Las caídas ya no pueden considerarse como algo puntual porque llevamos con ellas todo 2019 y los últimos cuatro meses de 2018», añadía Moncaleán (Hercos Motor). Él recordaba, de hecho, que las comunidades autónomas en las que ya existe algún tipo de incentivo a la compra son las que menos se han resentido, y ponía como ejemplo el País Vasco o Galicia. «Allí el comportamiento del mercado ha sido distinto». Más aún, para Manuel Vidal de la Peña, de Carrera Motor, «las ayudas que se dan vuelven con creces al Gobierno en impuestos y actividad económica».

En el análisis de las causas de la caída de ventas, los profesionales del sector coincidían en los puntos clave hace menos de un mes. De entrada, una sensación de falta de confianza en los compradores ante los comentarios que adelantan una desaleración económica -y hasta la posibilidad de una recesión, en los augurios más pesimistas-. En un sector (junto a la construcción) que sirve de termómetro de la economía, cualquier sensación de posible resfriado invita al cliente a no salir de casa.

Y, en la misma línea -la de las sensaciones del cliente-, los vendedores también achacan los números rojos a las incertidumbres generadas por los anuncios de modificación en las normas que ha lanzado el Ministerio de Transición Ecológica y que no terminan de materializarse. O sea, al hecho de poner al diésel en la picota. «Se ha endemoniado», dicen.

Por un motivo u otro hay datos en las estadísiticas que llaman la atención. Números. De los 301.443 turismos que existían en Cantabria en el último recuento disponible, más de 63.000 se matricularon antes del cambio de milenio. Y otros 22.074, antes del año 1990. Tienen, por tanto, al menos 29 años. Mucha carretera en el cuentakilómetros.