Álvaro Pombo, cántabro del año 2023

Una «puerta interdimensional» instalada en el escenario, al estilo de las clásicas 'máquinas del tiempo' de la ficción, constituyó el hilo conductor de una gala concebida por José Carlos Rojo y presentada por Pilar González y Álvaro Machín, todos ellos periodistas de la casa. De haber tenido la posibilidad real de viajar en el tiempo, podría haberse dado un salto atrás de más de un siglo, hasta el 1 de agosto de 1902, cuando el primer ejemplar de El Diario Montañés salió a la calle. Desde aquel día, generaciones de profesionales se han esforzado en acercar al público información veraz, elaborada con criterio, rigor y credibilidad. Han cambiado las formas, los estilos y los soportes, pero el objetivo sigue siendo el mismo: «Ofrecer a la sociedad cántabra y al público en general un periódico del que podemos y debemos sentirnos orgullosos». Así describió el papel de El Diario su presidente, Luis Revenga, durante su discurso. Ese estrecho vínculo forjado a lo largo de 122 años con Cantabria, ha hecho posible que El Diario Montañés cuente con una audiencia multitudinaria y fiel, tanto para su periódico impreso como para su edición digital, que supera ya los 10.000 suscriptores.

Otro salto en el tiempo, mucho menor, permitiría volver hasta 1986, cuando El Diario publicó su primer Anuario, un trabajado resumen de los acontecimientos más relevantes del año precedente en los ámbitos internacional, nacional y, sobre todo, regional, que desde entonces ha seguido editando de forma ininterrumpida. Su presentación se ha convertido, tras casi cuatro décadas, en cita ineludible para representantes de toda la sociedad cántabra. Cerca de 800 personas, gran parte de ellas representantes del mundo de la política, la empresa, la cultura, el deporte, el espectáculo y el periodismo, se dieron cita en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Santander para dar la bienvenida a su nueva entrega, en esta ocasión con una portada a cargo del artista Javier Arce.

2023 fue un año difícil, como pudo apreciarse en el vídeo resumen que se proyectó, y que arrancó con la impresionante imagen del mapa del mundo afectado por un maligno sarampión, en el que los puntos rojos indicaban los lugares que sufren guerras, con Ucrania y Gaza como mayores focos del horror.

Cantabria se libró de desastres de tal magnitud, pero también sufrió tragedias, muertes absurdas e indignantes como la del joven Bret Elorza, o las tres víctimas del atropello de Suesa, en ambos casos causadas por conductores drogados y borrachos; la región lloró igualmente la desgracia del hundimiento del pesquero Vilaboa Uno, que se cobró tres vidas.

Los escándalos de todo tipo también ocuparon las páginas del periódico a lo largo de 2023. El inverosímil caso de los trenes llamados a renovar la flota de Cercanías de Cantabria y Asturias, más grandes que los túneles por los que debían circular, y el estallido del 'caso Obras Públicas', con un funcionario que supuestamente amañaba contratos de la Administración a cambio de mordidas, mantuvieron pendientes a la audiencia. En España, quizás el 'piquito' de Rubiales, que ensombreció el triunfo de la selección femenina de fútbol, fuera uno de los más sonados.

Hubo también buenas noticias, como el arranque de las obras del nuevo Mupac en Santander, y mucha actividad política. Con elecciones generales, que volvieron a hacer presidente a Pedro Sánchez, y también regionales y locales, que hicieron de María José Sáenz de Buruaga la primera jefa del Gobierno cántabro. Ella tampoco faltó a la cita con el Anuario, en la que reconoció que «2023 será siempre un año para mí inolvidable». «Lo verdaderamente importante es que se ha abierto una etapa nueva para Cantabria». Buruaga estuvo acompañada por sus colaboradores en el Ejecutivo, encabezando un plantel de políticos entre quienes se encontraba la delegada del Gobierno, Eugenia Gómez de Diego, parlamentarios regionales y alcaldes de los principales municipios.

La «puerta interdimensional» dio mucho juego a los presentadores que, con la colaboración de los actores del Estudio de Rosa Casuso y del grupo musical Casa Palma, dirigieron una gala amena y divertida. Otro salto en el tiempo, hasta el Santander de 1936, precedió a la presencia en el escenario de Álvaro Pombo, el Cántabro del Año 2023. Su último libro, que lleva precisamente ese título, 'Santander, 1936' ahonda en esa mezcla de ficción y verosimilitud tan presente en su obra, para contar, a través de personajes reales y muy cercanos a él, el enfrentamiento civil en la capital de Cantabria. «Es un poco cómico que el Cántabro del Año esté tan desmejorado como yo, tan destartalado como yo», empezó su intervención Pombo, arrancando las risas y los aplausos del público. «Si todos los cántabros de todos los años estuviesen tan malos como yo se acababa Cantabria. Menos mal que nos queda Revilluca que, como decía aquí, nunca se pone malo».

El escritor, que recibió el premio de manos del director general de El Diario Montañés, Ignacio Pérez, se mostró profundamente agradecido por recibir un galardón «inesperado» y, a la vez, tan «santanderino». «Yo he acabado volviendo a Santander», dijo, antes de reconocer que, con los años, se ha vuelto «muy madrileño, de secano».

«Se me había olvidado la belleza increíble y continuamente cambiante de Santander y de la bahía, y de la alta mar de Santander. Santander está en el origen de la palabra escrita para mí».