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José Domínguez
Miércoles, 17 de junio 2020
El pasado verano, la autopista A-8 batió su propio récord. Soportó el paso de más de una media de 65.000 vehículos diarios. El viernes, cuando desaparecerán las fronteras entre Cantabria y País Vasco, esta cifra se puede quedar muy pequeña. ... Tanto la Guardia Civil en Cantabria como la Ertzaintza en Vizcaya al otro lado de El Haya son plenamente conscientes de ello. De que puede producirse una avalancha, sobre todo hacia las localidades cántabras donde proliferan las segundas viviendas de decenas de miles de vascos, que sature el vial. Por eso ambos cuerpos ultiman sendos despliegues especiales para regular la circulación, favorecer en lo posible su fluidez y, en caso de incidencias, garantizar una respuesta inmediata.
Desde Interior del Gobierno vasco ya se han puesto manos a la obra y se plantea un «refuerzo especial de la vigilancia y la regulación del tráfico en la muga». Y desde primerísima hora. «Se está trabajando para que el operativo entre en funcionamiento a las 0.00 horas del viernes, si así lo decide el Consejo de Gobierno extraordinario que celebrará mañana el Ejecutivo autónomo», puntualizaron fuentes del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco.
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Habrá, por tanto, mayor presencia de patrullas posicionadas en puntos estratégicos de la arteria viaria, «para intervenir ante la mínima incidencia y reducir al máximo los tiempos de actuación». También se desplazará al Haya una grúa para agilizar su llegada en caso de accidente. Además, el personal de SOS Deiak reforzará su servicio de atención telefónica, «y se multiplicarán los mensajes del área de Tráfico tanto a través de Twitter como de nuestra propia web de tráfico (www.trafikoa.eus)».
En Cantabria, el despliegue correrá a cargo de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Y, como también hará la Ertzaintza, sus labores se centrarán a reforzar las labores policiales de «vigilancia y control».
En este caso, sin embargo, el esquema de actuación, al margen de incrementar los puntos de seguimiento con más patrullas, será el mismo que «el que se establece los fines de semana entre junio y septiembre». Es decir, salvo que la densidad de la circulación se dispare desde primera hora, la previsión es incrementar su presencia por la tarde y el sábado hasta mediodía. En este caso en los viales que van hacia Santander y solo hasta Laredo. Y, si todo va bien, volverán a intervenir el domingo después de comer, pero esta vez en sentido contrario, hasta la pedanía castreña de Ontón, «porque históricamente estos son los horarios más conflictivos en la A-8».
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y el lehendaki, Iñigo Urkullu, se verán el próximo viernes a las 9.00 horas en la zona denominada Cobaron, en el límite entre ambas comunidades, para trasmitir un mensaje de que ambos territorios son seguros frente a la COVID-19.
Desde ese día se abrirá la movilidad entre ambas comunidades autónomas, después de que mañana sus gobiernos emitan un decreto para levantar el estado de alarma por la pandemia.
El lugar del encuentro lo ha avanzado este miércoles el presidente cántabro a preguntas de los periodistas en una visita a los bomberos voluntarios de Santander para agradecer su labor.
Aunque no ha concretado el lugar exacto, sí que ha explicado que ambos se reunirán en esa zona desde donde se puede ver por un lado Castro Urdiales y, por el otro, el superpuerto de Bilbao, según ha detallado.
Revilla ha recalcado que el objetivo del encuentro es trasladar un mensaje de unidad entre ambas comunidades y mentalizar a los ciudadanos de los dos territorios de la obligación de respetar los decretos y las ordenes de sanidad que van a emitir el jueves sus gobiernos.
Ha vuelto a instar a mantener las medidas de protección como la mascarilla, el lavado de manos con hidrogel o la distancia social y ha criticado que siga habiendo ciudadanos que no las siguen, lo que puede provocar una recaída, ha advertido.
«Si somos responsables, el virus tiene muy poco que hacer», ha opinado Miguel Ángel Revilla, quien ha apostado por un verano en Cantabria «con mucha gente», con lo que espera que se puede «salvar una parte» de la economía de este año.
Por eso, Revilla ha explicado que Cantabria y el País Vasco han decidido adelantar tres días la movilidad entre ambas comunidades, que ha reconocido que «no es mucho», pero que representa un «simbolismo» del ansia por reiniciar las comunicaciones y por ofrecer una imagen de dos territorios seguros desde el punto de vista sanitario.
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