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Su trabajo está en la calle: «Estamos en contacto a diario con mucha gente. A veces, en las detenciones, no sabes en qué condiciones sanitarias está la persona a la que tienes que inmovilizar; y cuando tenemos que entrar en un piso, pasa lo mismo. ... Estamos todo el día sometidos a un alto riesgo», declara Ignacio Gómez, policía local de Santander. «Por eso está claro que teníamos que vacunarnos sí o sí. Es más, hubiera estado bien que nos la hubieran puesto incluso antes», razona.
Él fue ayer uno de los 70 policías locales de toda Cantabria que desfilaron por el área de Pediatría del Hospital de Liencres, el espacio reservado para inmunizaciones de covid-19. Un lugar que continuará hoy con la misma operación para inyectar el compuesto de AstraZeneca en 290 brazos de otros tantos compañeros. Todos tienen menos de 55 años, porque ya es sabido que esta vacuna no es recomendada por el momento para quienes superan esa edad. A los más veteranos les llegará su turno más adelante, cuando el Ministerio de Sanidad informe de la estrategia a seguir con ellos.
«Os recomiendo que os toméis un paracetamol esta noche y otro mañana por la mañana», les advierte un profesional durante el proceso, ante las posibles reacciones a la vacuna. «Puede dar dolor de cabeza, algo de fiebre y malestar general, cansancio», recuerda. «Pero eso es bueno porque significa que el sistema inmunitario está reaccionando y te va a proteger bien de cara a la posible infección», trata de consolarlos a todos.
Quien más, quien menos, ya piensa en el problema que causaría una hipotética baja generalizada de muchos de los inmunizados ayer. «Esperemos pasarlo sin darnos cuenta», aclara un agente. Por lo pronto, el pinchazo los produce una cierta «calentura en el hombro», revela Pedro Ruiz, otro de los uniformados. Todos accedieron por la puerta principal del hospital y siguieron el camino señalado con sucesivos carteles de'Vacunas'. Al final del recorrido les esperaba una sala amplia dispuesta como espacio para la inmunización de covid-19. El trámite es rápido: Cada uno indica su nombre y apellidos, se sienta y se remanga. «Siempre preguntamos cuál es el brazo dominante, esto es, con cuál escriben. Porque lo mejor es vacunar en el contrario», cuenta la enfermera encargada de dar el pinchazo.
«Doler no duele mucho, la verdad», detalla Almudena Ríos, otra agente recién vacunada. «Lo malo es que vayamos encontrándonos peor conforme vaya avanzando el día, porque imagínate que nos ponemos malos unos cuantos al tiempo, y es que nos toca estar de servicio», reflexiona.
Precisamente por ello los diferentes departamentos han hecho dos grupos para acudir a esta cita en días diferentes. «En nuestro caso, unos venimos hoy, y otros vendrán mañana. Así, si nos ponemos malos durante las 24 horas que dicen que duran los efectos de esta vacuna, pues da tiempo a recuperarnos antes de se indispongan los de mañana», cuenta con cierta ironía Gómez. «Aunque lo idóneo es que nos produzca la mínima reacción», añade David Cuevas, compañero de patrulla de Almudena Ríos.
«En la Policía Local siempre hemos tenido mucho cuidado de hacer las cosas bien. Desde el primer momento se intensificaron muchísimo las desinfecciones. Las parejas son siempre las mismas. Los coches se limpian a conciencia y en los vestuarios no nos encontramos ninguno», detalla. «Pero esto era lo que nos faltaba para encontrarnos seguros de verdad, porque sin estar inmunizados siempre estás con algo de miedo porque puedes coger el virus en cualquier contexto y en cualquier momento», afirma.
En la comisaría de la calle Castilla ha habido unos pocos positivos en todo este tiempo. «La mayoría, salvo dos o tres, lo han pasado casi asintomáticos, por suerte», recuerdan los cuatro. «Teniendo en cuenta todos los que somos, es una suerte y demuestra que hemos hecho las cosas bien, siguiendo los protocolos», justifica Gómez.
Les queda la preocupación de saber las fechas en que se completará la vacunación de todo el cuerpo. «También de los mayores de 55 años, que por lógica son los que están más en riesgo», argumenta Ríos.
Desde Sanidad no se habla de fechas concretas, pero se asegura que todos serán inmunizados, con la correspondiente vacuna, y en la fecha que estipule el Ministerio. «En este caso, estamos esperando lo que digan en Madrid. Si esta vacuna no es recomendada para los mayores de 55 años, habrá que esperar y se les inmunizará igualmente con la que sea conveniente y cuando sea conveniente», asegura Luis Mariano López, director de Enfermería de Atención Primaria.
Transcurridos los 15 minutos que ordena el protocolo tras el pinchazo, por si surge alguna reacción alérgica, los agentes van abandonando la sala. Y al tiempo entran otros tantos compañeros, estos sin uniforme«porque no estamos de servicio». A la salida hay una pregunta ineludible:«¿Cuándo tenemos que volver a la segunda dosis?». «En tres meses», les responden.
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