![La osa herida en el ataque sigue viva y amamanta a su osezno](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202206/08/media/cortadas/osa%20(2)-U1703554121490BE-U170355375020uTG-1248x770@Diario%20Montanes-DiarioMontanes.jpg)
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J. OLANO y DM
Palencia | Santander
Miércoles, 8 de junio 2022, 12:02
Fue una escena brutal captada por las cámaras de aficionados a la observación de la naturaleza el pasado domingo. Un oso pardo intentó matar a un cachorro para aparearse con la madre y ella defendió a la cría con tal ferocidad que el macho, mucho más corpulento, se ensañó con ella. Ambos se enzarzaron en una pelea en los riscos de la Montaña Palentina y acabaron despeñados. La caída desde más de 30 metros de altura resultó mortal para el oso y empeoró el estado de la osa, que ya estaba herida de gravedad.
Gracias a las imágenes aportadas por los aficionados, que dieron la voz de alarma, la Junta de Castilla y León desplegó un amplio operativo de búsqueda de la osa y su cachorro, que asistió, refugiado entre las rocas, al violento enfrentamiento entre su madre y el atacante. Los especialistas encontraron el lunes a primera hora de la mañana el cadáver del macho y siguieron el rastro de la sangre de la hembra malherida, que les condujo hasta una cueva. Con ayuda de pértigas y cámaras endoscópicas pudieron comprobar que la osa sigue viva y está con su cachorro, al que amamanta.
La supervivencia de la madre, muy malherida, ha sido una sorpresa para el equipo de rescate, cuya estrategia inicial se centraba en capturar el osezno y mantenerlo a salvo hasta que pudiera valerse de forma autónoma.
La hembra ya había sido grabada con dos cachorros días antes, pero uno de ellos murió muy probablemente despeñado en un ataque previo del mismo macho, según sospechan los expertos de la Fundación Oso Pardo (FOP), que colabora con los agentes medioambientales y el resto del grupo.
Durante el día, el equipo de intervención vigila la entrada a la cueva con ayuda de telescopios y durante las 24 horas hay una cámara que envía imágenes en tiempo real a un teléfono móvil, lo que permite conocer los movimientos de la osa y su cachorro. Mientras la hembra permanezca viva y pueda amamantar al osezno, no se recomienda otro tipo de actuación. Habrá que esperar para ver cómo evoluciona de sus heridas, tanto las causadas por el macho como las sufridas en la caída.
Las osas que han parido en invierno salen de su lugar de hibernación pasados, al menos, dos meses desde el nacimiento de las crías y las acompañan hasta la primavera siguiente, cuando la hembra adulta se separa de su prole y vuelve a entrar en celo. Esta osa fue localizada hace varias semanas con dos crías, según apuntan Naturaleza Castilla y León y la FOP. En esta época del año es posible que las madres tengan que defender a sus crías del ataque de machos que buscan inducirlas nuevamente al celo con ataques infanticidas, como ha ocurrido en este caso.
El operativo desplegado por la Junta de Castilla y León no ha podido valorar el alcance de las lesiones de la osa debido a la imposibilidad de acceso a la zona de la cueva donde se refugia, ya que tiene una longitud de galería de más de 15 metros, con estrechamientos inferiores a 80 centímetros y numerosos pozos verticales de diámetro inferior a 50 centímetros.
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Tras confirmar que la hembra sigue viva, el plan de trabajo consiste en aportar fruta, pienso y agua en diferentes puntos de la cavidad, así como continuar monitorizando la zona para, en su caso, comprobar movimientos en el exterior de la osera.
Luis Ángel Benítez 'Kankel' y su mujer, Mirian Ramos, se desplazan cada fin de semana a la Montaña Palentina desde Santander, donde viven y trabajan. Pero Cervera y Salinas de Pisuerga, de donde son oriundos, está entre sus destinos favoritos para observar a la fauna, y particularmente a los osos pardos. El domingo estaban con otros dos amigos de Reinosa y no sospechaban lo que acabarían por ver y grabar. «Vi salir al macho y cogí el telescopio», señala 'Kankel', con una experiencia de incontables 'esperas' –como llaman a estas observaciones, más probables en esta época de celo–. «Habíamos visto a este oso en otras peleas, pero nunca habíamos visto una cosa así, ha sido impactante», relata el autor de una veintena de vídeos que ha puesto a disposición de la Junta y de la FOP.
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