«Es un honor que me reconozcan por una labor que hago día tras día con pasión»

–¿Qué significa para usted recibir este título?

–La música tradicional, el folk y los festivales son mi pasión desde niño. Después, he podido dedicarme a ello profesionalmente. Tengo la suerte de que trabajo en lo que me apasiona y, por lo tanto, no puedo más que estar agradecido con este reconocimiento. Siento que es un gran honor que te reconozcan por una labor a la que entrego cada día de mi vida.

–¿Qué rostro considera que tiene el folclore?

–Muchas veces los de mi generación nos quejamos de que estamos siempre los mismos en los festivales de folclore de Cantabria, pero me sorprendo muchas veces, gratamente, viendo caras nuevas de jóvenes que acuden a los festivales por primera vez. Muchas veces, la pasión se inculca de padres a hijos. En estos momentos tenemos en Cantabria el mayor número de escuelas de música tradicional y están llenas de alumnos. Además, también es un momento en el que hay numerosos artistas en activo. Así que, ahora más que nunca, podemos decir que el folclore tiene presente, pasado y futuro, mucho futuro, lo que a los seguidores del folclore nos llena de ilusión.

–¿Cómo empezó su pasión por la música tradicional?

–Como tantos otros, empecé acudiendo a los festivales de la temporada 89-90. Después, tuve la gran suerte de comenzar a trabajar presentando un programa de radio dedicado a la música tradicional en Radio Altamira, hasta que la emisora desapareció, tras una década de emisión diaria. Después, retomé el programa en Cantabria FM y, en la actualidad, con el programa 'Folkantabria' en la cadena Feeling. Además, en 2017 creé la web folk-cantabria.com.

–¿A qué edad descubrió el folk?

–Desde niño me llamaba la atención la música tradicional. En casa, a todos nos gusta, y mi madre, Margarita, durante muchos años ha cantado en el coro de San Juan del Cueto, del Arenal de Penagos. Es un interés que hemos ido pasando de padres a hijos.

–En referencia a las marzas, ¿hay alguna que le guste en particular?

–Bueno, no es fácil distinguir una marza en concreto. Yo diría que se trata más bien del significado genérico que tiene este género dentro de la tradición rural de la región, ya que simboliza el paso a la primavera y el augurio de que se iba a tener una buena cosecha. La tradición de las marzas está creciendo en los últimos años. Si bien con la pandemia se quedó todo muy parado, es una suerte comprobar que, del año pasado a este, se ha producido un incremento de público interesado en acompañar a las rondas.

–O sea, las marzas atraviesan un buen momento.

–En mi opinión, las marzas se encuentran en un momento de recuperación. Me alegro mucho al comprobar que esta tradición de bienvenida de la primavera está presente en tantas localidades y que reúne a numerosos seguidores, cada vez con más niños y niñas entre el público. En los últimos años, los coros de marzas estaban integrados por mozos, pero ahora también se están involucrando las mozas. Esperamos ser capaces de aportar entre todos nuestro granito de arena para que se extienda el conocimiento de las tradiciones musicales, su origen, historia y peculiaridades.