Secciones
Servicios
Destacamos
«Hemos combatido una gran ofensiva y ahora estamos en una guerra de trinchera, de intercambio de fuego permanente. El enemigo sigue ahí fuera y encima con aliados como la gripe». Pedro Herce recurre al símil bélico para describir cómo afrontan los hospitales los vaivenes ... de la pandemia de covid. El gerente del Hospital Sierrallana, como los de Valdecilla y Laredo, asume que el repunte de contagios de la última semana se traducirá en un aumento de ingresos, pero recuerda también que «tenemos reservas» porque hasta ahora la presión ha sido baja. «Sabemos que esto es una carrera de fondo. Lo importante es resistir y estar preparados para lo que venga», señala su homóloga de Laredo, Mónica Hernández. «Y lo estamos», añade el director de Valdecilla, Rafael Tejido, reconociendo, eso sí, de forma unánime su preocupación por «lo imprevisible» del virus, que causa 400.000 casos nuevos en el mundo cada día.
«Aún es pronto para notar el impacto en los hospitales. Será decisiva la evolución de esta semana, porque se verá si es algo coyuntural o una tendencia que se mantiene. Pero en los últimos días ya se está apreciando un mayor número de ingresos», dice Tejido, que ya cuenta que «en Valdecilla vamos a tener casi de forma permanente una media de 30 ingresos en planta y 10 en UCI. Es muy difícil que podamos bajar de ahí». Considera que, «si bien la primera ola fue un tsunami en toda regla, a la que siguió la curva del verano, a partir de ahora tendremos ondas que harán dientes de sierra. Y el indicador a tener en cuenta, lo más grave, es la repercusión de esos datos en los hospitales, que es lo que marcará las medidas a tomar. De momento, estamos relativamente bien». De las tres plantas habilitadas para covid en las Tres Torres «están ocupadas menos del 50%» –a los 32 ingresados que recoge el informe de Sanidad del domingo, se había añadido ayer casi una decena más–, y en el caso de la UCI, «tenemos 14 pacientes sobre un total de 22 puestos» (dato de última hora del lunes). El plan de contingencia del Servicio Cántabro de Salud, con cuatro escenarios posibles, con el Palacio de Exposiciones de Santander, a modo de pabellón Ifema, culminando el más catastrófico, prevé una reserva de 172 camas en esta fase inicial.
Rafael Tejido - Hospital Valdecilla
Pedro Herce - Hospital Sierrallana
Mónica Hernández - Hospital de Laredo
Desde Sierrallana, Herce sostiene que «en estos momentos tenemos margen de maniobra, con diez ingresos en una planta con capacidad para 37 y otras dos unidades más disponibles, hasta llegar a 111 camas. Podemos decir que ahora la situación está bastante controlada, con una previsión diez veces superior a la que se está utilizando. No deberíamos vernos sobrepasados». El punto débil del hospital de Torrelavega son los cuidados críticos, pero «mientras nos respalde Valdecilla con los ingresos en UCI, tenemos idea de mantener el resto de la actividad. La clave es que no se vea comprometida nuestra URCE (Unidad de Reanimación y Cuidados Especiales), como ocurrió en marzo, cuando hubo que suspender todas las cirugías para poder atender la demanda covid. Ahora la prioridad es no paralizar ninguna cirugía mientras estemos en una situación aceptable, es decir, que no volvamos a tener la pandemia descontrolada», apunta. Y contando siempre «con que no se vea afectada la plantilla, porque eso supondría el factor de quiebra del plan».
También en Laredo «esperamos el impacto del aumento de casos positivos, porque a medida que sube la proporción de contagios hay un porcentaje que lamentablemente va a tener que ingresar, veremos si es un repunte puntual», señala la gerente. De hecho, «de los dos o tres ingresos de las últimas semanas hemos pasado a empezar esta con seis». En su caso, contempla llegar hasta las 35 camas para covid. «Ese es nuestro tope para poder mantener el resto de la actividad. A partir de ahí, se resentiría la atención de otras enfermedades». A diferencia de Valdecilla y Sierrallana, que aún tienen margen para crecer y añadir camas extras a las reservadas en la actualidad, Laredo, con una capacidad máxima de 115 camas, tiene limitado su espacio. «Estamos haciendo tremendos esfuerzos, con los profesionales trabajando intensamente para atender también al resto de enfermos que lo necesitan», afirma Hernández.
En esta última etapa, aprovechando la tregua de la pandemia y la incorporación progresiva del personal de vacaciones, se han incrementado las cirugías con jornadas también por la tarde. «Y así seguiremos hasta que el covid lo permita». Una estrategia que se ha seguido en los tres hospitales para paliar las abultadas listas de espera, aunque si bien durante el verano se potenció la cirugía mayor ambulatoria (CMA) –sin ingreso posterior– en previsión de una mayor demanda de hospitalización covid, ahora «se han vuelto a aumentar las intervenciones quirúrgicas que sí requieren ingreso en planta», destaca Tejido, que reconoce que «lo que asusta ahora es ver la situación de la pandemia en el mundo». Los tres gerentes coinciden en que las urgencias se mantienen en cifras estables, incluso por debajo de otros años a estas alturas. Sierrallana, que en la primera ola derivó las urgencias pediátricas a Valdecilla, no repetirá la experiencia este otoño. Para ganar capacidad, mantiene habilitado el gimnasio de rehabilitación con puestos adicionales de oxígeno.
La pandemia en Cantabria
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.