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Los datos del semáforo covid se actualizaban semanalmente. Así, cada martes –hasta que los tribunales tumbaron la medida– cambiaba el nivel de alerta de algunos municipios y, por ende, las restricciones aplicables. Ahora, mantener esa revisión, es uno de los puntos que no convence a ... la hostelería. «No estamos contentos porque estamos pendientes de un hilo, como siempre», explicaba ayer, Ángel Cuevas, presidente de la Asociación de Hostelería regional.
Tampoco entienden que la población flotante no haya variado la incidencia de más localidades, sobre todo las turísticas. En general la sensación es de que la consejería «sigue improvisando» y actuando «sin reunirse con el sector» a pesar de haberles tendido la mano. Hoy mismo la junta directiva de la asociación estudiará el BOC. En todo caso no descartan volver a los tribunales si fuera oportuno. «No estamos cansados de los juzgados», señala Cuevas.
Isabel Cuesta, directora general de la CEOE de Cantabria, opina que la incorporación de determinadas medidas como la eliminación de la venta de alcohol a partir de las 20.00 horas y la relajación de otras restricciones –sobre todo los aforos– es un paso «positivo». Algunas son medidas que llevan tiempo reclamando y que suponen avanzar hacia una «actividad más normalizada». En todo caso coincide con la hostelería en lo negativo de mantener el plazo de actualización semanal. A los sectores más afectados les ayuda «todo lo que sea anticipar temporalmente las medidas», explica Cuesta.
Y los cambios «semanales son perjudiciales para empresarios de sectores como los gimnasios», añade. Por eso entiende que podría valorarse la posibilidad de «ampliar los plazos de revisión» ahora que avanza la campaña de vacunación y las dosis ya están llegando a los más jóvenes. Por su parte Pablo Diestro, presidente de la Federación de Municipios de Cantabria, ve especialmente positivo dejar atrás los cierres de la hostelería, pero insiste en que en una «comunidad pequeña, con tanta movilidad entre municipios» y con variaciones en las incidencias que no responden a «ningún motivo», esta medida «no parece tan eficaz».
Por otro lado, la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria considera que, dado que Cantabria ya no tiene toque de queda, «no tiene lógica» continuar con los locales de ocio nocturno cerrados, y más tras lo ocurrido en el primer fin de semana sin restricciones a la movilidad por la noche, «con concentraciones de personas bebiendo sin ningún control».
Para el presidente de la asociación, Ángel Cuevas, «los negocios hosteleros son la mejor garantía de ocio seguro». «Lo hemos repetido hasta la saciedad, cierran el ocio controlado y permiten un ocio completamente descontrolado», reivindica.
La asociación destaca que este pasado fin de semana hubo botellones «en la mayoría» de los municipios de Cantabria, y enumera: «en la Playa del Puntal, el Faro de Suances, el Parque de la Alianza en Santillan del Mar, la Ría del Carmen y Punta Parayas, El Muelle de Luis en Castro, la playa del Arnadal en Arnuero… y así un sinfín de lugares».
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«Lamentamos la falta de entendimiento con la Consejería de Sanidad, a la que nos hemos ofrecido en varias ocasiones para poder trabajar de la mano», añade Cuevas. El ocio controlado, puntualiza, «ayudaría a mantener el orden en las calles».
El presidente de los hosteleros recuerda que la venta de alcohol a partir de las ocho de la tarde sigue prohibida y «tenemos documentos gráficos que demuestran que no se está respetando esta prohibición».
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