Hostelería recurre el cierre a la una de la madrugada «porque es una orden de agosto»

«No tiene fundamento acordarse ahora de la Orden Comunicada de 14 de agosto del 2020 para resucitar esta nueva limitación de horario, por cuanto la misma se fundamenta en la Ley 16/2003 de 28 de mayo, que condiciona su razón de ser en la existencia de un estado de alarma o grave emergencia», apunta en el recurso Jesús Vélez, abogado de la AEHC, que incide en que «en la situación actual ya no se da la gravedad ni el riesgo ni la alarma que exige la Ley». Además, este letrado hace referencia al documento de 'Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión del covid', que está vinculado a la orden ministerial de 14 de agosto, y contempla el límite horario «sólo en el nivel de alerta 4 para estos establecimientos».

El colectivo de hosteleros entiende que el contenido del último auto de la Sala (en el que se anula la decisión del Gobierno regional de fijar el cierre de locales a las 22.30 horas) tiene una argumentación «muy realista e inteligente», y «no ha sucedido nada en estas pocas horas que justifique cambiar su fundamentación». «Es más, consideramos que no solo el argumento del auto sigue siendo válido y realista, sino que los hechos le siguen dando la razón, pues como argumentábamos en nuestra petición de cautelares, con la hostelería cerrada los contagios subían y ahora podemos probar que con el 90% de la hostelería de Cantabria abierta, los contagios están bajando». En este sentido, señalan que la apertura actual ya viene condicionada por una «importante lista de limitaciones y medidas de seguridad».

Del mismo modo, los hosteleros consideran que la Sala tiene razón cuando argumenta que en una regulación normativa llamada de 'semáforos', cuando todo puede cambiar cada semana, «la actual medida que afecta a todos pudiera conducir a una situación tan chocante como que una población importante, Santander, por ejemplo, con cero contagios, se vería limitada en sus actividades económicas y en el desarrollo del derecho constitucional al trabajo».

Partiendo de que una medida restrictiva debe ser «idónea, necesaria y ponderada o equilibrada», el colectivo hostelero sostiene que la que les afecta no cumple esos tres requisitos. «No es idónea por el resultado que ha tenido cuando se ha cerrado el interior de los establecimientos todos los días a todas las horas. El 13 de abril se cerró toda la hostelería interior con un índice acumulado de 171 contagios y aumentó a los 259 el 30 de ese mes». Además, creen que es «innecesaria» porque sus efectos se extienden sobre unas amplias limitaciones como que reducen a un tercio el interior del local o un 50% como máximo, entre otras. Y «no es ponderada ni equilibrada» porque la mayor concentración de riesgos está «en las reuniones familiares o de amigos, los colegios y los botellones».

Frente a esto, el vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, señaló ayer que el Ejecutivo «acata» el último auto de la Sala y que el nuevo escenario se «ciñe» a las «instrucciones del Ministerio». «Siempre hemos actuado y adoptado medidas pensando en preservar la salud de los cántabros. Fruto de ello es que la incidencia viene bajando día a día».