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Los hoteles de Cantabria cerraron 2023 con récord de viajeros: 1.368.249 clientes se alojaron en estos establecimientos en un año que todos coinciden en calificar como muy bueno. El anterior máximo de viajeros se estableció en 2019, cuando se alcanzó la cifra de ... 1.321.721, en una progresión frenada por la pandemia. Tras los flojos datos de 2020 y 2021, 2022 recuperó el pulso, con 1.291.944. Son datos que acaba de publicar el Instituto Cántabro de Estadística, (Icane), dentro de su estudio de la coyuntura turística hotelera de la región.
1.368.249 viajeros ecibieron los hoteles de la región durante 2023, estableciendo un nuevo récord.
2.899.481 fue la cifra de pernoctaciones, que no creció en la misma proporción que los viajeros.
Tendencia Los profesionales creen que Cantabria mantendrá las cifras de visitantes al ser un destino atrasctivo
Sergio Peón, director del Hotel Bahía, en Santander, confirma que sí recibieron más clientes de lo habitual durante los primeros meses del año. «A partir de abril ya fue exactamente igual que en años anteriores, sin un incremento notable en el número de viajeros». «Creo que fue algo derivado de un invierno muy bueno, con mucho movimiento de fine de semana con familias. De lunes a viernes, el hotel recibe más cliente de empresa, y los viernes y sábados, cliente particular, familias. Fue un invierno con muy buen tiempo y la gente se animó».
En opinión de Peón, los buenos datos no responden a una situación excepcional, sino a una demanda que está asentada y ha crecido. «No es algo nuevo, hace ya unos cuantos años que Cantabria es un destino interesante y atractivo: la relación calidad-precio de los servicios sigue siendo asequible, a nivel gastronómico es una región donde se come muy bien... no se trata de algo nuevo que haya sucedido el año pasado, vamos mejorando las ocupaciones desde hace diez años, y la tendencia es a estabilizarse. Aveces se oye comentar que corremos el riesgo de convertirnos en el próximo Benidorm, pero yo no lo creo. Pienso que nos estabilizaremos en el nivel en que estamos».
«Puede que 2023 haya sido uno de los mejores años de viajeros y pernoctaciones en cuanto al volumen –admite Emérito Astuy, responsable del Hotel Astuy, en Isla–. Otra cosa es el rendimiento: parece que siempre estamos llorando, pero es cierto que los rendimientos son ahora muy inferiores a los de hace cinco, diez o quince años. No hemos repercutido todas las subidas que hemos tenido, subidas de todo: de personal, de suministros, de proveedores, impuestos, tasas, obligaciones... Yo he facturado más que nunca, pero los beneficios han sido menores que otros años. Hacemos muchísimo esfuerzo, y cada vez más, para obtener un rendimiento similar, pero sí tenemos que reconocer que ha sido un buen año».
Astuy también está convencido de que se trata de resultados que se mantendrán en el futuro. «Estoy convencido de que las cifras de viajeros se van a mantener, siempre teniendo en cuenta las peculiaridades de nuestra región: dependemos tanto de la climatología que también podemos tener mala suerte, y si en los tres o cuatro meses importantes tenemos quince días malos, el resultado final puede que no sea bueno. Pero creo que la tónica debería ser así, si las cosas van normales y no hay ninguna crisis: Cantabria está de moda y seguimos trabajando bien y estirando cada vez más la temporada. Y fuera de ella también se trabaja cada vez más, y eso es algo que no va a ir a menos. Podemos tener años mejores o peores por el tiempo, pero, en general, esto ha venido para quedarse. Soy optimista».
Los datos del Icane muestran, no obstante, que las pernoctaciones no han crecido en la misma proporción que los viajeros; de hecho, 2023, con un total de 2.899.481, tiene resultados inferiores a los 2018, 2019 y 2022, con una estancia media también más reducida.
«Una parte muy importante de esa afluencia turística que hemos tenido en plena temporada alta se debe al gran número de pisos turísticos que hay en la ciudad», advierte Francisco Agudo, director del Hotel Santemar. «Este verano dabas un paseo por la zona marítima de Santander y estaba todo a reventar, y sin embargo no ha habido lleno en los hoteles».
«Sí me preocupa esa imagen que se quiere trasladar de saturación, cuando no es así, aunque quizás por el tema de los pisos turísticos veamos muchísima gente. Cuando se habla de saturación hay que ver lo que pasa en enero, febrero, marzo, abril... Cantabria tiene muchas plazas hoteleras y no hay saturación. De hecho, cuesta cada vez más llenar, porque hay pisos turísticos y también porque las plazas hoteleras se han incrementado».
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