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Ana Rosa García
Santander
Martes, 8 de noviembre 2022
La segunda jornada de huelga médica en la Atención Primaria de Cantabria revivió este martes el panorama de la primera: cientos de consultas canceladas sine die, los médicos de servicios mínimos sin parar, como el personal de enfermería, que ha tenido que asumir en muchos ... centros «más trabajo del habitual en su ya apretado día a día» –como destaca Satse– y «amortiguar las quejas» de los usuarios. Y, de remate,un nuevo fracaso en las negociaciones entre el Servicio Cántabro de Salud y el Sindicato Médico, que impedirá poner fin al conflicto en las próximas horas. Vuelve a haber «acercamientos», pero no los suficientes para cerrar un principio de acuerdo. De los avances y las discrepancias dará cuenta la organización en la asamblea de profesionales citada este miércoles en el Colegio de Médicos, a continuación de la concentración que el colectivo tiene prevista a las puertas del Gobierno de Cantabria, en Peña Herbosa (11.00 horas).
Ya el lunes, después de casi cinco horas de conversaciones, ambas partes hablaban de «posturas más próximas», aunque también dejaban claro que persistían diferencias que aún había que abordar con calma. Y a primera hora del martes, llegaba la nueva convocatoria desde el SCS, en un encuentro en el que ya no participa la gerente de Atención Primaria, Teresa Ugarte. Una ausencia muy significativa teniendo en cuenta que el Sindicato Médico desveló que ella «se ha enfrentado» incluso al gerente del SCS, Rafael Sotoca, y al subdirector de Recursos Humanos, José Manuel Castillo, al defender unas agendas más razonables para los médicos, en clara sintonía con la reivindicación sindical. Ese asunto es el gran escollo, junto a las condiciones laborales de los médicos de continuidad (colectivo de sustitutos), que aún persiste después de siete reuniones.
El sindicato reclama el cumplimiento de los acuerdos que se firmaron en 2019, en la recta final del mandato de María Luisa Real como consejera de Sanidad. Un pacto que limitaba a 28 los pacientes por médico y día, con la posibilidad de ampliarse a 35 en situaciones excepcionales, como cuando tienen que asumir el trabajo de compañeros ausentes y sin sustituir por la falta de facultativos (la llamada autocobertura). Esa es la teoría, que «nunca se aplicó», como ha criticado la organización sindical, que esperó a la normalidad postcovid para resucitar esa vieja reivindicación. Y lo mismo ocurrió con las subidas retributivas de las guardias de atención continuada, «en otro limbo». En este último caso, no se ponen de acuerdo en el porcentaje de aumento (el sindicato pide un 4% más de lo planteado).
En la oferta trasladada desde el SCS para parar la huelga sí quedó plasmado hace días el compromiso de aumentar de 500.000 a dos millones de euros la cuantía destinada al pago de las horas extra de trabajo por las tardes para asumir la demanda que no da tiempo por la mañana –para el sindicato, todo lo que pase de esos 35 pacientes de máximo–, así como para abonar el trabajo de autocobertura y la prolongación de jornada del personal de los SUAP. Ahí los dirigentes del Sindicato Médico aplauden la medida pero lo que exigen son garantías de que ese dinero va a llegar, de que no quedará en papel mojado.
Sin embargo, la Gerencia no comparte el modelo de agenda que se le plantea, lo que ha enredado de nuevo las negociaciones. «Hemos planteado uno muy parecido al del sindicato convocante», señala el gerente del SCS, que lamenta que «no hemos llegado a un acuerdo, pese a que hemos puesto encima de la mesa propuestas lo suficientemente razonables para ello». El caso es que en su argumentario ambas partes coinciden en que existe una «sobrecarga» a la que hay que buscar salidas teniendo en cuenta la carencia de profesionales, que tiene mala solución. Otra cosa son las vueltas que están dando al tema y los intereses de fondo de mantener un conflicto sanitario de este calado a unos meses de las elecciones.
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«Las agendas tienen que ser accesibles y de calidad tanto para el ciudadano como para los profesionales, y tiene que tener un componente de flexibilidad porque ni todos los pacientes son iguales ni tampoco lo son todos los días, semanas o épocas del año. Nosotros planteamos que sean los coordinadores de los centros los que gestionen esas agendas y esa cantidad extra de actividad que se puede financiar para evitar la sobrecarga», afirma Sotoca. Tras el fracaso de esta última reunión, el Sindicato Médico llega a la conclusión de que «la Consejería quiere que los médicos sigan de huelga», puesto que «no se ve intención de acabar de forma rápida con el conflicto». Y sostiene que está valorando «pedir un cambio de interlocutores». Además, la tensión existente desde el inicio del paro se agravó este martes tras «el boicot de la Administración a los médicos residentes, obligándolos a manifestar si se adhieren a la huelga, lo cual constituye una flagrante vulneración del derecho a la misma», denuncia la formación.
Los médicos insisten en que con medio centenar de pacientes diarios (entre presenciales, consultas telefónicas, urgencias no demorables y avisos a domicilio) «no se puede ofrecer una asistencia de calidad». Por eso seguirán en pie de guerra –la huelga se planteó de forma indefinida– para «poder trabajar con dignidad», como gritaron el lunes durante la concentración a las puertas del despacho del consejero y volverán a hacerlo este miércoles ante el del despacho del presidente, Miguel Ángel Revilla.
Sobre el seguimiento de la huelga también se han ofrecido cifras dispares: del 19,5% que ofrece Sanidad (mismo dato del lunes), que hace el cálculo sobre los 700 médicos repartidos entre los distintos servicios de Atención Primaria (centros de salud, SUAP, 061 y sustitutos), al 70% que asegura el sindicato convocante. Este periódico realizó este martes un sondeo, comprobando una por una las 42 zonas básicas de salud (a falta de dos –Alisal y Liébana– en las que no se facilitaron datos) para aclarar cuántos médicos estaban trabajando este martes en los diferentes centros, en horario de mañana (de 08.00 a 15.00 horas), y cuántos habían secundado la huelga. No se ha incluido en este recuento al personal de los SUAP, donde se han fijado servicios mínimos del 50%. Y el resultado es que de los 391 médicos de familia y pediatras que integran la plantilla actual de Atención Primaria –descontados los que están de baja y sin sustituir, y los que no se han podido sumar de los dos centros citados–, había al menos 120 de servicios mínimos (cabe recordar que se establecieron dos médicos de familia y un pediatra por zona básica) y otros 65 que habían acudido a sus puestos de trabajo con normalidad. Con esas cifras, el grado de seguimiento de la huelga se sitúa en el 52%. Pero si se cuenta sólo a los que estaban en condiciones de parar, esto es, excluidos los que cubren los servicios mínimos, la conclusión es que el 76% de los médicos que podían hacer huelga la han hecho.
Menos participación tiene la protesta en los SUAP, aunque se ha dado la circunstancia de que solo hay un médico, con el apoyo de una enfermera y un celador, para la cobertura de todo el área de Santander. Mientras se prolongue la huelga, ese es el panorama al que se enfrenta el equipo de Los Castros, que es el que está de servicios mínimos.
Ocurrió el lunes y se repitió este martes. El facultativo de guardia tuvo que asumir todas las urgencias que fueron llegando al SUAP, al secundar el paro el compañero de El Sardinero. Con lo que ello implica de acumulación de la demanda y, en consecuencia, de demoras. Más de dos horas tuvieron que esperar algunos pacientes en la sala de espera del SUAP de Los Castros, mientras el médico compaginaba la asistencia en el propio centro con los avisos de urgencia a domicilio. Y ya no sólo en el entorno habitual, sino también en el área que depende de El Sardinero.
Esta circunstancia responde a los servicios mínimos fijados desde el SCS, que estableció un 50%. Así, fijó como mínimos un solo médico en Los Castros (de los dos habituales) y ninguno en El Sardinero, donde la guardia la cubre un único equipo. Desde la Consejería aclaran que, al margen de los servicios mínimos, se ha añadido la «situación sobrevenida» de que uno de los médicos del SUAP se tuvo que coger la baja el lunes. Y recuerdan que la huelga no afecta a las urgencias hospitalarias. Tampoco hay servicios mínimos en los SUAP de Puente San Miguel, Polanco, Suances, Soto de la Marina, Solares, Liérganes, Selaya, Ampuero, Colindres, Bárcena de Cicero, Laredo y Mataporquera, donde la asistencia dependerá del grado de seguimiento de la huelga de los profesionales.
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