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A. Machín/D. Martínez
Santander
Jueves, 23 de febrero 2023, 07:14
Febrero de 2020. El Diario Montañés contó en exclusiva el inicio de las investigaciones de una presunta estafa millonaria con punto de partida en la antigua oficina de Novo Banco en Santander. Días antes, Jacobo Vidal, exempleado de la entidad (y principal investigado), había puesto ... los hechos en conocimiento del juzgado. Dio el paso, seguramente, al verse acorralado. Ahora, justo tres años después, los afectados por los hechos asisten con «desesperación» a un lento proceso con pinta, además, de prolongarse. Primero –lo principal–, porque el caso es ya considerado una «macrocausa» que desborda la tarea de un juzgado lleno de frentes abiertos. Y segundo, porque a este proceso le ha caído encima un poco de todo. El último episodio, la huelga de los Letrados de la Administración de Justicia. No es que al caso de Novo Banco le afecte más que al resto. Pero ayuda a que el agujero en forma de retraso –desde el juzgado admiten que hay «dilación»– se agrande.
A la investigación sobre lo sucedido (porque aún estamos en ese punto) le han salido muchas 'chinas' en el zapato. De entrada, la pandemia. Sólo hay que fijarse en las fechas. Con el inicio de las pesquisas aún incipiente, llegó el confinamiento. Retrasos. Para hacerse una idea, más allá de esa comparecencia inicial en la que Vidal denunció los hechos, el principal investigado (que no el único ahora mismo), tardó nueve meses en ir a declarar (a mediados de noviembre de 2020). Tampoco ayudó el cambio de titularidad en el juzgado que se hace cargo del asunto. Empezó una jueza y continuó otra cuando se incorporó al puesto. Traspaso, aterrizaje... Más retrasos.
Más aún, las cuestiones internas del juzgado vuelven ahora a cobrar protagonismo con nuevos cambios. Porque, según ha podido saber este periódico, el titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Santander está a cargo también, de manera provisional y voluntaria, del Número 3, que es el que lleva la causa de Novo Banco, ya que la titular de este juzgado está, a su vez, cubriendo la baja de la presidenta de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria.
El principal problema, en todo caso, es una cuestión de volumen. A finales de 2022 iban ya por los 49 tomos con unos trescientos folios cada uno, a lo que hay que añadir una cantidad ingente de documentación en discos, pendrives o en otros soportes. Hay muchos afectados (se habla de casi un centenar), muchos abogados, muchos asuntos por resolver y muchos papeles. Fuentes de la investigación explican, además, que la estrategia del banco pasa, en cierto modo, por desbordar, precisamente, con documentación al juzgado para dilatar el proceso. Escritos, informes, más escritos... Y sobre ese mismo juzgado ha recaído, además, la instrucción de otras causas complejas como la de Ascán con la gestión de las basuras de Santander, la de Parques y Jardines o varios de los asesinatos más mediáticos.
Hay hasta un problema puramente físico. Con tantas partes (y tantos abogados que deben asistir a la vez), para cada declaración se necesita la sala más grande de los juzgados (el salón de actos de Las Salesas), un espacio que es necesario reservar y que, por tanto, no siempre está disponible.
Y en eso de las declaraciones también ha habido pequeños episodios que han provocado retrasos. A los autores del informe forensic encargado por la entidad financiera les tuvieron que llamar a declarar como testigos dos veces. Fue, básicamente, porque hubo problemas con la grabación en su primera comparecencia. Hubo que repetir. Del mismo modo, el representante de Novo Banco (la entidad está ahora en situación de investigada) estaba citado para declarar en noviembre de 2021. Al final tuvo que ser en febrero de 2022 para que lo hiciera presencialmente (y no por vía telemática). «Tratándose, además, de declaraciones prolijas» que se extienden durante horas.
Lo que ronda estas últimas semanas es si cabe la posibilidad de asignar un juez de apoyo que permita aligerar la carga y avanzar con más ritmo. Eso o, incluso, que el juzgado pudiese quedar provisionalmente exento del turno para que no le caigan más asuntos. Todo, para poder llegar a un escrito de calificación provisional que ahora parece lejano. Sobre todo, a los afectados, entre los que afloran situaciones complicadas. Empresas que han perdido capacidad para invertir, familias que se han quedado sin los ahorros de toda la vida... Más de uno ha contactado con este periódico para preguntar, para buscar respuestas. «Es que tenemos la sensación de que no pasa nada, de que no se hace nada», lamentan.
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