La huelga de UGT en las ambulancias de Diavida, iniciada y anulada el mismo día

El seguimiento fue mínimo entre los trabajadores, entre otras cosas porque el detonante de la protesta (el retraso de las nóminas) se había resuelto el martes. Diavida no solo había completado los sueldos pendientes de octubre, sino que había anticipado el de noviembre. Y aunque esa era la condición que había puesto el propio comité, liderado por delegados de UGT (antes de CSIF) tras la asamblea del sábado, en la que se decidió posponer la huelga del lunes al jueves, al final siguió adelante con la movilización. Eso sí, sin el apoyo de USO, el segundo sindicato con más representatividad, y con algunos compañeros preguntándose «por qué el empeño de UGT en mantener el pulso» con la empresa valenciana.

Noticias relacionadas

El paro de los autobuses se salda sin incidencias y con retrasos en el TUS

José Carlos Rojo

La jornada de paro en el transporte de este jueves, en imágenes

Alberto Aja

Mientras desde Sanidad transmitían partes de normalidad en el flujo de ambulancias programadas, UGT tildaba de «abusivos» los servicios mínimos, «prácticamente del 100%», lo que limitaba a «poco más de una decena los trabajadores que han tenido opción a secundar el paro». De ahí que anunciara una demanda judicial, porque «además de incumplirse lo pactado, vulneran de por sí el derecho constitucional a la huelga».

Pero a última hora de la mañana del jueves, la movilización ya tenía las horas contadas después de que el comité y la empresa alcanzaran un acuerdo en la reunión del Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laboral (Orecla). Un acercamiento traducido en varios compromisos: el pago en plazo de las nóminas, una consulta sobre la interpretación del pliego referida a los traslados con camillero, además de conductor, que era otra de las quejas de los trabajadores; otra consulta para aclarar también en qué momento hay que aplicar la siguiente subida salarial recogida en el convenio, y la instalación de una caseta de obra con ducha, «con la máxima celeridad posible», en las bases de Laredo, Reinosa, Torrelavega y Revilla de Camargo hasta que se complete el acondicionamiento de las instalaciones previstas en el pliego, ya que la empresa aún está dentro del margen para hacerlo (cuenta con 120 días y apenas lleva dos meses en funcionamiento en Cantabria).

El documento consensuado se sometió a votación en la asamblea de trabajadores convocada por la tarde, donde se decidió desconvocar la huelga. Una decisión que, a juicio de USO, «nos viene a dar la razón al no apoyar prolongar el conflicto tras despejarse el nudo gordiano que no era otro que el cobro de las nóminas. Alargar el conflicto resultaba bochornosamente artificioso y con tintes exclusivamente electorales». De hecho, la cita con las urnas para elegir al próximo comité de Diavida ya tiene fecha: 30 de diciembre, cuando la plantilla tendrá la oportunidad de juzgar si la maniobra sindical de UGT estaba justificada o era innecesaria, a la vista del contenido final del acuerdo.

Desde USO subrayan que «si se analiza el documento pactado en el Orecla, se puede ver que, salvo una caseta de obra, el resto de 'logros' no son más que herramientas que están a disposición de empresa y trabajadores en todo momento, como son informes de la comisión paritaria, de obligado cumplimiento, o la interpretación del pliego por parte del SCS. Ambas órganos funcionan sin mediar convocatoria de huelgas». ¿Por qué entonces tanto ruido?