Igual que vino... se fue

El último día de febrero se recordará como aquel en que la nieve cubrió toda Cantabria como hacía décadas que no se recordaba. Al menos durante un rato. Quienes hayan ido asomándose a la calle o a la ventana durante las primeras horas del día, han podido vivir al minuto el proceso de deshielo. Las temperaturas han ido subiendo. El viento sur ha hecho su aparición y del invierno exprés apenas quedaba rastro pasado el mediodía. Como ejemplo, la misma imagen que acompaña este texto del parque de Cicero con unas horas de diferencia.

El termómetro parecía haberse vuelto loco. De los -6 grados a los 12 en apenas diez horas. Tanto es así que las carreteras que amanecían blancas y sufrían restricciones e incluso cortes totales, como el caso de la A-8 a la altura de Islares, recuperaban la normalidad como si nada hubiera ocurrido un rato antes.

Los más pequeños de muchas casas han podido disfrutar de la sensación de jugar en la nieve. Suspender o no las clases ha sido una decisión de cada centro. Aunque en la mayoría de los que han mantenido su rutina, el recreo ha servido para divertirse entre copos blancos. Para la hora de regresar a casa, los alumnos veían el mismo paisaje de los días previos.

A partir de mañana, serán esas miles de fotos de paisajes nevados los que dejen constancia de lo ocurrido. La subida de temperaturas prevista para este jueves borrará cualquier rastro en las zonas del litoral, y serán, como en cualquier invierno normal, las zonas altas y el sur de Cantabria los que continúen vestidas de blanco.