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Ya hay nuevo gerente de Atención Primaria en Cantabria, apenas 24 horas después de conocerse la destitución de Teresa Ugarte, que confirmó el miércoles su marcha a través de un mensaje de despedida y agradecimiento a su equipo. El elegido por la Consejería de Sanidad ... para tomar las riendas de la red de centros de salud, tras el reciente conflicto protagonizado por los médicos de familia y los pediatras, es Iñaki Lapuente, que lleva más de 15 años dentro de la estructura del Servicio Cántabro de Salud (SCS). La pasada legislatura, con Julián Pérez Gil como gerente, fue nombrado director de la Oficina de Cronicidad y Pluripatología, en la que ha trabajado hasta la actualidad. Previamente, había ocupado otros puestos, desde la Dirección Médica de Atención Primaria y del Hospital de Laredo, en diferentes etapas, hasta la Gerencia del 061.
Su nombramiento como gerente, que aún no es oficial, no ha cogido por sorpresa en el ámbito sanitario, dado que su presencia en las últimas reuniones con el Sindicato Médico ya avanzaba esa posibilidad. Sobre todo, teniendo en cuenta que su incorporación a la mesa de negociación se produjo a la vez que dejó de asistir la propia Teresa Ugarte, que el miércoles reconoció en declaraciones a El Diario Montañés las «diferencias de visión» con el equipo del consejero Raúl Pesquera sobre la manera de abordar la problemática de la Atención Primaria, marcada por la sobrecarga de la elevada demanda y la falta de profesionales para completar la plantilla. A partir de ahora, y en los escasos meses que resta de legislatura, el cometido para Lapuente, de la mano del propio gerente del SCS, Rafael Sotoca, será encontrar la manera de aplicar los compromisos adquiridos con los médicos en el acuerdo de fin de huelga, para ajustar las agendas al máximo pactado de 35 pacientes al día y gestionar el exceso de la demanda en jornadas extraordinarias de tarde.
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Una tarea que pasaría, como ya avanzó la exgerente, por tomar medidas para reducir la carga burocrática de los facultativos, de forma que puedan ganar ese tiempo para la consulta y garantizar el mínimo de diez minutos por paciente. Pero sobre todo, y ahí viene lo más complicado, por buscar la fórmula para conjugar la accesibilidad de la población a los centros de salud –que los usuarios puedan pedir cita presencial con su médico cuando lo precisen y sin esperas excesivas– y que la llamada demanda urgente no demorable (las personas que acuden directamente ante la imposibilidad de conseguir cita bien a través de la web o del teléfono) no sobrepase ese límite diario de consultas fijado. Y todo ello con el inconveniente añadido de no disponer de suficientes sustitutos para cubrir las jubilaciones, bajas y demás imprevistos dentro de los equipos.
Tras la salida de Teresa Ugarte, después de veintiún meses al frente de la Gerencia, quedaba la duda del futuro de su equipo, pero de entrada Lapuente no se plantea hacer cambios, sino que se inclina por dar continuidad a las personas que ocupan las Direcciones médicas y de Enfermería lo que resta de legislatura.
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