La sangría de salidas en Sanidad se cobra su víctima 19

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha presumido en numerosas ocasiones de tener un Gobierno «estable». Y es cierto que en esta legislatura no ha habido mucho movimiento en su gabinete -salvo por la dimisión de la consejera de Economía, María Sánchez y la salida negociada de Francisco Martín al Puerto y su sustitución en Industria por Javier López Marcano-, pero ese hecho no es extrapolable a la cartera de Sanidad, donde el baile de nombres en el organigrama de altos cargos ha sido constante. Únicamente quedan cuatro que mantienen el puesto desde el comienzo de este ciclo político en 2019: los gerentes de los tres hospitales -Rafael Tejido (Valdecilla), Pedro Herce (Sierrallana y Tres Mares) y Mónica Hernández (Laredo)- y el director general de Transformación Digital, Santiago García, el único que aguanta en el árbol de la propia Consejería.

Casi una veintena de cargos han recogido sus cosas y han dejado el despacho libre para el siguiente, tanto los que han sido cesados como los que presentaron su dimisión. Algunos envueltos en polémicas, como Alicia Gómez, que dimitió tras mostrar su apoyo a la directora médica que vacunó de covid antes de tiempo a su madre, o la directora general de Salud Pública, Paloma Navas, que fue cesada en plena crisis sanitaria por la pandemia mundial de coronavirus. Otros se marcharon por «diferencias de visión» con sus superiores, como parece ser el caso del último cese -este mismo miércoles-, de Teresa Ugarte, gerente de Atención Primaria.

Duró pocos meses en el puesto. La responsable de Recursos Humanos del Servicio Cántabro de Salud (SCS), Carmen Gracia, se fue «por motivos personales» en febrero de 2020, antes del inicio de la pandemia. Aroa Sanz, trasladada desde Valdecilla, asumió sus funciones. Hoy, ese puesto lo ocupa José Manuel Castillo desde la llegada del nuevo consejero, Raúl Pesquera.

La subdirectora de Gestión Económica del Servicio Cántabro de Salud (SCS), Ana Belén Rodríguez Villa, comunicó su decisión de abandonar el cargo apenas un año después de su nombramiento, tras una etapa marcada de lleno por la pandemia de coronavirus. Su salida respondió a su deseo personal de «volver a casa». La marcha de Rodríguez Villa fue la segunda del renovado organigrama del SCS tras el cambio de Gobierno, ya que el febrero anterior fue la subdirectora de Recursos Humanos, Carmen Gracia, la que abandonó el puesto, justo antes de que estallara la pandemia.

Nunca antes una directora de Salud Pública había acaparado tanta presencia mediática en Cantabria como Paloma Navas. La gerontóloga gaditana centró la gestión de la crisis del covid desde el primer minuto y ejerció, en muchas ocasiones, como la portavoz del Gobierno. Sobre todo cuando tocaba dar malas noticias en un año en el que la pandemia acabó con la vida de 400 personas en Cantabria. Sin embargo, a las puertas de una tercera ola de contagios y en plena avalancha de críticas por los retrasos en la vacunación, el consejero de Sanidad decidió prescindir de ella y cesó a Navas y a buena parte de su equipo después de varios encontronazos por diferencias de criterio.

Su salida coincidió con la de la directora general de Salud Pública, Paloma Navas. La sustituta fue Virginia García, cesada también un año después.

La directora médica de Atención Primaria, Beatriz Josa, presentó su dimisión a la Gerencia en enero de 2021, nada más hacerse público que su madre, de 87 años, fue vacunada con «una dosis sobrante de las enviadas para la plantilla del 061», según la explicación que dio a este periódico la gerente de Atención Primaria, Alicia Gómez, cuando confirmó la información. La noticia en sí generó revuelo mediático, incluso a nivel nacional, añadiendo el caso de la directora médica a la lista de cargos que se han adelantado a los tiempos que marcaba el plan de vacunación.

«No voy a admitir la dimisión de mi directora. Primero dimito yo». La frase la pronunció la gerente de Atención Primaria del Servicio Cántabro de Salud (SCS), Alicia Gómez, cuando se conoció que una de sus subordinadas, la responsable médica del departamento, había tomado la decisión de vacunar a su madre de 87 años –ni era usuaria de una residencia de mayores ni estaba entre los otros grupos prioritarios en ese momento de la campaña– con «una dosis sobrante de las enviadas para la plantilla del 061». Gómez cumplió su palabra. No fue «primero», como dijo en declaraciones a El Diario Montañés, pero sí presentó la carta de renuncia a los pocos días de que lo hiciera Beatriz Josa, cuya decisión de utilizar la vacuna con un familiar directo para «no desperdiciarla» generó una crisis interna en el seno de la Consejería que dirigía Miguel Rodríguez.

En agosto de 2021, la Consejería de Sanidad decidió dar un giro a su política de comunicación y cesó a Víctor Casal, responsable del gabinete, y nombró en su lugar a la periodista Pilar Palazuelos.

El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, cesó al subdirector de Asistencia Sanitaria del Servicio Cántabro de Salud (SCS), Trinitario Pina, una de las personas que estuvo al frente de la gestión de la pandemia desde el primer día, aunque en un segundo plano casi siempre. Por sorpresa, porque ni siquiera el entorno más cercano del que fue previamente director médico de Valdecilla en la etapa de Julio Pascual se lo esperaba; e inmediato. De un día para otro, Pina dejó de ocupar el cargo para el que fue nombrado a principios de legislatura, como número dos de la gerente del SCS, Celia Gómez. De hecho, del equipo directivo de primera fila era el único que no se había caído del organigrama – sí se retiraron en plena crisis las subdirectoras de Gestión Económica y de Recursos Humanos–. Actualmente, ocupa el cargo de subdirector de Asistencia Sanitaria el psiquiatra Óscar Fernández.

Sanidad cesó a la secretaria general de la Consejería Virginia García en enero de 2022, apenas un año después de tomar posesión del cargo, que a su vez abandonó Sara Negueruela, también cesada. García Hurtado tomó posesión el mismo día que el austríaco Reinhard Wallmann asumió la Dirección General de Salud Pública en sustitución de Paloma Navas, cesada de forma fulminante mientras los Reyes aún repartían regalos. En la actualidad, es Juan Carlos Rey quien ocupa el cargo, el tercero esta legislatura. Virginia García es actualmente la gerente de la Fundación Valdecilla.

Una semana después de tomar posesión, el nuevo consejero de Sanidad, Raúl Pesquera, dio el primer golpe de timón, con el cese de casi todos los puestos directivos de gestión del Servicio Cántabro de Salud (SCS). Entre ellos, el de Aroa Sanz, subdirectora de Recursos Humanos y Coordinación Administrativa, que ya era la segunda en el puesto esta legislatura tras la dimisión de Carmen Gracia justo antes del estallido de la pandemia. Sanz fue sustituida por José Manuel Castillo, abogado y, años atrás, secretario del sector de Sanidad de UGT.

También se quedó fuera del organigrama Guillermo Bueno, el subdirector de Gestión Económica fichado en Castilla y León, que apenas duró un mes en el puesto. En este corto espacio de tiempo estuvo volcado, sobre todo, en la tramitación del proyecto de la protonterapia. Y casualmente, coincidiendo con la comunicación de su cese, se autorizó la compra del equipamiento, paso previo a la segunda licitación del concurso público. Fue reemplazado por el subdirector económico del Hospital Valdecilla, Juan Carlos Dueñas.

Los movimientos en la Gerencia del SCS no se quedaron ahí tras la llegada de Pesquera. También dejó su despacho Pedro Herrera, subdirector de Cuidados, que coordinó el despliegue de la vacunación del covid. Su puesto lo ocupa desde septiembre María Trinidad Valle, especializada en Medicina Preventiva y hasta entonces subdirectora de Enfermería de Valdecilla. Aunque orgánicamente dependía del hospital, funcionalmente trabajaba para la Dirección General de Salud Pública, a las órdenes de Reinhard Wallmann, que sustituyó en enero de 2021 a Paloma Navas tras su cese.

El nuevo consejero Raúl Pesquera, prescindió también -aunque llegó anunciando una política continuista de su antecesor- de otro de los directores generales designados por Miguel Rodríguez: Jorge de la Puente, al frente de Ordenación, Farmacia e Inspección. Ocupó su lugar Raquel Olalla.

La gerente del Servicio Cántabro de Salud (SCS), Celia Gómez, mano derecha de Miguel Rodríguez, comunicó en marzo de 2022 su decisión de dejar el cargo tras aceptar otra oferta profesional. No obstante, esperó a que llegara el momento adecuado para dar el paso, una vez superado el caos sanitario generado por la sexta ola covid, un escenario complicado de gestionar y que contaba con un inconveniente añadido, las bajas y los movimientos de despachos decididos en la última reestructuración por el consejero. Se incorporó al equipo del Ministerio de Sanidad. Hoy, el gerente del SCS es Rafael Sotoca.

A un año de terminar la legislatura «más complicada» de todas, según él mismo calificó, el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, presentó su dimisión tras aceptar otra oferta profesional, aunque se filtró que Rodríguez, que se marchó 24 horas tras la salida de uno de los pilares fundamentales de su departamento, Celia Gómez, había puesto su cargo a disposición del presidente «por motivos personales y de salud». En su lugar entró el actual consejero de Sanidad, Raúl Pesquera.

«Las insalvables diferencias de criterio» con el nuevo consejero de Sanidad, Raúl Pesquera, llevaron al director médico de Atención Primaria, Antonio Martínez, a presentar su dimisión en abril. En su despedida, en la que fue directo y contundente, aseguró que Pesquera «antepone la obtención de un puñado de votos sin importar añadir desprestigio a los profesionales y cuestionando a un colectivo, el de la Atención Primaria, que lleva años realizando un esfuerzo ímprobo». Martínez consideró del todo «injusto» que el máximo responsable de Sanidad traslade a la población una imagen negativa del trabajo que se realiza en los centros de salud después de un año «muy duro» que terminó con el colapso de la red por la explosión de contagios de Ómicron. En sustitución de Antonio Martínez entró Rubén Cebrecos.

No fue por voluntad propia, como la salida del director médico, Antonio Martínez, hacía tan solo un mes, sino que se trató de un cese decidido por la Gerencia del Servicio Cántabro de Salud (SCS). La relegada del puesto fue Miriam González Pache, directora de Gestión y Servicios Generales desde noviembre de 2020, cuando fue designada por el anterior consejero, Miguel Rodríguez. Un nombramiento que supuso un ascenso, puesto que ya había ocupado la subdirección los cuatro años previos.

El consejero de Sanidad, Raúl Pesquera, cesó a José Luis Arroyo, director del Banco de Sangre y Tejidos durante 16 años. La «inesperada» salida de Arroyo, que se hizo oficial el 24 de septiembre, cogió por sorpresa no sólo a su propio equipo -la sede del Banco de Sangre está en el Hospital de Liencres- sino también a los compañeros de Valdecilla, especialmente a los del servicio de Hematología, con los que trabajó de la mano durante todos los años al frente de la entidad. Le sucedió la hematóloga Cristina Amunarriz, miembro de su equipo.

El último movimiento en el tablero de Sanidad se ha efectuado este mismo miércoles al cesar a la gerente de Atención Primaria, Teresa Ugarte, apenas una semana después de que se pusiera fin a la huelga de médicos de familia y pediatras. Ugarte ya había trasladado previamente al Servicio Cántabro de Salud (SCS) su decisión de dejar el cargo.

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