La «incertidumbre» se apodera de profesores y padres a dos semanas del arranque escolar

Hay más interrogantes que respuestas, pero el colectivo del profesorado no duda. «Queremos la vuelta, pero con unas condiciones de seguridad óptimas, con garantías y sin riesgos ni para los alumnos ni para nosotros», explica Belén González, presidenta de la Junta de Personal Docente. Ese escenario, el del regreso, es el único que contemplan los padres. «No queremos hablar de otro, no hay más opciones», sentencia Leticia Cardenal, presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Cantabria (FAPA). «La educación presencial no puede sustituirse por la 'online' a no ser que no quede más remedio», apostilla Mónica Haro, presidenta en Cantabria de la Confederación Nacional Católica de Padres y Madres de Alumnos (Concapa). «No podemos garantizarlo, aunque está todo absolutamente organizado», explicó ayer en una entrevista en estas páginas la consejera de Educación, Marina Lombó. Su posición es que las clases presenciales se retomarán, «salvo que Salud Pública nos diga otra cosa».

Antes de que den el pistoletazo de salida, los centros educativos han tenido deberes durante el verano. Los directores y coordinadores covid no han disfrutado de vacaciones. Se les encomendó elaborar un protocolo de actuación que tiene que contar con el visto bueno de Educación y que deben entregar hoy mismo (algunos lo han entregado ya).

Pero esos planes ni siquiera resuelven por completo sus dudas hoy en día, ya que lo que ansían conocer es cómo deberán actuar cuando se produzca el primer positivo. «Es que no hay nada marcado. Educación se remite a decir que las medidas las tomará Salud Pública, pero queremos saber cuanto antes qué sucederá. ¿Se aislará esa aula o al colegio entero?», se pregunta Belén González. «Ahora mismo Salud Pública está preparando el protocolo y por eso entiendo que la reunión del día 27 es fundamental», explicó ayer la consejera de Educación cántabra. «En Cataluña, por ejemplo, sí que lo tienen claro. Allí ya les han dicho: un positivo, la clase entera para casa quince días; dos positivos en dos distintas, el colegio entero», explica el director del Colegio Cisneros de Santander, José Antonio Sánchez Raba, que ya tiene colgado desde hace varias semanas en la página web del centro su plan de contingencia contra el covid.

Las soluciones adoptadas hasta el momento no acaban de satisfacer a los docentes. No creen en las aulas burbujas donde, en la medida de lo posible, los alumnos de unas clases y otras no interactúen. «No lo acabamos de ver. No se puede hablar de aulas burbujas cuando sus integrantes salen del centro y, por tanto, es imposible establecer un control», comentan desde la Junta de Personal Docente. «Son burbujas pinchadas», añade el director del Colegio Cisneros. «Incluso en el mismo colegio, porque por una misma clase pasará más de un profesor para dar cada una de las asignaturas», recalca. «Si las medidas sanitarias no se garantizan, tenemos miedo a que se produzcan rebrotes», recalcan desde el colectivo sindical de profesores.

La Conferencia Sectorial del jueves -que presidirán los ministros de Sanidad, Salvador Illa, Educación, Isabel Celaá, y Política Territorial, Carolina Darías- es vital para despejar esta incógnita. Un encuentro que algunos representantes políticos tachan de tardío. «No sé si es tarde, pero creo que se tendría que haber hecho», cree Lombó. De la que no tienen noticias es de la de los presidentes autonómicos con Pedro Sánchez, que sigue aún sin fecha -de hecho, en el Ejecutivo cántabro, ni siquiera saben si llegará finalmente a producirse-.

El objetivo la comunidad educativa es reducir lo máximo posible los riesgos, por eso los profesores insisten en sus peticiones. «Es muy importante que se garanticen las medidas de seguridad y para ello es necesario bajar las ratios de alumnos por clase», afirma la presidenta de la Junta de Personal Docente, que también apuesta por un mayor esfuerzo en la contratación de profesores. El Gobierno regional reconoce que ha hecho «un esfuerzo» para contar con «201 más» y que la ratio aquí es de las más bajas de España, pero los sindicatos creen que lo ideal sería duplicar esa cifra, sobre todo en los grandes núcleos poblacionales. Consideran que es la única manera para mantener la distancia mínima de seguridad y así reducir al máximo la posibilidad de contagios.

Lo que quieren evitar es que el avance del virus les envíe del primer escenario previsto, las clases presenciales, al tercero, la educación a distancia, con un paso mínimo por el segundo, un modelo mixto. Las familias, por su parte, no quieren ni oír hablar de esta posibilidad. «La enseñanza presencial es la única que permite a todo el alumnado avanzar al mismo ritmo y que nadie se quede atrás», afirma la presidenta de la FAPA. «Si un nuevo confinamiento llegara a producirse, daríamos un paso atrás y saldría una generación mucho peor preparada. La educación presencial es insustituible», recalca su homóloga en la Concapa.

Por si esto se produce, los representantes de los profesores quieren estar preparados. No están dispuestos a que lo que sucedió entre marzo y junio se repita, así que han instado a Educación «a que organice cómo sería el teletrabajo». «No puede ser que haya docentes que trabajen diez horas al día como ya pasó».

En el resto del país tampoco se puede hablar de una vuelta normalizada a las aulas, puesto que en muchas comunidades la apuesta es directamente por un modelo semipresencial. Madrid y Navarra serán las primeras en regresar. La capital de España instaurará un modelo mixto: los más pequeños sí acudirán y los mayores repartirán el tiempo entre las clases presenciales y las 'online'. Navarra, por su parte, sólo permitirá el horario lectivo de mañana, para lo que se ha reforzado con 666 profesores nuevos. La Comunidad Valenciana reducirá los ratios y contratará más personal. Murcia, en cambio, es la que más ha concretado. El regreso será completamente presencial en el primer ciclo de Infantil y semipresencial en el segundo ciclo y también en Primaria y 1º y 2º de la ESO, con presencialidad cuatro días a la semana en aquellos grupos que sobrepasasen los 20 alumnos por aula, en el caso de Infantil y Primaria, y los 24 en el caso de 1º y 2º de la ESO. Extremadura va más allá y se prepara incluso para que las decisiones varíen hasta por municipios.

En otros territorios, en cambio, aún no saben cómo afrontarán la vuelta al colegio. Asturias, por ejemplo, quiere hacer pruebas PCR a todos sus docentes y Baleares y Canarias ultiman los días antes de decantarse por un plan determinado.