El Instituto de Hidráulica se pone al servicio de la Armada española

El centro de investigación de la Universidad de Cantabria (UC) colaborará durante los próximos dos años con el Instituto Hidrográfico de la Marina en el impulso de esta iniciativa, denominada 'Sistema integrado de apoyo automático meteoceanográfico para operaciones marítimas', y en su aplicación práctica a la Armada española. Todo ello gracias a que el proyecto ha sido seleccionado por el programa 'Coincidente', destinado a cofinanciar iniciativas que supongan una novedad tecnológica significativa que satisfaga una necesidad real o potencial del Ministerio de Defensa. «Es un programa muy competitivo al que concurren muchas instituciones públicas y empresas privadas. Para nosotros es un éxito que hayan elegido nuestro proyecto y creo que ha sido porque han identificado que es una herramienta de alta aplicación para sus maniobras», explica el responsable del proyecto, Gabriel Díaz, investigador del Grupo de Hidrodinámica e Infraestructuras Costeras del IH y profesor de la UC.

El propósito del sistema es «la identificación, análisis y explotación de datos meteoceanográficos disponibles actualmente a nivel mundial y su adaptación e interpretación automática para el apoyo a misiones y operaciones marítimas de Defensa, de manera fiable, eficiente y realista». La herramienta contará con una sola interfaz de usuario que aprovechará las bases de datos preexistentes y permitirá tomar decisiones rápidas a los oficiales meteoceanográficos y los grupos navales de playas, en las misiones de apoyo.

Además podrá planificar de forma segura maniobras de desembarco en cualquier playa del mundo y gestionar la varada y navegación desde el buque anfibio hasta la zona costera. El sistema se completará con un histórico del clima marítimo y funcionamiento dinámico de cualquier zona marítima o costera de interés.

«Se trata de aplicar datos científicos al ámbito militar para que las maniobras del Ministerio de Defensa, sobre todo las desembarco y navegación, sean más seguras, factibles, que se puedan planificar con tiempo y que los medios humanos, materiales y económicos se aseguren de manera eficiente», detalla Díaz. «Los desembarcos -continúa- son operaciones caras, peligrosas y arriesgadas. Y si con una variable tan importante como el control meteoceanográfico (oleajes, corrientes en contra, hidrodinámica...) podemos hacerlas más seguras, es ya una gran mejora».

El punto de partida de este proyecto ha sido el Sistema Operacional para Operaciones Anfibias (Soproa) que ya ha sido probado por la Armada en ejercicios y maniobras. «La idea nació fruto de una colaboración que hemos mantenido con oficiales del Instituto Hidrográfico de la Marina durante los dos últimos años. El oficial Alejandro Ortega nos contó los problemas y la forma en la que resuelven actualmente los desembarcos anfibios. Y me sorprendí que lo hacen de una forma muy tradicional y con unos medios anticuados. Entonces me propuso dar una vuelta al método y hemos desarrollado un primer prototipo de herramienta (el Soproa), que nos ha permitido entender el problema, conocer con detalle la tecnología militar y ver qué necesidades tienen», relata Gabriel Díaz, responsable de la redacción del proyecto principal, con la «inestimable» ayuda de Íñigo Losada.

Ahora, la siguiente fase del proyecto, la que permite haber sido elegidos por el programa 'Coincidente', en la que está inmersa ya el Grupo de Hidrodinámica e Infraestructuras Costeras, consiste en dar una nueva vuelta de tuerca a la idea, analizar la inmensidad de datos meteoceanográficos que tiene disponibles el Instituto de Hidráulica a nivel mundial para poderlos adaptar a las necesidades de la Armada.

El método utilizado hasta ahora por Defensa está heredado de EE UU y se basa en herramientas que tienen ya un par de décadas de antigüedad. «Que las herramientas que utiliza la Armada, la Marina particularmente, no sean de manufactura propia, provoca el problema de que no están hechas a la medida de las necesidades de España, al margen de la dependencia tecnológica hacia EE UU. Por lo tanto, el oficial español tiene poco que decir para poder mejorar esa herramienta», indica el experto. Por esta razón, considera «muy importante» generar «un sistema propio, para controlar todo el desarrollo de principio a fin y, con la experiencia del IH, añadir las herramientas actuales para poder mejorar procesos». «Los modelos de propagación de oleaje que usamos son de última generación, también los de generación de corriente y de rotura de oleaje, los algoritmos de interpretación estadística de resultados... En definitiva, trasladar a este nuevo producto toda la experiencia que hemos adquirido trabajando en sistemas parecidos», concluye Díaz.