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Ryanair no volará este verano desde el Seve a Barcelona y Sevilla (las conexiones no se pierden porque operan otras compañías, pero sí esas rutas). Además, reduce frecuencias para viajar a Valencia, Londres, Roma y Málaga. ¿Por qué? «Estamos intentando optimizar al máximo el calendario ... para satisfacer la demanda con una oferta suficiente. Hubo un aumento de las tasas aeroportuarias y, además, estamos con un poco de retraso con los 'deliveries' (entregas) de los aviones. De 57 previstos, bajaron a 50 y, al final, serán 40 o 45. Hemos tenido que reajustar un poco la oferta en general intentando tener el mínimo impacto posible. Lo que se ha hecho es intentar reducir frecuencias para que impacte lo mínimo y optimizar el calendario». La respuesta es de Elena Cabrera, portavoz de Ryanair en España y Portugal (su cargo es el de 'country manager'). No se esconden. Hay una reducción. Pero Cabrera insiste a preguntas de El Diario Montañés en que ofrecerán dieciséis rutas, «que son muchísimas», que esperan vender «unos 400.000 asientos este verano» y que «el 57%» de la oferta de vuelos del Seve es suyo. «Es una apuesta muy importante. Más de la mitad de los aviones que salen y entran al aeropuerto de Santander son de Ryanair. La apuesta sigue estando ahí. El esfuerzo está puesto allí», insiste. Y para celebrar el inicio de la campaña estival lanzan una oferta durante tres días: billetes desde 21,99 euros.
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La compañía recalca su mensaje de ser «la número uno» en el Seve y mantener «interesantes destinos de verano como Alicante, Bolonia, Dublín, Londres o Marrakech», entre otros. En total, señalan, esas dieciséis rutas y «más de 350 puestos de trabajo» vinculados a ellas. A partir de ahí, preguntas y explicaciones.
¿Por qué reducen en algunas de las rutas con más ocupación? «Pues se ha hecho también en aeropuertos que tienen unas tasas muy elevadas, unos costes muy elevados. Como puede ser Roma, Londres... De ahí a que se reduzca también por ese lado». ¿Y qué ocurrió con Oporto? El Gobierno de Cantabria anunció públicamente que se empezaría a volar a finales de marzo, pero no llegó a despegar. No era oficial, pero Ryanair era la compañía que iba a operar la ruta. Al final, no se presentaron al concurso. «Yo hablo solo desde el punto de vista de la compañía. En Portugal, en general, estamos reduciendo capacidad. Hemos cerrado alguna base y se está bajando bastante por el impacto que está teniendo la importante subida de las tasas en el país. Eso hace que tengamos que reducir operativa».
Cabrera huye de falsas esperanzas. La programación que hay ahora mismo disponible en la web de la compañía para los próximos meses (desde los últimos días de marzo hasta finales de octubre) es la que tienen prevista. Sin cambios. «Lo que hay es lo que hay. Sería muy raro que cambiásemos operativa para este verano. No creo que haya adiciones. De hecho, se está trabajando ya de cara más a cual va a ser la operativa de invierno». Y, de eso, del invierno, poco se puede adelantar ahora mismo. «Trabajamos en que haya una conectividad todo el año, que no haya una desestacionalización y que podamos también en invierno tener una operativa fuerte y una buena conectividad regional». Buena parte de lo que puedan hacer depende de los aviones que les vayan llegando.
«En todo caso me gustaría recalcar -insiste Cabrera- que hemos tenido una época de mucho crecimiento tras el covid. Un crecimiento continuo verano, invierno, verano, invierno... Siempre subiendo. Y llega un momento en que tenemos que estabilizar rutas nuevas que hemos puesto, revisar las frecuencias que más funcionan. Ahí tienes que resolver un poco. Esto forma parte también del ciclo normal de las conectividades de los aeropuertos. Tienes que ir ajustando en función de cómo va la situación, la idiosincrasia general, pero también la comercial».
De hecho, la portavoz de la compañía no descarta la posibilidad de que el Seve se convierta en una base para sus aviones. No hay novedad, ni avances, pero sí planes de crecimiento. «Nuestro objetivo es crecer de doscientos a trescientos millones de pasajeros en diez años. España forma parte esencial de ese crecimiento y ahí entra ese posible aumento de bases. Ahora mismo no hay nada concreto, pero tampoco descartado. Como digo, entra dentro de una estrategia para seguir creciendo en España. Y en el norte tendría mucho sentido tener otra base, ya que ahora solo contamos con la de Santiago».
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