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La Policía Nacional ha formalizado la orden internacional de detención de Guillermo Fernández Bueno, el asesino y violador huido de la cárcel de El Dueso durante un permiso penitenciario. Eso significa que la Interpol ha incluido sus datos con notificación roja, el distintivo empleado ... para solicitar la localización y detención de una persona buscada por las autoridades judiciales de un país determinado o un tribunal internacional.
A estas alturas, no se descarta «ninguna línea de investigación», incluida la de que el fugado «pueda pretender abandonar España», según la Policía, que limita su información a este mensaje sin querer detallar si Guillermo Fernández puede estar escondido, haber utilizado un vehículo o estar acompañado de otra persona.
Fuentes policiales han señalado que la búsqueda es «global», en todo el país, porque este hombre ha podido acudir «a cualquier sitio» durante su permiso penitenciario. Así, han apuntado que es «probable» que no esté en Santander, de donde es natural, ni Cantabria, aunque aquí se encuentre la cárcel en la cumple la condena.
Además de pedir la colaboración ciudadana para que, si alguien le viese se ponga en contacto con la Policía en el teléfono 091 o en el correo electrónico fugitivos@policia.es, se pide «tranquilidad» a la población porque ya están «activados» todos los protocolos para localizar a este hombre y «proceder a su detención y puesta a disposición judicial inmediata».
La Guardia Civil ha difundido a través de su cuenta de Twitter una fotografía con la imagen actual del preso fugado. La Benemérita ha distribuido la imagen del que «podría ser el aspecto actual» del fugitivo. «Muy urgente. Se busca a Guillermo Fernández Bueno, condenado por violación y asesinato, y fugado de la prisión de El Dueso en Cantabria durante un permiso. Este podría ser su aspecto actual», es el texto que acompaña a la foto en el tweet de la Guardia Civil.
🔴🔴🔴🔴 MUY URGENTE 🔴🔴🔴🔴
— Guardia Civil 🇪🇸 (@guardiacivil) 27 de julio de 2018
SE BUSCA a Guillermo Fernández Bueno, condenado por violación y asesinato, y fugado de la prisión de #ElDueso en #Cantabria durante un permiso.
Este podría ser su aspecto actual.
☎0⃣6⃣2⃣ pic.twitter.com/RH5urQ0bfi
El aspecto de preso fugado en la nueva imagen es muy distinto al de la anterior fotografía distribuida el pasado lunes tanto por la Guardia Civil como por la Policía Nacional:
🚩URGENTE. POR FAVOR, MÁXIMA DIFUSIÓN
— Policía Nacional (@policia) 25 de julio de 2018
Guillermo Fernández Bueno es un violador y asesino que se ha fugado de la cárcel de #Santoña (#Santander) en un permiso.
Si le has visto o tienes algún dato: 📞091 pic.twitter.com/j5MXsUXjSt
Judit Tomero / Angela Casado:
Ha cambiado de nombre y de aspecto, pero los vecinos de Judimendi (Vitoria) no olvidan lo que ocurrió en el bar Acua. «Lo detuvieron mientras jugaba a las tragaperras aquí mismo, por aquel entonces vivía con su hermano en la calle Los Astrónomos y trabajaba como alicatador», recuerda Antonia, quien ayer tomaba café en la terraza de este mismo local, ahora llamado Ertza, junto a sus amigos. Han pasado 18 años del asesinato de Ana Rosa Aguirrezábal, pero todavía recuerdan con claridad cómo se encontraban en el interior del establecimiento hostelero cuando Guillermo Fernández fue arrestado. «Estábamos sentados al fondo tomando unas copas y el bar empezó a llenarse de policías de paisano», explican Carlos, Luis y Mari Carmen. Inquietos por el despliegue, decidieron cambiar de local. Cuando volvieron, los agentes se llevaban a Guillermo. «El Acua estaba muy concurrido en aquellos años, y él solía frecuentarlo». Después del crimen, Guillermo no dejó de acudir al bar. Ese hecho, según él, demostraba que no había violado ni asesinado a Ana Rosa, pero fueron sus Nike, un modelo poco comercializado de la marca, las que le delataron. «Cuando llegamos al lugar del crimen, no quedaban huellas porque la víctima ya había fregado el suelo, solo estaban las de las deportivas», explicaron los agentes. El día de la detención, llevaba puestas un par y tenía otras en su casa.
En el bar Ertza reconocen que aquel crimen ha perseguido al local. «El nuevo dueño le dio un lavado de cara y logró que la gente olvidara un poco el Acua, pero estuvo años pasando de mano en mano sin volver a ser lo que era», explica Maite, camarera del local en el que ayer no hubo otro tema de conversación. Tampoco se olvidan de Ana Rosa. «Solía verla levantar la persiana cuando me marchaba a trabajar, me horroriza pensar que aquel día ya podía estar muerta cuando yo pasé», lamenta Víctor, vecino de la zona.
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