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JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ
Domingo, 3 de marzo 2019, 11:05
La elección por parte del Ministerio de Transición Ecológica de la isla de Solvay -conocida también como la Isla Monti o de Hinojedo- como el nuevo emplazamiento para construir la depuradora que sustituirá a la de Vuelta Ostrera ha sacado del anonimato a ... unos terrenos que en el último medio siglo se han utilizado únicamente como depósito de residuos químicos. Del anonimato para muchos cántabros que desconocían su existencia y del olvido para los vecinos de la zona, ya de avanzada edad, que pudieron conocerla, visitarla, pisarla, antes de que fuera adquirida por la empresa química en los años 60. Desde entonces, su acceso está muy restringido. De hecho, el único acceso terrestre posible es a través de las instalaciones de la fábrica. «Allí no llega nadie, sólo trabajadores que tienen alguna tarea que hacer en las balsas de decantación que hay en la isla», explica Luis Hervella, portavoz de Solvay.
Algunos de los escasos privilegiados que han podido llegar a este territorio 'prohibido' fueron los miembros de un club de radioaficionados, que solicitaron permiso para realizar un programa desde allí sobre la flora y fauna que habita libremente al margen de la acción humana.
UN PUENTE, ÚNICO ACCESO TERRESTRE
Perteneciente geográficamente a Hinojedo (Suances), aunque situada frente al puerto de Requejada (Polanco), es una de las varias islas fluviales que existen en la ría de San Martín de la Arena, que desemboca en el mar Cantábrico a través de Suances. Metros antes, los ríos Besaya y Saja confluyen a la altura de Ganzo (Torrelavega), transcurriendo juntas sus aguas hasta llegar al mar.
El tramo más interior de la ría, muy estrecho y de carácter casi completamente fluvial, comienza entre Viveda y Barreda y soporta una gran presión industrial debido a Solvay. En este tramo desemboca el Borrañal, afluente que transcurre por Hinojedo, formando una isla fluvial llamada Pedrón. A unos cientos de metros, avanzando por la ría, desemboca el río Cabo, que procede de Polanco y forma la Isla Monti, que 'cambió' de nombre tras pasar a manos de la empresa. Sobre el pequeño regato que hay entre el río Cabo y la ría de San Martín es donde se levanta el pequeño puente que permite acceder a la isla desde la fábrica.
CONSTRUIR PUEDE DAÑAR LOS DIQUES
El sector inmediatamente siguiente es Vuelta Ostrera, donde está ubicada la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) sobre la que pesa desde hace años una sentencia de derribo por parte del Tribunal Supremo (TS) y a la que había que buscar sustituta. En cuanto entre en funcionamiento la nueva, se convertirá en escombro. Y entre las diez alternativas que se pusieron sobre la mesa para dar cumplimiento a la sentencia del TS, el Ministerio eligió la pasada semana la de la isla de Solvay, aunque aún no ha procedido a realizar la comunicación oficial a las partes implicadas.
Sobre esos terrenos se han acumulado durante «muchísimos años» materiales de origen industrial y balsas de decantación de los líquidos residuales procedentes de la fabricación de carbonato sódico rodeadas de diques. «Ahora existen emisarios submarinos pero antes no, con lo cual durante décadas los residuos se almacenaron allí», detalla Hervella. Incluso hoy en día la industria tiene permiso para seguir utilizando esos terrenos para la decantación de líquidos residuales como solución de emergencia en caso de que las tuberías que van al emisario submarino tengan algún problema.
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millones cuesta construir la depuradora en la isla de Solvay, incluido el emisario submarino. Es la opción más cara.
La elección de la Isla Monti ha puesto en alerta a Solvay, que advierte que la edificación de la depuradora sobre esos terrenos puede dañar los diques de contención que existen en torno a las balsas de decantación, lo que provocaría «un problema muy grave de seguridad para los vecinos de toda la comarca que atraviesa la ría de San Martín y para el medio ambiente de la zona». Hervella afirma que los muros de esos diques «no están diseñados para que haya al lado maquinaria trabajando, excavando, perforando...». «Ya sabemos lo que ha pasado en otros lugares donde se han roto diques de este tipo», advierte. El Ayuntamiento de Polanco también ha argumentado razones «de seguridad» para su oposición «total» a la decisión del Ministerio. «No es el lugar idóneo», defiende la alcaldesa Rosa Díaz (PRC), que advierte que Requejada, la localidad más poblada de su municipio, se halla a apenas 200 metros de la isla.
MEDIO AMBIENTE
En el lado contrario, los ayuntamientos de Suances, Torrelavega, Miengo y Santillana del Mar y distintas asociaciones ecologistas y plataformas de vecinos la consideran «la mejor alternativa» para la EDAR que se construirá en lugar de la de Vuelta Ostrera.
Ecologistas en Acción entiende que es «la única opción posible». Y argumenta varias razones. Entre ellas, que es «la más alejada» de núcleos vecinales, con una cuenca visual reducida; porque está cerca de la actual depuradora, lo que permitiría «rentabilizar las infraestructuras existentes»; y porque es la que «menor impacto ambiental tendrá», al tratarse de un vertedero de residuos industriales.
El colectivo considera además que es «una oportunidad única» para conseguir la limpieza de los terrenos y «una completa regeneración paisajística del área circundante, lleno de plumeros». Una decisión que, entiende, tiene que ser el punto de partida de la recuperación ambiental de todo el espacio de la ría ante su «preocupante situación de deterioro». «La ría de San Martín es la más contaminada de Cantabria», critica.
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