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C. DE LA P.
SANTANDER.
Sábado, 9 de diciembre 2017, 07:54
El magnate mexicano de origen libanés Carlos Slim, el sexto empresario más rico del mundo, ha sido citado a declarar como testigo en un juicio por despido promovido por el que fuera abogado de FCC-Aqualia en Cantabria hasta el pasado mes de septiembre, ... Guillermo Nalda.
Slim es el máximo accionista de la compañía y quien, según sostiene el letrado, decidió su despido al traspasar todos los asuntos judiciales a un despacho de abogados de ámbito internacional. En su demanda, el despedido pidió el interrogatorio del magnate y ahora el titular del Juzgado de lo Social número 4 ha admitido la prueba y lo ha citado a declarar en el juicio señalado para el 22 de enero. En la providencia judicial, a la que ha tenido acceso este periódico, el juez apercibe al multimillonario de que si no comparece, sin causa justa, se declararán como ciertos los hechos denunciados en la demanda.
En medios jurídicos consultados subrayan que la presencia de Slim en el juicio es «remota» y lo más probable es que sus abogados maniobren para impedir que el mexicano tenga que venir a Santander.
El poderoso hombre de negocios, viejo amigo del expresidente Felipe González, visita España en ocasiones. Este verano, en agosto, aterrizó en su jet privado en el aeropuerto de Peinador, en Vigo, donde le esperaba su amigo, el gallego Olegario Vázquez Raña, otro de los hombres más acaudalados de México, que fue su anfitrión durante su estancia en Avión, el pueblo de Ourense de apenas 2.000 habitantes que concentra más emigrantes gallegos por metro cuadrado que hicieron fortuna en México. Era su tercera visita al pueblo natal del empresario de origen gallego. Pero cosa bien distinta es que vieje para testificar en un juicio por despido de un abogado.
En su demanda Guillermo Nalda sostiene que lleva trabajando para Aqualia (ahora FCC-Aqualia) desde julio de 2009 hasta el 30 de septiembre de este año, fecha en la que se le comunicó la extinción de la relación laboral. Aunque durante estos ocho años «la prestación laboral se ha venido desarrollando en virtud de sucesivos contratos aparentes de arrendamiento de servicios» impuesta por la empresa, la realidad es que «se trata de una relación laboral» en toda regla, según defiende el abogado, que pide que se condene a la empresa y se declare improcedente el despido.
Nalda argumenta que se trata de «una contratación personal» y el trabajo lo ha desarrollado únicamente él y «no por un despacho de abogados», ya que ni siquiera tiene ni comparte desde hace años ninguna oficina o despacho, y que su única actividad laboral por cuenta ajena es para Aqualia, la Federación Cántabra de Fútbol y la Delegación de la Mutualidad. También subraya que pese a que la relación laboral se ha desarrollado en el ámbito jurídico y judicial, «nunca ha actuado como un letrado en ejercicio o asesor externo», sino que ha sido bajo la instrucción y dependencia del director gerente del Servicio de Santander.
Pero cuando Carlos Slim desembarcó en la filial de gestión de agua de la constructora española se cambiaron las directrices y forma de trabajo y las cuestiones jurídicas del grupo se trasladaron al despacho Ontier, con presencia directa en 15 países, entre ellos México y España.
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