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Ya hace casi dos años que Jacobo Vidal, exempleado de la ya desaparecida oficina de Novo Banco en Santander, se plantó en el juzgado para dar a conocer unas presuntas irregularidades que supusieron, según esa versión, un agujero de cincuenta millones de euros repartidos entre unos ochenta clientes ... . Lo hizo él mismo, que es el principal investigado, viendo lo que se le venía encima. Desde entonces -y con una pandemia de por medio- la causa avanza poco a poco. En este tiempo, más allá de Vidal, desde el juzgado se han ido ampliando las citaciones para declarar en calidad de investigado. Otros cuatro exempleados de la oficina (no el que fuera director), el propio banco -Hacienda señaló en un informe que todo indica que los controles internos a los que la entidad está obligada por ley, o no se hicieron correctamente o las anomalías se obviaron- y, ahora, también cinco familiares directos de Vidal. La propia Agencia Tributaria transmitió al juzgado que el exempleado y su entorno más cercano movieron en inversiones y desinversiones financieras más de 41 millones de euros en un periodo de unos doce años. Eso sí, no dice de dónde salió ni a dónde fue a parar el dinero.
Serán, a priori, unos meses intensos para aclarar lo ocurrido. Lo primero, en unos días, será escuchar la declaración de los afectados por el caso que cerraron un acuerdo con la entidad y que se han desvinculado del proceso. Comparecerán (son pocos, menos de diez), a petición del banco, según ha podido saber este periódico. Fueron los que recibieron una oferta y la aceptaron, algo que no parece que haya tenido mucha continuidad, porque el grueso de las víctimas no ha vuelto a tener noticias ni ha recibido nuevas propuestas.
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D. MARTÍNEZ / A. MACHÍN
Álvaro Machín Daniel Martínez
Para el 14 de febrero está prevista una de las citas importantes. Ese día tiene que declarar el representante legal de Novo Banco (se espera que sea el director general en España), algo que estaba previsto para noviembre, pero que se pospuso con la intención de que diera testimonio de forma presencial. Lo hará en calidad de investigado, igual que los cinco familiares de Jacobo Vidal.
Pero hay otras dos citaciones que pueden resultar interesantes, sobre todo a la hora de aclarar la cantidad total presuntamente estafada -determinante llegado el caso de que los afectados puedan recuperar su dinero-. Volverán a pasar por el juzgado los autores del informe forensic en cargado por Novo Banco -son de una empresa externa-. Lo harán porque hubo un error en la grabación de su testimonio. Tienen que volver. Pero su presencia puede ayudar también a aclarar una cuestión. ¿Por qué partiendo de la misma documentación -la que tiene el banco- su conclusión sobre la cantidad total es muy distinta de la que estiman las víctimas? A eso deberá responder también el perito que ha elaborado los informes que han presentado los propios afectados. A él -y es otra de las novedades en las últimas semanas- también le han citado. En este caso, para el mes de mayo. Novo Banco, que nunca ha hablado de estafa, siempre ha argumentado que la cifra era mucho menos que la que se hizo pública (cincuenta millones).
Fue una petición de los afectados y la titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Santander tuvo a bien llevarlo adelante. Exigir a Novo Banco un depósito en el juzgado para garantizar que, pase lo que pase, habrá dinero para responder. Una especie de fianza de algo más de 19 millones. Lo que hizo, entonces, la entidad fue presentar un aval, pero propio. O sea, que se avalaron a sí mismos, algo que fue impugnado por las defensas de los clientes. Porque si temían que el banco podría no pagar o no disponer de solvencia (justo por eso pedían el depósito), su temor, con este, era exactamente el mismo. Es la jueza la que debe decidir si ese aval es o no «suficiente», pero aún no hay decisión al respecto.
Hay que entender que, en este caso, hay dos cuestiones que corren en paralelo. Una es la investigación. Aclarar qué sucedió en la antigua oficina de Santander y depurar responsabilidades. Pero la otra –que para los afectados es, obviamente, clave– es recuperar el dinero. Conviene recordar que en cuentas en las que se decía a los clientes que había 500.000 euros, por ejemplo, en realidad había sólo 30.000. Es un caso real (uno de tantos, con cifras distintas).
Dado que los acuerdos con la entidad han sido por ahora los menos (cinco o seis), los afectados quieren asegurar con ese depósito unas cantidades que les garanticen el cobro. «Inquietud», repiten algunos de los antiguos clientes de Vidal, que ven, además, cómo el proceso se alarga, no tienen noticias y tiene «toda la pinta de que va a tardar todavía mucho en resolverse».
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